El Arco de Constantino está junto al Coliseo y data del siglo IV. Para construirlo expoliaron otros arcos y monumentos y por eso es un popurrí de estilos. Conmemora la victoria de Constantino I el Grande en la batalla del Puente Milvio y fue el último de los arcos de triunfo que se levantaron para conmemorar grandes gestas del imperio romano.
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Defcon 1
Cuando tu mejor amigo te manda un SMS a las cinco de la tarde con cuatro palabras que disparan todas las alarmas, solo se puede hacer una cosa y eso he hecho. Hemos quedado, hemos pasado por la sección de televisores gigantescos del Media Markt para ver esas fastuosas pantallas que nunca tendremos y después nos hemos ido al Oudaen a emborracharnos como mandan las escrituras.
Atrás quedó una tarde de compras en la que visité todas las tiendas de cocina de la ciudad de Utrecht buscando el especiero perfecto, ese que complemente mi cocina y la ascienda a niveles nunca vistos. Después de ir a siete tiendas tengo claro que me gastaré ochenta euros en algo que posiblemente se fabrique por uno o dos euros pero que quedará divino de la muerte en mi zona de experimentacióon.
Con mi mejor amigo todo quedó en cincuenta euros de la mejor cerveza que se puede encotrar en Holanda, la Oudaen y en conversaciones difusas de las que ya ni siquera puedo recordar mucho. Parece que la emergencia ya ha pasado y que mañana volverá a amanecer bien temprano y será un nuevo día.
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Arco de Tito
Si entras al Foro desde el Coliseo te encuentras con el Arco de Tito, levantado para conmemorar sus victorias contra los judíos en el siglo I. En ese lugar recibes un impacto tremendo porque tras el arco hay miles de años de historia y es como retroceder en el tiempo y volver a esas películas que veíamos por la tele cuando éramos niños. El Foro es una auténtica pasada, otra más en una ciudad que acumula maravillas en todos sus rincones.
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¿Cuántas películas se pueden ver con ciento cuatro euros?
Mi presupuesto para cine en los tres primeros meses del año ha sido de ciento cuatro euros y con ese dinero he visto treinta y ocho películas, lo que da una media de 2.7 euros por película. En realidad el cine es caro en España, en Holanda resulta muy barato cuando tienes el abono ilimitado. Yo pago dieciocho euros al mes y con ese dinero tengo acceso ilimitado a todos los multicines de la cadena Pathé, la mejor y más extendida en el país, con cines nuevos y de excelente calidad. En Amsterdam tengo tres multicines disponibles y uno de ellos está especializado en películas de autor. Si no hubiera visitado España en realidad me habría gastado cincuenta y cuatro euros y habría visto veintiocho películas con ese dinero, lo cual da una media de 1.9 euros por película. Los otros cincuenta euros me los gasté en diez películas que vi en España, a una media de 5 euros por película. Ahí está el problema. El cine es carísimo en España y ya no te cuento si quieres comer o beber algo mientras ves la película. No me extraña que sea el país de la piratería cuando la gente tiene unos salarios miserables y los cines unos precios prohibitivos.
Mi tarjeta de cine ilimitado solo está limitada a comprar las entradas como máximo una hora antes del comienzo de la película y en caso de ver más de una peli en el mismo día (algo que yo hago a menudo), tienen que haber pasado al menos noventa minutos entre el comienzo de ambas. Por lo demás, voy una vez tras otra al cine sin más problemas, compro mis entradas en unas máquinas que hay en el vestíbulo de los cines con lo que no hago cola alguna y después entro en la sala feliz y contento. Prácticamente no veo televisión ya que cuando me apetece una peli, prefiero que sea en una sala con una pantalla enorme y un sonido espectacular.
Esto mismo lo podemos extrapolar a la música o las películas en DVD. Las diferencias de precio son de abuso en España. Cada vez que alguno de mis grupos favoritos saca un nuevo disco, me acerco al centro de Utrecht y pago 9.99 euros. El mismo precio que cuesta descargarla desde el iTunes. Si te esperas unos meses, igual lo compras por 6 o menos, dependiendo del grupo. Con películas y series sucede lo mismo. Recuerdo hace unos meses que por 9.99 te podías comprar la edición de puro lujo María con mil ochocientas treinta y seis horas más de la infame trilogía del julandrillo o los cinco euros que pagué por Kill Bill 1 + 2. Así me compré las dos primeras temporadas de Battlestar Galactica y pronto caerá la tercera.
A este ritmo, el año 2008 será un año de cine en el que por primera vez creo que superaré la legendaria cifra de las CIENTO CINCUENTA