Nuestra vida en las grandes ciudades acompañados de mascotas ha traído algunos efectos colaterales y los desechos biológicos de los animales son uno de ellos. En cada lugar hay costumbres distintas y dependiendo del grado de educación que tengamos, moveremos la línea en una dirección o en otra. Recoger la mierda de nuestro perro es tarea ingrata y que apetece poco y por eso los dueños tienden a olvidarse de la misma, la obvian con la esperanza de no ser notados. En algunos países no hay unas normas claras al respecto y raramente se observan carteles como el de la foto de hoy.
En Holanda hay que pagar un impuesto municipal anual por tener tu mascota en casa y con ese dinero se supone que se cubren los costes de limpieza que producirá. Hablando claramente, no se recogen las mierdas de perro, aunque tampoco se permite que los pongáis a cagar en la calle. Tenéis que llevarlos a los parques, en donde salvo que se indique lo contrario, son libres de cagar en donde les plazca. Para asegurarse que todos los propietarios de animales pagan impuestos hay brigadas especiales que visitan las casas a distintas horas para ver si hay gatos o perros. Cuando lo descubren, te llega la carta con la invitación a pagar y legalizar la situación de tu amada mascota.
En Dublín han optado por forzar a los dueños a recoger la mierda de sus animales y si no, multa al canto. En el cartel se puede leer que Cuando tu perro haya acabado sus negocios, ¡Hagas los tuyos!
Espero que no se refieran a que tú también te eches una jiñada en el parque porque si no aquello va a dar un asco terrible. Parece que solo hay que recoger la mierda del perro y no la del humano. La multa, si la pagas in situ es de 125 eurolos y de hasta 3000 eurolos si decides ir a juicio.
Me encanta el mensaje final en el que avisan que la mierda de perros es un peligro para la salud y arruina el medioambiente para todos