En los últimos días hemos dado un paseo por sitios y lugares que he visitado a lo largo de los últimos doce meses y lo hemos hecho desde un punto de vista más subjetivo, mostrando las cosas quizás no como son sino como me gusta verlas. Hoy acabamos esta pequeña gira con la primera foto de mi viaje en Septiembre a Pisa y Florencia. Sabía que lo primero que hice fue una foto de la torre inclinada y como no he podido mirar las novecientas fotos que hice tuve que dejar volar mi imaginación a partir de aquella primera imagen. Lo primero fue darle algo de espíritu añejo a esa torre que no se cae, que se agacha para saludar a la gente que la viene a ver y que se engalana para recibirnos a todos porque es coqueta. El cielo ayudó con un azúl espléndido que oscurecí un poco y añadí algunos matices verdes para que la torre no sea tan gris. Me gusta el efecto, le da un aspecto clásico y elegante. Con esta señora que se agacha acabamos esta primera entrega de los Mundos Extraños y es mi intención añadir de cuando en cuando alguna nueva imagen según vayan apareciendo fotos en la bitácora.
-
Evening – El atardecer
Me encantan esas pequeñas películas que pasan casi como pidiendo perdón por la cartelera pese a que están llenas de actores y actrices interesantes y que el único delito que han cometido es no tener efectos especiales, no tener un gran presupuesto y no presuponer que el espectador es un cacho de carne con ojos. El otro día fui a ver Evening, que creo que en España se llamará El Atardecer cuando se estrene.
Una julay se acuerda en su lecho de muerte de todo lo que folló de joven
El cine con mujeres es algo que no se ve mucho. Lo normal es que siempre haya actores protagonistas y alguna hembra perchero para acompañar y provocar erecciones. En el momento en el que esas actrices maduran o simplemente no dan la talla se las deja de lado y se las reemplaza por otros yogurines que no estén cerca de la fecha de caducidad. Esto es un hecho fácilmente comprobable. Recordad todas las grandes actrices que adorábamos en los ochenta y mirad donde están ?? espera ?? no están en casi ningún lado ?? todos las alaban y dicen lo grandes que son pero las han retirado por viejas. Es una pena.
Volviendo al asunto la película cuenta como una mujer, en su lecho de muerte y acompañada de sus dos hijas se acuerda de un cierto suceso cuando era joven y revive esos momentos, quizás los más felices de su vida y definitivamente los que la marcaron. Encontró al amor de su vida y vio como se le escapaba sin que pudiera hacer nada. Asistiremos a dos historias en paralelo, lo que pasa en el presente y lo que sucedió décadas atrás en una boda a la que asistió como Dama de Honor ya que era su mejor amiga la que se casaba. El elenco de actrices es de los que te deja sin aliento y todas están maravillosas pero si hay que nombrar a una y quitarse el sombrero y besar el suelo que pisa esa es Meryl Streep, una actriz que lo ha sido todo y que pese a tener un pequeño papel, alucinas con ella. Es curioso porque en la época en la que esta actriz lo ganaba todo y la consideraban la reina entre reinas, yo le tenía manía. Reconocía que era una buena actriz pero no me gustaba, más bien me disgustaba. Con el tiempo esa inquina se atemperó y ahora me parece una de las pocas actrices capaces de mostrar exactamente las emociones que quiere sin que parezca que está haciendo un esfuerzo aparente. Vamos, que la adoro.
Así que en estas dos líneas de tiempo en las que se cruzan distintos protagonistas disfrutamos con una sencilla historia de amor que se complica porque eso es lo que sucede siempre en estos casos y vemos como la vida pasa y el tiempo no perdona y al final del camino nos espera siempre la muerte y la suerte de la protagonista es que le da tiempo a cerrar su vida, a completar asuntos y marcharse en paz.
Una hermosa película, una bonita historia y una de esas pequeñas joyas que seguramente no llegaréis a ver porque estará escondida en alguna pequeña sala del cine más recóndito pero si tenéis oportunidad, no la dejéis pasar e id a verla.
-
La ciudad que quería tocar el cielo
Mi primera mañana en Nueva York fui a presentar mis respetos a la Estatua de la Libertad. Cuando el barco dejó el embarcadero miré hacia atrás y pude ver una vista preciosa de la ciudad, con un montón de rascacielos que parecen pelear entre ellos por subir más alto. Al frente el viejo embarcadero que parece fuera de contexto y más bien de otra época. Esta foto ha recibido múltiples empujones para llevar los colores hacia el punto en el que los podéis ver. El azul del cielo es más intenso, más irreal. Los colores de algunos edificios han cambiado para hacerlos más vivos y para que el contraste sea mayor, el agua es más neutra y el embarcadero huele a viejo. Esta es la ciudad con la que sueño de cuando en cuando, esa ciudad en la que hasta los edificios quieren tocar el cielo.
-
Caldo de millo
Uno de los platos típicos de la cocina Canaria es el Caldo de Millo y seguro que hay tantas versiones como canarios y todos os jurarán que la suya es la mejor. Yo crecí con la de mi abuela y mi madre y esa es la que cocino. No es ni mejor ni peor que cualquier otra, es solo la que a mi me gusta. Por si no lo sabes, en Canarias denominamos al maíz como millo. Este es un plato ideal para el otoño o el invierno, con el fresquito y que apetece aún más en esta época en la que hay tanto maíz fresco y puedes comprar las piñas y así no tener que echar mano del millo de bote. Yo lo suelo comer acompañado de queso tierno o de eso que en Canarias llamamos queso de plato y que no es otro que el queso holandés.
Prepararlo es muy fácil y en menos de una hora puedes tener el plato en la mesa y el grado de dificultad es nulo así que hasta el más inútil lo puede hacer sin más problemas.
Los Ingredientes: 1 cebolla, 1 pimiento verde, 1 tomate grande o dos pequeños, 4 o 5 papas, cilantro, un puñado de fideos (o arroz), 4 piñas de millo (mazorcas de maíz para aquellos incapaces de comprender el dialecto), 4 huevos y sal. Esto está calculado para cuatro o cinco personas.
La Implementación: Se pela y corta la cebolla, el pimiento y el tomate y se sofríe todo en un caldero hondo y que se pueda tapar. Mientras se desgranan dos de las piñas o si no quieres tomarte la molestia usa un bote de maíz dulce. Se pelan las papas y si son muy grandes se cortan. Yo suelo partir las otras dos piñas por la mitad y así cada comensal tiene su parte. Se añade al sofrito el millo desgranado, las piñas cortadas, las papas, los fideos (o el arroz) y se añade agua hasta cubrirlo todo. Se añade sal al gusto y un poco de cilantro cortado bien fino, se tapa y se cocina a fuego medio durante treinta minutos.
Después de ese tiempo se añaden los huevos, abriéndolos y echándolos dentro del caldo, en donde se cocinarán en el caldo hirviendo, se vuelve a tapar y se deja cinco minutos más. Servir caliente acompañado de queso.
Así que ya ves lo sencillo que resulta y creedme cuando os digo que está delicioso.
Si quieres ver otras recetas que he cocinado puedes ir al índice de Mi pequeño libro de recetas de cocina y allí tienes la lista completa