STATUS FATAL


En la pantalla solo había un mensaje que parpadeaba lentamente:

STATUS FATAL

Unable to succeed

?l lo miraba sin creérselo. Pulsó teclas aleatoriamente pero no sucedía nada, el sistema no respondía. Su mano temblaba ligeramente, posiblemente por la tensión acumulada. Miró a través de la ventana y vio que la nave en la que se encontraba iba directamente hacia la estrella. Aún tenía unas horas pero si no conseguía repararlo, sabía que de esta no saldría con vida. Aporreó de nuevo el teclado y de tanta rabia que tenía golpeó la taza de té y este cayó sobre el teclado.

La pantalla parpadeó más rápidamente y después de unas interferencias extrañas se apagó completamente. Ahora sí que estaba bien jodido. Pulsó todo aquello que encontró en el panel de mandos pero no sucedía nada. Miró de nuevo por la ventana y la estrella había aumentado sensiblemente de tamaño. Allí no habían compartimentos con cables o sistemas redundantes que se pudieran activar manualmente. Aquella nave era totalmente automática y hasta ese momento funcionó sin problemas. Tampoco tenía un manual con instrucciones como el que se puede encontrar en ciertos aparatos. Golpeó la pared con rabia y calculó que le debían quedar un par de horas.

Sopesó sus opciones. Después de pensarlo un rato se dio cuenta que no tenía ninguna. Sin control alguno sobre la nave, esta seguiría su ruta de colisión directa contra aquella estrella y el único consuelo es que moriría antes de caer envuelto en fuego en su superficie. Ya comenzaba a notarse un poco el calor y la estrella seguía aumentando de tamaño, cubriendo más y más espacio al frente. Por suerte los cristales filtraban sus rayos porque si no ya habría muerto.

No sabía que hacer. Era el final. Lamentó no tener una cerveza fría en sus manos, no poder comerse un último cruasán y despedirse de sus amigos y familiares. Ni siquiera llegarían a saber lo que le había sucedido.

Lamentarse, lamentarse, lamentarse. Le quedaba muy poco tiempo y ya se había rendido. Decidió aprovechar el poco tiempo que tenía de una forma productiva. Se sentó y mientras miraba hacia el sol se bajó los pantalones y los gallumbos, se agarró el manubrio y comenzó a cascársela. Moriría, pero al menos lo haría con un instante final de placer. Fue cogiendo el ritmo, ráfagas rápidas seguidas de movimientos lentos. Su concentración aumentó y al rato ya no se acordaba del futuro que le esperaba, cerró los ojos y disfrutó del momento. Cada vez estaba más cerca, ya casi había llegado y para cuando se corrió gritó liberando toda la tensión.

Al abrir los ojos supo que ya había llegado su hora. La nave comenzó a desintegrarse y desapareció con ella.


6 respuestas a “STATUS FATAL”

  1. jajajajaja Al principio pensé «Le está bien pr gilipollas», pero ante la decisión que tomó antes de morir, le perdoné…jajajaja
    Salud

  2. Como para que algún día lleguen los CSI del espacio, eso si que daría un buen capítulo! Muerto, pero feliz por un instante.
    La verdad que yo ni me acordaría de tales menesteres en un momento así, pero la solución de concentrarse en «otro lado» me parece buenísima.

  3. Virtuditas, este colega piensa como yo. Hay que procurar ver el lado con agua del vaso.

    CK, next time you try to write in Spanish, remember to use «» double quotes.

  4. ale, el cine americano nos tiene lavado el cerebro. Los hombres somos bien simples y cuando nos vemos apurados, tiramos siempre del mismo palo.