Aquellos que visitan Holanda a finales de Julio o principios de Agosto no deberían perderse el Amsterdam Gay Parade, una cabalgata de barcos en los canales de la ciudad muy divertida y llena de color. Hace nueve meses vimos por primera vez esta foto en I will survive y hoy le damos la bienvenida al Club de las 500.
-
Segundo Chinexamen de conducir
Yo no dejo de alucinar con mi amigo el Chino. Es una fuente inagotable de historias. Recordaréis como sufrimos con el Chinexamen y lo mal que lo pasamos cuando no lo aprobó. Después vinieron sus exóticas Chinclases de conducir usando el transporte público y tras casi un mes de silencio, hemos tenido más novedades en este tema que os paso a relatar.
A primeros de abril se cambió el examen práctico de conducir y el vetusto y tradicional estilo de dar ordenes al examinado y evaluar como las ejecuta ha quedado atrás. Ahora el examen es en un recorrido, yendo de un lugar a otro en un tiempo determinado y sin que el examinador intervenga. La persona que se examina puede pararse a preguntar en caso de dudas y puede elegir su propia ruta en tanto en cuanto consiga llegar al lugar dentro de la franja de tiempo permitida. El número de estas rutas es limitado, son unas pocas, aunque bien jodidas porque pasan por lugares de mucho tráfico.
Al Chino le tocó examinarse un sábado por la mañana y pese a que pueda parecer ventajoso, en realidad esos días hay un montón de tráfico en la ciudad por toda la gente que viene de compras. Los exámenes pueden ser rutas que te llevan desde la estación central hasta el edificio de los bomberos o desde el bulevar de las tiendas de muebles hasta la estación norte de la ciudad. Un par de días antes le pregunté al Chino si él se conocía la ubicación de todas las dotaciones de bomberos y me miró como si estuviera chiflado y empezó a bambolear la cabeza con ese movimiento tan característico que hemos aprendido a amar. Me dice:
– Estación de bomberos ser y estar en lugar único y Chino conocer y llegar saber ? y se quedó tan ancho.– Pero es que hay más de una. En cada zona de la ciudad hay una dotación, ¿a cuál tienes que ir? ? pregunté
– Tú Chino confundir no. Bomberos ser y estar en sitio único y Chino saber y conocer ? creo que está clarísimo que este se cree que aquí también se estila lo del partido único y el tener las cosas en un único sitio como en su país.
– OK, tú mismo. Que haya suerte en el examen ? y cambiamos de tema de conversación.
Esta semana me lo encontré en el tren y no me pude contener:
– ¿Qué tal te fue en el examen?
– Examen Chino fallar ? dijo muy bajo de ánimo
– ¡Qué me dices! Pero si tú estabas preparadísimo y te sabías las rutas al dedillo. ¿Cómo han podido suspenderte?
– Chino bueno conductor ser. Chino día el de examen pronto llegar y examinador saludar. Hombre bueno parecer y pronto en coche entrar para examen hacer ? a partir de este momento el diálogo de besugos será entre el Chino, su examinador y si se tercia, su profesor de autoescuela, así que no se confundan. Esto fue lo que sucedió:
– Vamos a comenzar el examen señor Chino. Quiero que nos lleve a la estación de tren de Overvecht cruzando al menos en una ocasión el Oudegracht ? le dijo el examinador fijando la ruta del examen ? tendrá cuarenta minutos para hacer el trayecto y total libertad para fijar la ruta.
– Oído Chino Cocina y Marchando. Son sesenta y uno euros favor por ? y sonrió con esos dientes negros lavados con gárgarass de refresco de cola todos los días de su vida.
– ¿Qúe dices, chaval? ¿Qué es eso de sesenta y un euros? ? Le preguntó el examinador
– Estación central viaje a Overvecht ser una zona y línea ocho ser y precio sesenta céntimos de billete y un euro tener favor por ? le dijo el Chino antes de recibir un cuesco de su profesor que estaba sentado detrás.
– Es un bromista, no le haga caso ? dijo el profesor del Chino. Arrancaron y tras un minuto de amable silencio en el coche, el Chino dice:
– Viestraat Lange, parada ser, Viestraat Lange ? y detuvo el coche en medio de la calle, justo delante de una parada de autobús y abrió la puerta del pasajero.
– ¿Pero qué haces? ¿Tú de qué vas? ? le dijo el examinador, el cual comenzaba a enojarse con tanta cosa rara. El profesor tuvo que intervenir y cerró la puerta del coche. Volvieron a arrancar.
– Witevrouwensingel, líneas aquí diez y siete transbordo, Witevrouwensingel ? y volvió a detener el coche frente a una parada de autobús volviendo a abrir la puerta, como si estuviera llevando una guagua y esperara pasajeros.
– Una más de estas y le suspendo, ¿me entiende? ? le dijo el examinador. El profesor sudaba copiosamente en el asiento trasero.
– Oír y entender Chino. Sí Señor, Señor ? y empleó un tono marcial en su voz. A partir de ese momento conducía en silencio y todo parecía ir bien. Llegaron a un cruce y el Chino señalizó correctamente su maniobra para girar hacia la derecha. Entraron al cruce y el coche siguió de frente pasándoselo y cuando parecía que ya era muy tarde, metió un volantazo terrible y trató de girar el coche como si fuera un autobús. El problema fue que los coches no tienen el mismo tipo de dirección y lo que logró fue enfilar directamente el carril contrario de la calle. Los dos hombres que lo acompañaban comenzaron a chillar al unísono y la persona que venía de frente hacia ellos trató de evitar la colisión. Todos gritaban y el Chino no sabía que hacer porque en las semanas que había observado a los conductores de autobús, ellos hacían las curvas abriendo mucho el vehículo para girar. El examinador pisó con fuerza el freno que lleva en su lado del vehículo y se pudo sentir el ABS tomando control de la situación.
– Salga ahora mismo del coche. Está suspendido. Usted es un peligro para la circulación. Por Dios, podíamos haber muerto ? dijo el examinador aún enfurecido y tratando de soltarse el cinturón de seguridad para huir. El profesor del Chino ya había salido del vehículo y los miraba respirando entrecortadamente desde la acera, sabiéndose a salvo de otra posible desgracia.
– ¿Chino aprobar no? ? Preguntó inocentemente
– ¡Ni de coña! ? le dijo el examinador zanjando el asunto
-
Tulipán el Turco en el Club de las 500
No escuchéis a esos que os dicen que Holanda es un mal país, lo cierto es que esta tierra tiene cosas bellísimas y la más hermosa de todas ellas son los tulipanes, esas maravillas de vida efímera con las que recibimos la primavera y dejamos atrás la oscuridad del invierno. Hace menos de un año que veíamos por primera vez el Tulipán el Turco y hoy le damos la bienvenida al Club de las 500.
-
Esa línea que nos separa
En nuestra programación genética alguien debió cometer un error y por culpa de eso siempre estamos creando barreras, creando líneas que nos separan a unos de otros. Esa línea que nos separa no podemos verla pero siempre está ahí, entre hombres y mujeres, ricos y pobres, blancos y negros, azules y amarillos, incultos y letrados, pon el grupo que quieras y siempre hay otro que equilibra la balanza. Quizás se trate de eso, de equilibrio y es la forma cachonda que tuvo quien quiera que nos haya creado para implementar el Orden, empotrarlo dentro del Caos.
Un pequeño grupo de gente es capaz de cruzar esas líneas, de ir del blanco al negro, del punto A al B y no tienen ningún problema en funcionar entre dos mundos, lo ven como algo natural. Esto no se puede aprender, se nace con ello. Muchos creen que lo tienen pero en realidad no es así. Viven sus vidas en su pequeño universo cerrado y de boquilla se jactan de su inmensa apertura, su facilidad para la integración, para la mezcla mientras la realidad, si la dejaran manifestarse, demostraría que no es así.
El monje de la foto iba a cruzar una línea, una real y no imaginaria, una línea que separa un edificio construido hace veinte siglos del mundo actual, del siglo veintiuno. Yo lo fotografié desde el otro lado, desde el pasado, estando en el interior de aquel mágico lugar que fue construido en tiempos muy anteriores a la fotografía digital, a la era de los ordenadores, la sociedad de la información y todas esas cosas con las que nos hemos rodeado para evitar ver a otros seres humanos y así no tener que permitirles cruzar las líneas que dibujamos a nuestro alrededor.
Cada día que pasa descubro alguna línea que inconscientemente he creado y procuro romperlas, borrarlas para tener más espacio y ser más libre, porque las líneas, por inocentes que parezcan, se retuercen y convierten en círculos que nos atrapan y nos limitan.