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  • Surrogates – Los sustitutos

    17 de octubre de 2009

    El cine de ciencia ficción tiene a sus fieles seguidores, como un servidor, que vamos a todo lo que se estrena aunque el vello se nos ponga de punta con el trailer. Ver ese futuro que nunca llega merece la pena y puesto que la realidad quedó estancada en los ochenta y no parece que vayamos a tener vehículos voladores en un futuro cercano ni visitaremos otros planetas ni habrán robots entre nosotros, lo mejor es ir al cine y recibir allí esas raciones de sueños que no se van a cumplir. Esta semana se estrenó en los Países Bajos Surrogates, película que llegó a España a finales de septiembre con el título de Los sustitutos.

    Un julay menopausico juega a los soldaditos de plomo con gentuza de barriada periférica y le terminan haciendo pupita

    En quince años el mundo ha cambiado un montón. Alguien desarrolló una tecnología por la que podemos controlar un robot y hacer todo lo que hacemos con nuestro cuerpo y hasta mejor y el resultado es que todo el mundo se queda en casa y son sus robots los que caminan por el mundo. Un buen día alguien mata a una pareja que se estaba dando el lote a la puerta de una disco y lo extraño es que al matar a sus robots también los mataron a ellos. El policía que investiga el caso pronto descubrirá que hay muchísimos intereses ocultos detrás de este crimen y que las cosas no son tan sencillas. En su carrera para resolver el crimen tendrá que replantearse un montón de cosas sobre su vida y la del resto de los mortales.

    La idea era buena pero a la hora de llevarla a la práctica creo que se pasaron un poco y se quedaron cortos en otras cosas. Lo primero que llama la atención al comienzo de la peli es el matojón de pelo que le endiñaron a Bruce Willis. ¡Por Dios! Se ve más falso que Judas. Además del peluquín le deben haber hecho un estiramiento a base de cinta adhesiva que no veas porque en las mejillas le crecieron dos pezones. Todo lo relativo a los «sustitutos»,esos robots que hacen la vida por nosotros, es aburrido. Se les ve demasiado falsos y carecen de originalidad. Las sorpresas no existen porque ya hemos visto que los tíos se pondrán cuerpos de tías espectaculares, que las tías se quitarán años pero no se cambiarán el sexo y que cuanto más cabrona es una tía, más grande son las tetas de su robot. Todo eso ya está visto, en decenas de películas y siempre tienes la sensación de estar en otra historia que has visto hace un tiempo. Hay acción pero le falta gancho, aburre, da igual que estén persiguiendo a alguien o repartiendo mandoblazos, es todo muy plano y genérico. Para cuando llega el final y su desenlace dramático, la historia ha dejado de interesarnos y solo queremos que acabe de una vez y retomar nuestras vidas «reales».

    Es sosa y aburrida pero es de ciencia ficción y las tías siempre parecen llevar las tetas a punto de reventar la ropa así que tú verás si te interesa verla o prefieres acceder a recursos en la red gratuitos y más explícitos para satisfacer tus bajísimos instintos.

    05/10

  • Trozos de mi realidad

    16 de octubre de 2009

    El domingo pasado después de dejar a mis padres en el aeropuerto enfilé hacia Amsterdam para ir al cine. Justo ese día había algún tipo de obras en las vías de tren que conectan el aeropuerto con la ciudad y habían montado un servicio de autobuses hasta la parada en la que podías coger el tren. El cambio suponía unos diez minutos adicionales de viaje y además de dorarte la píldora y disculparse te daban café gratis. Al llegar a la estación central de Amsterdam me mezclé con la marabunta que siempre pulula por allí, una multitud que espera tranvías, toma el metro, está a punto de salir o acaba de llegar a la ciudad y entre ellos, miles de turistas despistados y que siempre parecen estar mirando sus mapas. De cuando en cuando veo a uno que tiene unas páginas impresas y sonrío porque lo que llevan es alguna de las indicaciones que he escrito en distorsiones.com o en visitarholanda.com. Algún día me acercaré a uno de esos turistas y les regalaré algún secretillo sobre la ciudad que no he contado en las guías.

    Tenía tiempo de sobra hasta el comienzo de la película que quería ver así que paseé tranquilamente por las concurridas calles, me paré a comprar papas fritas en el puesto de Manneken Pis e hice algunas compras en Kalverstraat. En esa calle has de seguir las corrientes humanas, que emulan al tráfico de vehículos. Si estás en el lado adecuado de la calzada avanzarás sin prisa pero sin pausa. Si se te ocurre ir en contra de la corriente (lo cual suele ser por tu izquierda), entonces prepárate a chocar con cientos de personas y te aseguro que más bien antes que después te arrepentirás y te pasarás a la otra banda.

    En la puerta del cine me esperaba el Niño y después del abrazo de rigor nos contamos toda nuestra vida en las últimas cuatro semanas. Llevo más de un año queriendo contar alguna de las historias que me ha relatado pero por gandulismo, falta de tiempo y dejadez no lo hago. El domingo me regaló otra joya que con una pequeña distorsión estoy seguro que se puede convertir en un Gran Relato pero seamos realistas, el poco tiempo que me queda libre lo estoy gastando en estudiar holandés o procesar alguna de las miles de fotos que tengo pendientes. Unas penquillas estaban justo delante de nosotros viendo la película y el Niño desplegó todo su encanto con una de ellas, una chica de aspecto modosito tirando a viciosilla y que por supuesto se dio cuenta, ya que en ningún momento bajamos el tono de voz de nuestra conversación. De repente nos vimos hablando con ellas y antes de que se apagaran las luces de la sala el Niño tenía una cita para el jueves por la noche con aquella pava. El hombre se infló como un globo de orgullo y si no lo agarro se va flotando hasta el techo del cine. Al acabar la película, todos emocionadísimos porque lo que vimos solo se puede considerar un clásico, nos fuimos con ellas a tomar una cervecilla antes de que cada uno se fuera a su casa.

    La semana arrancó con una sobrecarga de trabajo y de deberes para las clases de neerlandés y lo peor es que el mismo martes tenía un examen del primer tema. El nuevo curso se me está atragantando. Ya no tenemos la sencillez y alegría del pasado, ahora los conceptos vienen en botellas de aceite de ricino y cuesta un huevo tragárselos. Estamos hilando muy fino y yo sigo convencido que el holandés no es para mí, que esta lengua no la hablaré en la vida.

    El jueves quedé con otro colega para ir al cine ya que ahora que vuelvo a ser libre, que no tengo a mis padres en casa, todo el mundo me está llamando para quedar y no estoy dando abasto. Ya sé que va a sonar absurdo e incluso increíble pero estoy dando cita para la segunda semana de noviembre. Es lo que hay. Si tuviera un feisbuc y un tuiter seguro que ahora mismo estaría bien gordito y sentado todo el día delante de la pantalla de mi ordenador e interactuando con mis doscientos mejores amigos de esos mundos tan interesantes pero por desgracia me tengo que conformar con un montón de gente del mundo real que me machacan a base de bien y con las que voy al cine, de copas, de más copas, de cenas, de parranda, de caminata o de safari fotográfico, que de todo hay.

    Aún no sé lo que sucederá la semana que viene porque no tengo nada preparado y me temo que estaré totalmente desconectado de la red durante unos días. No creo que lo eche mucho de menos pero nunca se sabe. Hacedme caso, no paséis en vuestras casas un minuto más de los necesarios, el Mundo está ahí afuera.

  • Stadhuis de Delft

    16 de octubre de 2009
    Stadhuis de Delft

    Stadhuis de Delft, originally uploaded by sulaco_rm.

    En la plaza del mercado, justo enfrente de la Nieuwe Kerk que veíamos ayer tenemos el edificio del ayuntamiento de la ciudad de Delft, un edificio que se levantó por primera vez en el 1200 pero que por fuegos y otras desgracias ha ido cambiando con el tiempo. Su aspecto actual es de estilo Renacentista holandés. En su interior aún conservan la habitación en la que se torturaba a los criminales aunque no está abierta al público. Esa plaza es muy concurrida todo el año aunque los estudiantes prefieren más otra cercana en la que los pubs son más baratos.

  • El otoño ya llegó

    15 de octubre de 2009

    Este ha sido el mejor verano de los nueve años que llevo viviendo en los Países Bajos. Hemos tenido incontables horas de sol y unas temperaturas que me ayudaron a olvidar los veranos en Gran Canaria. Después de semanas de buen tiempo la luz comenzó a faltar y ya por fin llegó el otoño. Ayer teníamos una de las primeras heladas y desde por la mañana se notó el fresco. Cuando salí de mi casa el termómetro indicaba cero grados en el jardín y el aire corroboraba dicha información. Durante el día la temperatura fue subiendo pero al llegar las nueve de la noche estábamos de nuevo a tres grados sobre cero.

    A tres grados

    A tres grados, originally uploaded by sulaco_rm.

    Esa fue la temperatura a la que pedaleé anoche camino del cine, disfrutando del fresco que golpeaba mi cara y dando gracias a mis guantes porque me mantenían bien protegido. Desde que llegué a este país siempre me han gustado más las temperaturas por debajo de cero. Probablemente sea una sensación completamente errónea pero tengo menos frío cuando estamos en cero o en negativo. Después de ver la película la temperatura había descendido y estábamos en el punto técnico de congelación.

    A cero grados

    A cero grados, originally uploaded by sulaco_rm.

    A esa temperatura el aire se aclara y cuando respiras sientes como alcanza rincones insospechados en tus pulmones. Yo pedaleaba cruzando la ciudad a la vera del Oudegracht, serpenteando con mi bici a ambos lados del canal el cual cruzaba en los innumerables puentes que pasan sobre el mismo. Después entré en el gran parque que está al norte de mi casa y la visibilidad era tan buena que podías verlo todo. Pese a que era bastante tarde, iba en una procesión de bicicletas en línea, todos con nuestros auriculares escuchando música, audiobooks o lo que quiera que sea que van oyendo. Al entrar en Lunetten nos fuimos repartiendo por las diferentes encrucijadas hasta que me quedé solo y llegué a mi casa parándome a observar un poco al señor Erizo que sigue viviendo por detrás de mi jardín y al que solo veo por las noches. El se queda quieto cuando me presiente y espera a que me vaya para continuar con su tarea y buscar caracoles, babosas y todo aquello que puede comer. A veces entra en mi jardín y lo veo durante un par de días recorriéndolo y buscando todos los caracoles que puede pillar. Después se pasa al jardín de mis vecinos y continúa con su tarea.

    Al entrar en mi casa, pasadas las once y media de la noche, la calefacción se afanaba en subir la temperatura y el calor me acarició el rostro. Por la mañana, cuando salí hacia la estación la temperatura era de unos saludables dos grados bajo cero, nuestro primer contacto con el invierno.

    Bajo cero en la mañana

    bajo cero en la mañana, originally uploaded by sulaco_rm.

    Disfruté enormemente el paseo en bici hasta la estación y una vez allí busqué mi tren con una sonrisa de oreja a oreja porque si hay un tiempo hermoso, ese es el otoño, la estación de los colores y las sensaciones intensas.

    A la hora de almorzar me fui a pasear al bosque solo. El lugar tenía el embrujo de los colores que solo se pueden ver en esta época del año y andaba distraído buscando setas cuando al llegar a uno de los puentes que cruzan la miríada de lagos que hay en aquel lugar me tropecé con un ave que descansaba en el puente:

    Ave en el puente

    Ave en el puente, originally uploaded by sulaco_rm.

    Parecía estar controlando las aguas, evaluando su territorio y pensándose si emigrar hacia un lugar más cálido o quedarse a pasar el invierno por estas tierras. Yo crucé el puente y me adentré en la penumbra, escuchando el ruido de las hojas al arrastrarse por el suelo y el de los erizos de las castañas al caer y abrirse. Me paré a coger unas cuantas y así, comiendo castañas volví a la oficina para unas cuantas horas más de trabajo. Estamos en otoño, la estación de las sorpresas.

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