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  • Gitanus Supremus

    23 de agosto de 2006

    Ir a la playa en Agosto es siempre una experiencia que no te deja indiferente. El resto del año cuando voy a la playa suelen estar vacías o con turistas extranjeros. Los españoles asocian playa con verano y no suelen ir en ninguna otra época del año, incluso viviendo en un paraíso como el canario que te permite ir todos los días. La fiebre playera abarrota nuestras playas con esos especímenes extraídos de aldeas de orcos y que en un universo perfecto no existirían. En muchos temas se me puede tachar de ignorante y simplón pero en el de las playas soy un maestro doctorado. Desde niño he estado tirado en playas por largos periodos de tiempo. He vivido en ellas años de mi vida. Incluso ahora, viviendo en el norte de Europa sigo pasando al menos cinco semanas al año en la playa. Este excelso conocimiento me permite ver venir estos especímenes y evitarlos. El posicionamiento en la arena de la playa es una ciencia tan exclusiva que solo unos pocos la dominamos. Yo llego ala arena, miro y el panorama y en una fracción de segundo identifico el lugar seguro.

    Esta virtud me ubicó hoy en un punto de la playa de Amadores desde el que podía observarlo todo. Hace poco ha salido una foto de dicha playa así que quien no la haya visto, que tire de archivos. Llegué temprano porque me gusta aprovechar el sol de la mañana y la calma de la playa antes de la llegada de la primera horda de orcos veraniegos. Sobre las doce aparecieron los primeros, los padres de Ri-char. Nuestro idioma carece de nombres hermosos y parece que solo deben existir dos docenas de nombres posibles lo que lleva a esos ignorantes que van a ser padres a usar nombres extranjeros y ni siquiera pronunciarlos bien. Su hijo podría haber sido un Ricardo, un galán con corazón de pitón pero ellos prefirieron llamar al chiquillo Ri-Char. La madre arrastra sus doscientos kilos de material a la arena, se ubica e inmediatamente empieza a gritar el nombre del chiquillo como quien vende pescado para que toda la gente en un radio de cien metros lo sepa. Pensad que esto sucede en paralelo a otras diez tiparracas similares haciendo lo mismo en diferentes puntos de la playa así que os podéis hacer una idea. Aquello hay momentos en que parece un puesto de mercado.

    Después que Ri-Char y sus padres se colocaron en la playa y desplegaron sus tres sombrillas, dos neveras y cuatro bolsos veo que en la avenida hay uno apilando bultos. Tengo tanta suerte que se ponen muslo con muslo con los padres del Ri-Char, los cuales están en el agua bañándose. En el cuarto de hora que pasaron lejos de su jaima los nuevos orcos se instalaron. Tendréis que esperar unos días para ver la foto que he sacado pero os anticipo que pusieron una de estas semiesferas que están tan de moda para la playa, cinco sombrillas, colocaron tres esterillas, cuatro toallas, metieron dos neveras en su vivienda a orillas del mar, tres bolsos, dos sillas y todo eso para una pareja con dos hijas. El tío empotró lo suyo entre tres chiringuitos consiguiendo emputar a todo el mundo. Su mujer redefinió el concepto que tenía de clase baja con unos gritos que arrancaban rocas de las montañas. Estos traían dos hijas, una de un año y medio y la otra mayor. El momento cumbre fue cuando apareció Ri-Char con sus padres y se montó el Belén. Empezaron a pelearse e insultarse mientras los extranjeros y un servidor mirábamos alucinados. Se dijeron de todo. Hubo baños de arena y chiquillos llorando, maldiciones, insultos e improperios. Momentos como este me recuerdan el por qué debo seguir viviendo en el norte de Europa.

    Yo como todos los que estábamos allí me pongo del lado de los padres del Ri-Char, que aunque gentuza de baja calaña llegaron antes y solo provocaron molestias sonoras y vergüenza ajena. Lo de los otros no tiene nombre. La tía en medio de la gresca se sacó una teta y se la enchufó a la chiquilla de año y medio que se agarró allí y comenzó a mamar como una posesa (aquellos interesados en saber como deduje la edad decirles que tengo varios amigos con hijos en esa edad y son similares en tamaño y funcionalidad). un grupo de alemanes que se iban a marchar a almorzar decidieron posponer el almuerzo y se quedaron allí a mirar desde su palco el espectáculo gratuito que estábamos viendo.

    El tipo que provocó la bronca era uno de esos chandaleros que se reconvirtieron en metrosexuales de mierda. El colega lucía sus tres tatuajes, su pecho afeitado, sus piernitas afeitadas, sus mechitas rubias en el pelo y tal. Su parienta era una Jenny poligonera. El colega se ganó por méritos propios el título de Gitanus Supremus y la cátedra de Hijo de la Gran Puta Mora.

    Después de tremendo espectáculo el resto del día fue bastante soso y no sucedió nada digno de mención.

  • Calle en Vegueta

    23 de agosto de 2006
    Calle en Vegueta

    Calle en Vegueta, originally uploaded by sulaco_rm.

    Dejamos el casco antiguo de la ciudad con esta foto de una de las calles del barrio de Vegueta. En esta calle está ubicado el CAAM, un edificio precioso en el que se exhiben continuamente exposiciones de arte moderno.

    Technorati Tags: Gran Canaria, Las Palmas

  • Canes en la plaza de Santa Ana

    22 de agosto de 2006
    Canes en la plaza de Santa Ana

    Canes en la plaza de Santa Ana, originally uploaded by sulaco_rm.

    Gran Canaria recibió su nombre por los perros que abundaban en la isla cuando llegaron los conquistadores españoles. En la Plaza de Santa Ana se les rinde homenaje a esos perros con este monumento.

    Technorati Tags: Gran Canaria, Las Palmas

  • Invasión

    21 de agosto de 2006

    La temida noche volvió a llegar y la gente corrió a protegerse en sus fortificadas casas. Las luces se apagaron, los edificios cubrieron sus ventanas con fuertes medidas de protección y las carreteras quedaron vacías. Ya no quedaban perros guardianes, se los habían comido, matado o algo peor. Las sirenas avisaban de la inminencia del toque de queda. La playa quedó desierta. Una hora más tarde se escucharon los primeros sonidos. un lejano rumor que crecía por momentos y que estaba producido por un motor. A esas horas las murallas que rodeaban las ciudades estaban ya con sus sistemas automáticos preparados para disparar al menor movimiento.

    Nadie parecía recordar como habían llegado a eso. Eran un país tranquilo, alegre, con buena cocina, situado en el sur de Europa. Cuando llegaron las primeras barcas con inmigrantes la gente se volcó en ayudarlos. Contaban historias terribles sobre sus países y sobre los sufrimientos que habían tenido que pasar hasta llegar allí, a Europa. Después de un tiempo ya no fueron noticia porque llegaban continuamente. Pronto la estrategia de las pateras cambió y aparecieron los cayucos, auténticos barcos piratas llenos de mercancía humana. Los españoles hicieron lo que mejor saben hacer, escondieron la cabeza y dejaron hablar a sus políticos sin que nadie solucionara el problema. Todos decían que Europa tendría que ayudar, que Europa debía hacerse cargo del asunto pero la tan mentada Europa llevaba décadas preparándose para este momento mediante leyes restrictivas y extradiciones expeditivas. Europa ni quería ni podía hacerse cargo de una situación producida por la incompetencia de una nación para hacer respetar sus fronteras, un país que se las daba de estar entre los diez más industrializados y poderosos del mundo. Siguieron recibiendo horda tras horda invasora y sus políticos cantaron sus mentiras y abobaron a la plebe. Los índices de criminalidad se dispararon. Un día un turista fue asesinado para robarle la cartera, luego otro. La noticia abrió los programas de noticias de toda Europa. España no era ya un país seguro. Los ministerios de asuntos exteriores recomendaron a sus ciudadanos no visitar ese país, los aviones se vaciaron, los hoteles tuvieron que cerrar y la principal industria languideció en una muerte injusta. Los políticos siguieron prometiendo mientras cada mañana los pescadores veían nuevas barcas llegar a sus costas, cada vez más grandes y cada vez los recién llegados demandaban más. Pronto comenzaron a actuar como en sus países, se rieron de unas leyes pensadas para gente civilizada y pasaron a la acción. Asesinaban aleatoriamente, destruían familias para robarles aquello por lo que habían trabajado. En Europa saltaron las alarmas y se tomó la única decisión posible: se expulsó a España de la Unión. Se levantaron las fronteras en los Pirineos y se disparó a matar a cualquiera que intentara cruzarlos. España estaba herida de muerte. En su interior la situación devino en anarquía y caos. Millones de inmigrantes campaban a sus anchas destruyendo el país. Las bandas se agrupaban por nacionalidades. Los había rumanos, rusos, marroquíes, senegaleses, nigerianos, colombianos, ecuatorianos y de muchas otras tierras. Todos tenían en común la falta de escrúpulos y de piedad. Mataban para tomar aquello que querían. En este panorama desolador surgió el primer ayuntamiento que declaró el toque de queda y cerraron la ciudad. Aprovecharon las murallas que los habían protegido cientos de años antes. Después vino otro y un tercero y así surgieron las ciudades estado. Fuerzas especiales de seguridad protegían los corredores por los que circulaban las materias que necesitaban para sobrevivir. El sistema se desmoronaba entre batallas dialécticas de los políticos.

    Un día se dejaron de tener noticias de una de estas ciudades. Cuando llegaron las cámaras de televisión protegidas por el ejercito se encontraron un espectáculo dantesco. Allí hubo una matanza. Miles de personas fueron asesinadas sistemáticamente. Fue el resultado de una alianza entre bandas. El gobierno siguió haciendo oídos sordos a los que pedían la intervención del ejército. El país se rompió en pedazos y una nueva guerra civil no tardó en comenzar. Esta vez no eran los rojos contra los fachas sino todos contra todos.

    Las barcas ya casi habían llegado a la orilla y de ellas descendían los piratas. Traían una nueva hordada de jóvenes nigerianos dispuestos a morir. Eran carne de cañón y no tenían nada que perder. Ya fuera aquí o en su país estaban muertos de antemano. Los piratas subieron a la destrozada avenida, se agruparon y comenzaron su ataque ….

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