Y por una casualidad continuamos con el julandrismo un día más. Os juro que a partir de mañana pasamos página. Hace exactamente dos años que descubrimos que este It’s a gay, gay, world y hoy le damos la bienvenida al club de las 500. Pese a que esto sucedió hace dos años, la foto parece muy en línea con las que hemos visto las últimas dos semanas.
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Safari fotográfico en Oostvaardersplassen
El viernes de la semana pasada me fui de Safari fotográfico con mi amigo el Moreno. Lo habíamos planeado desde febrero. Hay un lugar muy especial en los Países Bajos llamado Oostvaardersplassen, una reserva natural creada no hace más de treinta años en la que se pueden ver venados, caballos y ganado bovino en libertad. Cualquier intelectual que os diga que su abuelo iba allí de pequeño a cazar mentirá como un bellaco porque antes de 1968 en aquel lugar solo había agua, parte del mar interior holandés. Oostvaardersplassen está en el más joven de los polders holandeses, esas superficies de terreno ganadas al agua que suponen una gran parte del país. Al principio lo que querían era construir una reserva para aves acuáticas pero al plantar los árboles se encontraron conque la naturaleza se desbocaba y se volvía muy densa así que tuvieron que incorporar los venados, caballos y ganado bovino para que controlen el ambiente y los pájaros puedan también tener su lugar. Hoy en día tenemos un lugar único en este continente con más de mil caballos salvajes, miles de venados y vacas y toros en perfecta armonía, con humedales y zonas secas y un entorno natural que te deja sin palabras.
Para asegurarse que el hombre no la cagaría como siempre está totalmente cerrado a las visitas. Hay un centro de visitantes y esa es la única parte abierta del parque. En ocasiones organizan caminatas con los guardas forestales y durante tres o cuatro meses al año cada viernes cinco afortunados pueden visitar el interior del parque desde un jeep con un guarda para ver los animales en libertad y hacerles fotos. Nos apuntamos en febrero para ir durante agosto y hemos estado meses esperando el momento ansiosamente. El viernes me levanté hora y media antes de lo que suele ser habitual y salí al encuentro del Moreno, el cual me esperaba en Bussum-Zuid. Desde allí fuimos en coche a Oostvaardersplassen. Íbamos cargados como mulas con todo nuestro equipo fotográfico. El día anterior rezamos y rezamos para que el buen tiempo nos acompañara y al parecer íbamos a tener suerte.
Al llegar fuimos primero a uno de los observatorios para pájaros como el de la foto:
Pese a ser tan temprano había gente haciendo fotos en silencio, con sus enormes objetivos apuntando hacia algún punto específico esperando que aparecieran los pájaros. Después de controlar el territorio fuimos al punto de encuentro, nos tomamos un café con las otras personas y nos preparamos para partir. Nuestro safari de tres horas comenzó por la parte seca del parque con una pequeña explicación. desde allí fuimos a uno de los humedales y nos encontramos con una manada de caballos Konik enorme. Son unos caballos preciosos, no muy grandes. Estuvimos prácticamente junto a ellos y nos bajamos del vehículo para hacerles fotos y verlos mejor. Algunos nos miraban con recelo pero la mayor parte de la manada simplemente nos ignoraba y seguía a lo suyo. Después de este momento mágico seguimos nuestro camino y nos tomamos con un rebaño de ganado bovino, con unos toros espectaculares acompañados de sus vacas. Se estaban desplazando y pasaron cerca de nosotros. A esas alturas el paseo ya estaba más que justificado pero lo mejor aún tenía que llegar. De cuando en cuando veíamos un ciervo escondido entre las altas hierbas pero más nada. Seguimos adentrándonos en el parque y de repente veo unas ramas y lo supe, era la cornamenta de un venado, preciosa, perfecta y se movía desganadamente entre las hierbas. Al momento aparecieron dos más y luego otros y en un momento había más de un centenar a unos metros de nosotros, medio escondidos pero los podíamos ver perfectamente. Estuvimos más de una hora topándonos con rebaños de venados que nos miraban sorprendidos y se escondían.
El tiempo acompañó durante las tres horas y justo cuando llegamos de vuelta a la entrada del parque comenzó a llover con fuerza y no paró en más de una hora. Nos refugiamos en la tienda de la entrada y nos tomamos un café viendo la lluvia y estuve a punto de comprarme una cornamenta de venado para ponerla en mi casa, algo estiloso de lo que colgar los abrigos pero aún no me he terminado de decidir.
Mientras estábamos allí nos dijeron que durante septiembre y octubre se produce un fenómeno único en Europa, de Bronst, la ceremonia de Apareamiento. Por supuesto nos hemos apuntado, a primeros de octubre iremos para presenciar el mayor espectáculo del año. Hacen excursiones los lunes, miércoles y viernes por la tarde con treinta personas en cada ocasión. Vale veintitrés euros y por lo que nos han contado la gente que lo ha visto, te quedas boquiabierto porque la experiencia es de esas que te marcan para siempre.
Después de alegrarnos el día apuntándonos a este evento nos fuimos a uno de los observatorios de pájaros escondido en los alrededores del parque. Mi amigo el Moreno suele acudir de cuando en cuando a hacer fotos de uno de los pocos Martín pescador que quedan en Holanda. Por suerte la especie se está recuperando y parece que no desaparecerán. En holandés el pájaro se llama Ijsvogel y vive junto a lagunas en las que pesca. El mirador (que es el de la foto anterior) está junto al agua y hay una rama justo delante que gusta mucho a los pájaros para controlar los pececitos que pescan. Al llegar había dos hombres haciendo fotografías. Junto con nosotros, en aquel lugar, perdido en el medio de la nada, en un sitio al que solo se llega tras caminar un gran rato, allí había más de setenta mil euros en equipo fotográfico, todo lo mejor que Canon y Nikon han producido estaba representado. Son gene que se gasta cuatrocientos euros en la mochila que lleva el equipo y a partir de ahí os podéis imaginar. Yo era el pobrecito desgraciado y eso que cargo a mis espaldas unos cuatro mil euros. Montamos el chiringuito y nos pusimos a esperar. Yo no sabía exactamente el lugar sobre el que el pájaro se posaría en la rama así que opté por ser conservador y tomar un plano un poco general. Los demás parece que apuntaban al extremo de la rama y cuando el pequeño ave pasó durante menos de un segundo yo logré hacerle dos fotos y los demás ninguna porque no tenían enfocado el lugar adecuado. Fue el recochineo máximo. Volvimos a prepararnos y media hora más tarde el pájaro se posó en una rama cercana y entre los cuatro le hicimos cientos de fotos. Después se lanzó al agua, pescó y se marchó a comer su presa. Al poco volvió y esta vez se plantó delante de nosotros y fue lo más, le hicimos tantas fotos como pudimos.
Nos quedamos hasta las cuatro de la tarde, haciendo fotos, hablando y disfrutando de la naturaleza mientras de cuando en cuando caía un chaparrón. Al volver el Moreno me invitó a su casa a cenar y terminamos la velada entre cervezas belgas y anécdotas de todo tipo.
Llegué a mi casa cerca de la medianoche completamente agotado, pero feliz. Cuando revise las fotos pondré algunas en la bitácora para que las veáis.
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Gran Final
La vida es un gran espectáculo en el que todos tienen su oportunidad de convertirse en la Estrella. Llegamos al final de esta serie con esta foto en plan vídeo de Madonna, una mujer rodeada de hombres bailando. Elegir las fotos es siempre una tarea complicada, dudas y no terminas de decidirte hasta que en un momento dado, te llega la inspiración y escoges una de ellas. Uno de mis compañeros de trabajo me dijo que le gustaba mucho la chica de esta foto y me pidió alguna otra en la que se le viera la cara. Se la enseñé y el hombre quedó muy decepcionado. El vasito de vino que tiene frente a su cara y que si te fijas igual piensas que es una pena que esté ahí, ese mismo vasito le está haciendo un gran favor porque cuando le ves la cara al completo pierde mucho.
Hay más información sobre Amsterdam en la anotación Guía para el turismo en Amsterdam y Holanda y también puedes ver el Álbum de fotos de Amsterdam
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Bienvenido a casa
Uno de los mitos más extendidos es el de la frialdad de los holandeses, su falta de humor y lo secos que pueden ser. Mi experiencia con ellos ha sido totalmente distinta, me parecen una gente muy honesta y gentil y siempre dispuesta a echarte una mano además de ser unos cachondos mentales que se toman muchas cosas con humor.
Los holandeses celebran el nacimiento de sus hijos de forma bastante efusiva. Se entera todo el barrio inmediatamente porque tan pronto como nace el chiquillo decoran la fachada de su casa y el interior para festejar que la familia ha crecido. Normalmente ponen banderas y señales de todo tipo que permiten a los vecinos conocer la buena nueva. En el caso de la foto anterior vemos una cigüeña estampada en la ventana de la casa al traer el bebé. Este año está muy de moda esta cigüeña. La venden en las tiendas de productos para bebés. Por mi calle hace un año unos vecinos decoraron toda la parte delantera de la casa simulando la pista de aterrizaje de un ovni y señalizaron media calle para que los extraterrestres supieran donde dejar el niño.
Normalmente los padres preparan con tiempo estas cosas y mientras la madre se recupera el padre o algunos familiares o amigos se encargan de la decoración. Otro detalle que cuidan mucho es el anuncio. Suelen preparar una tarjeta que envían a todo el mundo con los datos del nacimiento como el día, la hora, el peso del bebé y el nombre. La tarjeta a veces tiene una foto del nuevo bebé y en otras ocasiones es con fotos de los hermanos y alguna frase graciosa o fotos de los padres. En la tarjeta también te indican si van a organizar un día de puertas abiertas para que los amigos y familiares conozcan al bebé. Esto es bastante habitual y aquellos que prefieren recibir una ristra de visitas normalmente avisan en la tarjeta para que llames y concretes una fecha.
En la segunda foto además de la cigüeña podemos ver la bandera y las banderillas colgadas en la entrada. En la bandera dice (aunque no se puede ver en la foto) Hurra, una niña y por el color también lo podéis adivinar.
Dependiendo de tu seguro médico, al nacer el bebé tendrás una matrona en tu casa los primeros días encargándose de ayudar a la madre y en caso de que sea necesario, enseñarla a cambiar el niño, darle de comer y demás. Mis amigos la han tenido por una semana y de esa forma los primeros días no han sido tan agobiantes y aunque parezca que no, esa mujer ayuda un montón.
Los hombres suelen ir al trabajo e invitar a todos sus compañeros a galletas untadas con mantequillas y rociadas con unas bolitas azules en caso de tener un hijo y rosadas si es una hija. Los colegas lo felicitan, el les cuenta los detalles fundamentales y celebran el nacimiento. Después de eso, en el trabajo, se suele organizar una pequeña colecta en la que la gente pone un par de euros, se compra una tarjeta y un regalo y el jefe junto con algunos compañeros visita la casa para conocer al nuevo bebé y entregar los regalos y la tarjeta. Es algo que siempre me ha llamado la atención.
Por último comentar que cuando visitas a algunos amigos o vecinos que han tenido un bebé y te han mandado la tarjeta, sueles llevar un regalo. Al contrario que en España, un país en el que lo de los regalos es a base de talonario y abuso, en Holanda el regalo puede ser algo muy barato y sencillo. Recuerdo que cuando nació la hija de mi amigo el Rubio yo le hice un regalo de treinta euros y mi madre y algunos amigos españoles poniendo el grito en el cielo porque era un puto miserable y la mujer del Rubio cuando vio aquello me dijo que si estaba loco, que tenía que haber comprado una chuchería de cinco euros o así.
Es otra sociedad con usos distintos a los españoles.