Tiene mérito pasearte con esa tremenda cornamenta sobre tu cabeza.
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Machitos
Un mes antes de comenzar la berrea los machos aún se trataban entre ellos y pasaban el día juntos, mirándose las cornamentas y disfrutando de la compañía de los amigos. Seguro que ni ellos se esperaban los cambios que vendrían a continuación por culpa del exceso hormonal.
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Cuarto día – Pesadilla a punto de acabar
Al llegar a casa hoy me he encontrado la segunda pared ya hecha y una nota del señor que está trabajando en la que me decía que abra las ventanas para que corra el aire porque las paredes están muy húmedas. Si estuviéramos en Gran Canaria eso sería algo agradable y agradecido pero con menos de quince grados afuera lo último que quiere uno es que ese frío se le meta en el cuerpo y les deje las bolingas del tamaño de un maní.
He tenido que exiliarme a la planta alta de mi casa y no bajar para nada. Mañana espero que sea el último día de esta primera fase pintora. Faltan las dos paredes con ventanas, que al parecer son más complicadas.
En la foto de hoy podéis ver el contraste entre una pared acabada y otra a la que le falta la mano de Spachtelputz.
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Cantándole a la vida
Muchos de los ciervos que están berreando limpian el terreno en el que lo hacen arrancando las hierbas y creándose una especie de claro sobre el que pivotan a los cuatro vientos cantándole sus virtudes y procurando que las hembras queden impresionadas y los elijan a ellos.
Ya fantaseé sobre este tema hace un año en Dos universos más allá a la izquierda ??, una historia que no recomiendo a los débiles de corazón ??