Hay que ver como está el patio. Me he comprado un nuevo cepillo de dientes. Lo podéis ver en la foto. Espero que vosotros hagáis lo mismo. Cada tres meses toca cambio y como estamos en Abril, pues es la hora. Hasta aquí todo va bien.
Siempre me pasa lo mismo en esta tierra de bárbaros. Tras casi cuatro años viviendo aquí aún no entiendo el jodido idioma. Conozco lo básico: los insultos, las salidas de tono y si mantenéis una conversación técnica en el trabajo, es posible que comprenda más de lo que me atrevería a reconocer. Pero cuando voy al supermercado es siempre un desastre.
Me pasé un cuarto de hora comparando cepillos de dientes, básicamente por como pintan, porque no me enteraba de nada de lo que ponía en los envases. Así que fuí recortando el grupo de elegidos hasta que me quedé con el de la foto.
A que luce bonito. Tras mi anterior cepillo, rojo chillón y con una forma endiablada, me apetecía volver a los modelos más clásicos, con menos diseño en su mango y sin cosas extrañas entre las cerdas.
Pues nada, que me lo compro, me lo traigo a casa y me pongo en serio a mirar lo que pone en la caja.
¿Os habéis fijado en las bandas rojas que hay en la parte de atrás del cepillo? ¿No? Pues hacedlo ahora. Según las instrucciones, son para LAVARSE LA LENGUA. Serán capullos. ¿me están llamando lengua sucia a la cara? Pero bueno ¿de que va esta gente?
En mi vida me han llamado ?lengua viperina??, ?lenguaraza?? y demás, pero de ahí a endiñarme un cepillo de dientes para que me la limpie va un mundo y medio.
Lo peor es que me niego a reconocer mi fracaso en la elección y lo usaré hasta el 30 de Junio, cuando gustosamente lo tiraré a la basura y me compraré otro con colorines, con mango estrambótico, pero sin ?limpia-lenguas??.
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¡Limpiátela Guarro!
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3 años de Distorsiones
Hoy estoy de un gandul terrible.
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El código Da Vinci
Lo he acabado. El libro del que todos hablan, la mayor amenaza al Opus Dei en su corta y polémica historia. En primer lugar deciros que yo no he leído el libro, lo he ESCUCHADO al igual que los últimos libros que me he metido entre pecho y espalda. Me hago mayor y siento una terrible pereza por leer cuando personas tan amables lo leen para tí y puedo disfrutar con el libro mientras paseo en bicicleta o hago la compra en el supermercado ;-).
Dicho esto, no entiendo la polémica servida. Aunque la trama gira en torno al Opus Dei, no veo nada realmente ofensivo sobre esta secta que pulula dentro de la gran Iglesia Católica, Apostólica y Romana.
Sí, se cuentan cosillas, como que les mola el rollo sado, que las mujeres no valen una mierda para ellos (según el libro las mujeres de la obra duermen en el suelo :-() y que sólo les mueve el dinero, pero quitando estas nimiedades no hay candela. Miremos la Obra en nuestro país. El gobierno saliente, con un ministro que se ha casado unas cuantas veces, tiene hijos de múltiples mujeres, es católico practicante y pese a eso, coño que ve, coño que llena. O ese otro ministro de defensa, que SE PASA POR EL FORRO DEL CULO el quinto mandamiento, mandando a un montón de jovenes españoles inocentes a la guerra, EN CONTRA DE LA PROPIA IGLESIA CAT?LICA. Eso sí que es un escándalo y no que esta banda de subnormales se den tortitas autoflagelándose. Por mí como si se quieren pelar el rabo con un abrelatas.
Si quereis ver la respuesta del Opus Dei al libro, haced click aquí. Si queréis leer un artículo bastante interesante, extraído de un libro de los que ESCAPARON DEL OPUS, haced click aquí.Hablando del libro, está entretenido, la trama está bien tejida, hay unas buenas dosis de acción, uno se llega a creer parte del rollo templario que ponen y tiene un buen final. Si os gustan las novelas con un toque histórico, compradlo y leedlo. Si lo que os va es Barbara Cartland o similares, gastaros el dinero en otra cosa.
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Lentejas con chorizo
Uno no puede despedir el invierno así sin más. Hay que hacerlo con clase y con estilo y ¿que puede tener más glamour que una comida hispana con ingredientes traídos del terruño en los múltiples viajes que hago cada año? La respuesta es sencilla: Nada.
Así que ayer mismo realicé mi particular homenaje al invierno que se nos va.
Los ingredientes: Bote de lentejas ya cocinadas (o de paquete pero entonces tendréis que seguir las instrucciones del paquete), 2 chorizos, 1 patata (papa en Canarias), 1 zanahoria, 1 cebolla, 2 dientes de ajo, sal gorda al gusto, 1 hoja de laurel, ½ cucharadita de pimentón picante (o dulce) y aceite de oliva.La implementación: se sofríe en el aceite de oliva la cebolla con el ajo. Cuando están medio borrachitos se ponen los chorizos para que se vayan friendo y se añade la hoja de laurel. Mientras tanto se pela y corta en dados la papa y se corta la zanahoria en rodajas. Ojo, si pensáis congelar lo que os sobra, no pongáis patata porque no sabe bien después de descongelarla.
Se sacan los chorizos y se cortan en rodajas. Se vuelven a añadir junto con las lentejas, las papas y la zanahoria. Se añade agua hasta cubrirlo todo, se pone el pimentón (yo prefiero el picante pero el dulce también vale), se añade sal (probarlo para ver que tal va de sabor) y se cuece a fuego bajo-medio durante 30 minutos (o hasta que las papas y la zanahoria estén cocinadas).
Si cocináis las lentejas, las que yo suelo comprar no necesitan pasar la noche en remojo y se hacen en unos cuarenta y cinco minutos. Las pongo en el caldero con el sofrito y las cubro de agua añadiendo un dedo extra de agua y si veo que se van secando les vuelvo a añadir agua durante la cocción.
Si quieres ver otras recetas que he cocinado puedes ir al índice de Mi pequeño libro de recetas de cocina y allí tienes la lista completa