Ha llegado la hora de la verdad. Como todos los asiduos saben, este viernes vuelvo a casa por Navidad. Estaré en la Gran Canaria, esa isla cuasi redonda en la que Dios perdió su dedo. Será el momento adecuado para unas jornadas de reflexión espiritual y como guía de estas tierras azarosas me siento forzado a veros las jetas y compartir unos momentos de recogimiento con aquellos de vosotros que lo estiméis conveniente.
Mi propuesta es la de reunirnos el veintisiete de diciembre por la tarde en algún antro a tomar unas bebidas alcohólicas y jincarnos unas tapas de productos autóctonos. No quiero emplear el término beer & blogs porque no se trata de comernos las pollas hablando de lo chachis que son nuestras bitácoras y me la suda si la gente que viene (de venir alguien) no mantiene activamente una de ellas. Es solo una ocasión para confraternizar, escuchar secretos oscuros que no os atrevéis a compartir con familia, amigos y similares.
Dado el elitista nivel de esta bitácora y lo selecto de la estancada clientela que la visita, nos reservamos el derecho de admisión. Dejen caer en los comentarios o a través del formulario para contactar sus pensamientos al respecto o su solicitud. Desde ya aviso que no me voy a pasar el tiempo recontando viejas historias y quizás cuente alguna ignominiosa que jamás pondré en estas páginas. Es probable que se permita el uso de cámaras de fotos aunque aún está por decidir ya que rompería el encanto si estas ven la luz.
Hay unos cuantos apuntados en el mapa de lectores que viven en la isla, así que quizás haya cuorum.
Pues eso, que nos vemos en Gran Canaria en el Primer Encuentro de Distorsionados Obsesivos