En mi visita a Barcelona descubrí que lo que me gusta de la ciudad es Gaudí y poco más. Toda su obra me fascina y una de mis amigas y comentarista habitual acabó regalándome un libro sobre ese genio en el que cuentan algunas cosillas sobre él. Ya habíamos visto la foto de hoy, pero fue en colores y ahora que las comparo me da la impresión que el original es muy plano, le falta profundidad, emoción, sentimiento o quizás otra cosa. Esta versión en blanco y negro fuerte y violento me fascina por la fuerza que parece contener en la ausencia de colores. Esta no fue una conversión clásica desde el color al blanco y negro, fue un robo despiadado de colores y una exaltación del negro, que reluce tanto que asusta.
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Es muy duro reflexionar
Cuando uno se engancha al tren de la educación tiene que tener claras sus limitaciones. Yo siempre fui de ciencias, porque era algo que podía comprender y hasta cierto punto reconocía las pautas que me mostraban en los libros o me leían los profesores en clase, que al fin y al cabo la mayor parte de ese colectivo carece de dotes para la comunicación y se limitan a indicarnos la página en la que podemos adquirir el conocimiento. Esto es aún más cierto cuanto más elevada es la educación y al llegar a la Universidad si hay una verdad absoluta es que aprovechas mejor tu tiempo no yendo a clase porque la mayor parte de esos que deben ilustrarte son fracasados que no valen para el mercado laboral y acaban sus días jodiendo a sus alumnos ya que no pueden aspirar a más. A mí me hubiera gustado ser de letras, tener la chispa esa que dispara las palabras y disfrutar con la belleza de los textos clásicos pero no pudo ser y cada vez tengo más claro que aunque quisiera jamás lo habría conseguido porque en las letras no hay mucha lógica, no existe la belleza del orden y definitivamente no se puede demostrar nada siguiendo un conjunto de normas previamente conocidas.
Los idiomas entran para mí en el grupo de las letras y por desgracia también soy un negado para ellos. Logré amaestrar el inglés porque seguramente me iniciaron desde muy pequeño y pasé dos veranos completos en los Estados Unidos pero más allá de eso no voy a conseguir grandes éxitos. Tampoco me importa que no es moco de pavo ser totalmente bilingüe y pensar, soñar, hablar, odiar y amar tanto en español como en inglés tiene su encanto. El holandés me ha llegado muy tarde y no hay forma de amaestrarlo, aunque seguiré intentándolo y no desistiré. Esta semana en clase tuvimos una amarga despedida. Aquella que llegó de Los Angeles y estaba únicamente de visita por un par de meses ha de volver a casa y en nuestra clase tenemos la primera baja, ya que no cuento al Chino como un miembro estable del colectivo. Se va con su melena indómita, esa misma que hace rabiar de insidiosa envidia a las compañeras porque su pelo siempre parece perfecto y ella reconoce sin problemas que le toma más de una hora para estar así de esplendorosa a las nueve de la mañana. Se va una diva pero aún nos queda el clan de las Rusas, una banda compacta de mujeres que han descubierto el amor verdadero a través de esa gran santa que es Santa VISA.
Mis problemas con el holandés son simples de entender. Por una parte está la forma de crear las frases subordinadas y aquellas que tienen verbos compuestos. Lo de llevar el verbo al final no va conmigo, especialmente en el idioma hablado. No puedo pensar una frase en la que el verbo es la pieza fundamental a la hora de transmitir la información y tener que mantener esa pieza central oculta hasta el último momento. Por ahora lo estoy supliendo con frases cortas. En lugar de decir Ayer he con mis amigos por la tarde en Amsterdam al cine ido, que sería la forma de montar la frase en holandés yo digo Ayer fui al cine. Fui con mis amigos. Fue en Amsterdam y así capeo el temporal y mi cerebro procesa con relativa velocidad pequeñas piezas de información.
Mi siguiente problema con el holandés es la maldita partícula er. Son solo dos letras, pero bien puñeteras. Er se puede usar de un montón de formas distintas. Yo con mi limitado holandés conozco tres de ellas, todas diferentes, todas con sus reglas y excepciones y eso es lo que me desquicia. En realidad es una palabra que sustituye a otras, que aporta contenido relativo al lugar o a la persona o a otras cosas, una especie de pronombre que en realidad no lo es. Si lo veo en un escrito puedo llegar a captar el significado pero si alguien lo usa mientras habla lo más normal es que me pierda completamente y no sepa por donde van los tiros. Es como si se te escapa la señal portadora y allí donde escuchabas música pasas a oír ruido. Espero que esto no sea una enfermedad incurable y algún día llegaré a usar uno de esos er en alguna frase estúpida y será un momento mágico.
Finalmente mi tercer problema con el idioma son los pronombres reflexivos y la forma de usarlos. Ahora que lo pienso en español son también igual o más complejos y yo no podría explicárselo a un extranjero. Pongamos por ejemplo cascársela. Si alguien trata de averiguar como sabemos que yo me la casco, tú te la cascas y él se la casca, no sabría como contárselo. Aún más complejo sería decirle que Ella NO se la casca porque a ella se la endiñan. A cualquier extranjero que ve esto en nuestro idioma seguro que le vienen a la cabeza un montón de preguntas relacionadas con esos me-te-se y no digamos de los la que tenemos por ahí sueltos. Pues bien, eso lo hacemos de forma natural, tanto cascárnosla como entender el significado del acto reflexivo que ello conlleva. Ahora crucemos la línea del holandés y las reglas son distintas. Los pronombres reflexivos son diferentes, su uso es otro y para hacerlo aún peor, algunos son exactamente igual que los pronombres personales y no los puedes omitir. Así, un verbo tan simple, sencillo y modesto como el verbo sentir se torna en una pesadilla reflexiva, particularmente cuando hablas de los sentimientos de la segunda persona del singular y si le preguntas a un amigo si está malito (se siente enfermo) sería algo como Voel je je ziek? y la pronunciación de esos dos je je es yeye y claro, me entra la risa boba y en la puta vida conseguiré usar el reflexivo porque es como muy Yeyé. Tendré que encontrar alternativas no reflexivas o de otra forma no lo conseguiré.
Así que en esta semana he aprendido a complicarme la vida de una forma reflexiva, he aprendido a distinguir entre el pasado perfecto e impecable del pasado imperfecto y desastroso y para procesar todo este exceso de información nos han dado una semana de vacaciones en la que procuraré restaurar todas la partes de mi cerebro que han sido dañadas por tanto galimatías idiomático.
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La semana pasada en Distorsiones
Esta semana hemos llegado por primera vez a los CERO grados en este otoño que está resultando mucho más frío que los dos anteriores. El jardín de mi casa está sufriendo una transformación brutal, cambiando a marchas forzadas para prepararse para el invierno. Igual un día de estos pongo alguna foto y veréis la pila enorme de vegetación de la que tengo que deshacerme en las próximas semanas. Incluso usando el contenedor del Chino pasará al menos un mes antes que vuelva a tener mi jardín en condiciones.
Aparte de esto, la gran noticia es que quiero visitar los Estados Unidos antes del fin de Noviembre en El gran viaje del 2007. En esta ocasión iré a California, a San Francisco y desde allí perderme por carretera en dirección al parque Yosemite y después bajar hacia los Ángeles por la legendaria autopista «1». Ya me he comprado la guía Lonely Planet y esta semana empezaré a informarme, comprar billete y demás. A la vuelta pasaré por Washington D.C. un par de días así que habrá tiempo de ver a los amigos y familia que hay por allí.
Además de esto, sigo con mi Perfecto holandés, ese idioma que no hay manera que me entre. Soy un negado para esta lengua, cada vez que lo intento me doy cuenta que mi cerebro no se hizo para pensar en notación polaca, que es como se montan las frases en la lengua del Rembrandt. Al menos disfruto enormemente del país y de las actividades tan variadas que se pueden realizar en el mismo. Sin ir más lejos esta semana tuvimos Bronstexcursie – La berrea en Oostvaardersplassen , una experiencia totalmente increíble en una reserva natural.
Las fotos se dividieron en dos grupos. Primero terminamos con la última andanada del Club de las 500, que fueron Setas en el Club de las 500 , Setas en otoño en el Club de las 500 y Pražský Hrad – Castillo de Praga en el Club de las 500. Después comenzamos una serie muy especial llamada Mundos extraños, una selección de nueve imágenes que han sido altamente editadas. En esta serie hemos tenido Esos ojos que me miran, Tulipanes imposibles y Viajero del tiempo.
El Cine ha vuelto con fuerza. Tengo un abono de TODO LO QUE PUEDAS VER POR 18 EUROS y los de la cadena de cines no saben el error tan grande que han cometido. Estoy exprimiéndolo al máximo. Esta semana comenté la excelente Mr. Brooks y la mediocre y aburrida The Kingdom – La sombra del reino. Ambas películas tardarán aún un tiempo en llegar a España.
Tuvimos una nueva receta en la sección de Cocinillas, una deliciosa Raita de tomate, pepino y cebolla roja.
Y para acabar, un pequeño Desvarío a partir de una foto tomada en Salamanca llamado Chochos típicos.
Y aquí tenéis eso que siempre añado al final de este resumen:
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The Kingdom – La sombra del reino
Cuando el martes fui al cine y en los títulos de crédito de la película que iba a ver apareció entre los productores el nombre de Michael Mann supe que la había cagado. Ese hombre es uno de las más nefastas influencias en el Hollywood actual y todo lo que toca lo suele joder por completo. Su problema es que no sabe que los que realmente pagamos por ir al cine no queremos ver su mierda con policías falsos, sus tramas para cerebros anoréxicos de aire que han dejado de pensar hace siglos y su tendencia a lo hortera y a vestir a sus protagonistas como mariconas de barriada periférica de ciudad de segunda o mejor aún, de pueblo marginal. Su público está formado por pollardones que juegan mucho con su consola, que tienen ceja única, que son incapaces de mantener una relación convencional con otro ser humano y que por descontado se descargan las películas por la red sin jamás pagar un duro porque en su mediocre pantalla de ordenador o en su patética televisión la ven mucho mejor y encima no pierden el contacto con las otras bestias como ellos. Así que una vez supe quien estaba detrás de la patochada pude comprender mejor la razón por la que hacía agua. La película se llama The Kingdom y en España cuando finalmente se estrene a finales de noviembre recibirá el título de La sombra del reino.
Un grupo de julays se bajan al moro a matar musulmanes terroristas de mierda
La cosa comienza cuando un patriota americano santo varón, padre ejemplar e hijoputa confeso que ha viajado por todo el mundo asesinando a ciudadanos no americanos porque seguramente son terroristas se entera que un amigo suyo ha muerto en un atentado contra tropas americanas estacionadas en Arabia Saudita, ese país amigo y en el que la democracia brilla por su ausencia y existe la esclavitud y las mujeres no tienen derecho alguno aunque esto no parece importar a los americanos y no sienten ningún deseo de ayudar ni a las mujeres ni a los esclavos porque el petróleo sigue fluyendo y por lo tanto cierran los ojos y miran hacia otro lado. Así que tras el atentado, en el que mueren un montón de ciudadanos del primer mundo, un equipo del FBI se encabrona y viajan al puto reino ese para esclarecer el asunto y de paso limpiar sus calles de morisma y de terroristas. Como se trata de hacerlo creíble al 1000 por cien en el equipo hay una tiparraca a la que por supuesto se le permite acudir y que encima lo hace con camiseta micronésica que le marca las tetas, los pezones, las venas de los pezones y mucho más allá sin que a los moros terroristas parezca afectarles en absoluto. Este es uno de esos detalles en los que se nota la mano corrupta del productor. Después tendremos que aguantar estúpidas investigaciones, patéticas escenas de respeto a los derechos inhumanos, propaganda política de lo más zafia y lo culminarán con una persecución típica del cine de esa sombra infame en la que morirán miles y miles y miles y quizás millones de terroristas islámicos mientras los americanos se comen una hamburguesa con una mano, se rascan ladillas con la otra y en lugar de disparar armas de fuego, se tiran pedos después de almorzar un par de latas de judías con cochino y aderezadas con un buen vaso de cerveza y matan a todos los malos sin que se les cambe el peinado.
En fin, un patético ejercicio de nadería, una película sosa y aburrida supuestamente de acción aunque esta falla cuando aparece y que estoy seguro arrasará en las redes de descarga cuando aparezca y será en ellas en donde tendrá el reconocimiento que no ha tenido en los cines por parte de esos que solo ven la vida a través de pantallas de TFT. El veredicto de los cines ha sido bien claro, con la película petando en los Estados Unidos y en el resto de mercados en los que se ha estrenado. Ahórrate tu dinero y espera a que la den en alguna de las cadenas privadas dentro de un par de años. No te pierdes nada.