A veces acudir al cine después de haber leído tanto sobre una película puede jugar en su contra y termina por decepcionarnos. Es lo que me ha pasado a mí con Borat: Cultural Learnings of America for Make Benefit Glorious Nation of Kazakhstann, una película de nombre larguísimo que simula ser un documental.
Esta es la historia de un julay del tercer mundo que viaja a los Estados Unidos para grabar un documental sobre dicho país y se encuentra con una sociedad llena de prejuicios, de gentuza y de neardentales además de con putillas baratas dispuestas a tragarse la lefa por un puñado de dólares. El hombre recorrerá el país de cabo a rabo destapando las vergüenzas del gran Imperio y de paso las suyas propias.
El problema para mí de esta comedia es el camuflaje en forma de documental. Hay un montón de escenas supuestamente reales que se nota a la legua que han sido manipuladas y eso le resta frescura. Te ríes puntualmente con muchos de los golpes pero en otros momentos se nota como se ha estirado la historia para llegar hasta la hora y media. Falta frescura, falta originalidad y sobran muchas escenas. Pese a todo, es una muy buena comedia y si tienes un estómago fuerte y un humor basto y ordinario seguro que te troncharás de risa. No te esperes un guión elaborado porque no lo hay. ?nicamente encontrarás una ristra de gags enlazados por un tipo sin vergüenza alguna que se mofa de los habitantes más conservadores y radicales de los Estados Unidos.
Déjate el cerebro en casa y elige como compañía a aquellos que te han demostrado en repetidas ocasiones su incapacidad para elaborar un pensamiento coherente. Compra cervezas y un buen cubo de palomitas de maíz y procura pasártelo bien.
