Para recuperarme del palo de Spider-man 2 volví al cine al día siguiente, pero decidí ser más cuidadoso y opté por lo seguro. Una película de Ethan y Joel Coen, los antológicos hermanos que nos han regalado clásicos como Fargo o Barton Fink.
Su nueva película se llama The Ladykillers y un ceñudo ejecutivo la tradujo al español como Ladykillers. No es un guión original de ellos. Han hecho un remake de una película de 1955 titulada The Lady Killers y que no he tenido el gusto de ver, así que me centraré en la nueva.
Se trata de una banda de mangantes que quieren robar la caja fuerte de un casino situado en la rivera del Mississippi y que para ello han de hacer un tunel desde la casa de una encantadora señora, magistralmente interpretada por Irma P. Hall. A la pobre mujer la convencen de que son una banda de música renacentista para que les permita usar su sótano.
La banda está liderada por Tom Hanks, al que se le empiezan a notar los años, pero que cumple eficazmente. Tiene un acento endiablado aunque supongo que los que la veáis en España no lo notaréis, gracias a los patéticos doblajes con los que regalan ultimamente al cine en España. Junto a Tom Hanks hay un grupo de freaks entre los que brilla con luz propia Marlon Wayans, un chaval con el que te partes de risa. De nuevo, el doblaje seguramente se cargará sus mejores diálogos.
Para las mentes ramplonas y sencillas que jamás han visto una película de los hermanos Coen, yo os diría que os la ahorréis, no es algo para lo que estáis preparados. Sin embargo, para aquellos que son capaces de captar pequeños matices, disfrutar con juegos de cámara, apreciar la labor de los actores, dejarse llevar por un guión que trata de haceros cómplices de la historia y a los que les guste la música gospel, esta es una muy buena película, no la mejor de ésta pareja, pero definitivamente muy por encima de la media habitual.