Velocity


Velocity Siguiendo con el repaso a algunos de los libros más vendidos de Dean Koontz llego a Velocity, una novela que salió publicada este año y que no creo que haya sido traducida al español. De lo que he leído hasta ahora de este hombre, es la que se me ha hecho más pesada. El audiobook (audiolibro) tiene poco más de nueve horas de duración.

La historia que cuenta es la de un hombre que un día se encuentra una nota en la que alguien le dice que tiene que tomar una decisión. Según lo que elija morirá una persona. Da igual lo que haga, alguien morirá. Cada vez que se cumple el plazo de los ultimátum una nueva nota aparece y una nueva decisión le espera. La velocidad se incrementa, los tiempos son más cortos y las muertes cada vez más cercanas. Así irá transcurriendo la historia.

Para mí le falta algo de gancho y le sobra mucho rollo psicológico del protagonista. Seguramente funcionará mejor en cine que en libro. Hay momentos en los que me despreocupé totalmente y no me importaba un carajo lo que le podía suceder al colega. Este fue el último de los libros de Dean Koontz que voy a leer en este ciclo. Paso página y emigro hacia otros autores.

De la página de la editorial tomo el siguiente extracto:

Billy Wiles is an easygoing, hardworking guy who leads a quiet, ordinary life. But that is about to change. One evening, after his usual eight-hour bartending shift, he finds a typewritten note under the windshield wiper of his car: If you don’t take this note to the police and get them involved, I will kill a lovely blond schoolteacher somewhere in Napa County. If you do take this note to the police, I will instead kill an elderly woman active in charity work. You have six hours to decide. The choice is yours.

Así que no lo puedo recomendar demasiado. Le doy un suspenso alto.
gallifantegallifante


5 respuestas a “Velocity”

  1. Celebro la migración! Ya que andas por ahí, por qué no nos ilustras sobre Noteboom?. ¡saludos!

  2. Seguramente es celebre en su barrio, pero por donde yo vivo no lo he oído nombrar nunca, claro que mis vecinos son más de leer las instrucciones del papel higiénico y similares.