Hay veces en que la imagen ya lo dice todo.
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Cachondeo con las bicicletas
Estando rodeados de bicicletas y siendo un elemento tan importante en las vidas de todos los ciudadanos de los Países Bajos, no faltan los toques de humor de cuando en cuando con las bicicletas como protagonistas. En esta ocasión, los propietarios de uno de los campos de tulipanes que están enfrente del Keukenhof decidieron plantar una bicicleta cerca del parque para que los turistas y visitantes pudieran tener esta curiosa imagen además de la otra más popular en la que se puede ver los inmensos campos de tulipanes.
En el Álbum de fotos de bicicletas encontrarás un montón de bicis que he ido fotografiando a lo largo de los años
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¿Y tú que buscas?
Gracias al objetivo de fisheye (¿ojo de pez, quizás?) pude captar este mágico momento con un caballo prácticamente oliendo mi cámara. Los caballos son muy curiosos y corteses. Se acercan mucho, te miran con atención pero procuran mantener la distancia. Unos animales muy agradecidos a la hora de hacerles fotos.
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Brideshead Revisited – Retorno a Brideshead
Hay que ver como engaña la memoria histórica. Todos los que nacimos antes del mundial de fútbol de España tenemos un vago recuerdo de algunos programas y series que daban en la única televisión de aquellos tiempos, esa que solo emitía en la tarde/noche y frente a la que pasábamos grandes ratos mirando la carta de ajuste. De esa época vienen programas como la casa de la Pradera, Lucecita, los hombres de Harrilson o retorno a Brideshead, series que nos suena muy familiares y que por supuesto que hemos visto pero de las que aparte del nombre y un cierto estímulo eléctrico en nuestro cerebro, no recordamos más nada. Por eso, cuando vi que se había estrenado Brideshead Revisited decidí darle una oportunidad ya que el original me suena a que era una buena serie. En España esta película se estrenará como Retorno a Brideshead.
Un julay trepa se hace más mejor amigo de otro afectado de mariquitismo
Un joven de clase media tiene un encontronazo en su primer día en la universidad con otro ricachón y que pierde más aceite que el Titanic en la última hora de película. De alguna forma y manera se hacen amigos y mientras uno lo que quiere es medrar y tirar pa’rriba, el otro lo que busca es que le borren el cerolo y le taponen ese agujerito por el que se le escapa el aceite. Las vidas de ambos quedarán unidas y veremos la caída de uno de ellos y el auge del otro. Todo ello adornado con mucha campiña británica, damas con gorros horteras y mucho tipo estirado.
Os lo juro por las bragas sucias de Mafalda que yo creía que lo de Retorno a Brideshead era más bien sobre la decadencia del imperio y asuntos parecidos. Que mala y traicionera que es la memoria. En cualquier caso, una vez superas el shock inicial y te acostumbras al ramalazo de uno de los protagonistas, la cosa va bien. En el aire siempre flota una historia de amor imposible a la que sucede otra historia de amor imposible ya que da igual el palo del que juegues, te gusten las conchas o los barquillos la cosa no va bien. Todo esto mezclado con la amistad y los límites que tiene la misma, la codicia y el vetusto sistema de castas sociales que imperaba en el Reino Unido en aquella época.
La película se va trocando en un drama cada vez más y más negro y para cuando sales del cine no es que se pueda decir que estás contentísimo pero al menos si tienes la sensación de haber visto una muy buena película.
Vete a verla con los amigos esos con gafas de pasta y particularmente con los que han leído al menos una vez en su vida un libro (no cuentan los escritos por Tolkien).