Está clarísimo que tengo una mente perversa y sucia que no deja de distorsionar todo aquello que recibe a través de todos los sentidos que tengo disponibles. El día que llegué a Gran Canaria iba andando por la zona del Mercado Central para encontrarme con Luis y uno+cero cuando me tropecé con este cartel a la entrada de una tienda y no pude resistirme.
Menudo fin de semana con ofertón de conejo fresco incluido. En mi universo, cuando alguien dice que va a comer conejo yo lo visualizo de una forma totalmente distinta a como seguro que lo haces tú y las preguntas que se forman en esas nubes que siempre vemos en los cómics son: ¿estará afeitado? ¿será como el de la tía Clara, de esos que hieden?, ¿será el de la Loles? ¿qué se entiende por conejo fresco, ese que le gusta al clero católico y al que aún no le han salido los pelillos? ¿es 3,99 un buen precio? ¿o son 399 euros? ¿y si quiero comer conejo durante la semana y no solo el fin de semana?
Tantas preguntas y dudas con un solo cartel.