A veces cuando vas al cine te dejas llevar por el cartel de una película y entras sin tener ni idea de qué va la cosa. A veces sale bien y a veces no. Young Adam, la película que vi en esta ocasión pertenece al último grupo. Entré en la sala porque Ewan McGregor es un actor conocido y que me cae simpático y porque el cartel evocaba un no-se-qué de antiguas películas. En su lugar, el malnacido del director, un tal David Mackenzie nos regala una aburrida historia sobre un tío que se folla todo lo que se mueve en la pantalla, una tía que es tonta del culo y poco más. Es una hora y media perdida en la que lo único interesante es el sexo y no hay mucho (al menos explícito). La historia está ambientada en su mayor parte en un barco de transporte por ríos. Si no es por la bolsa de palomitas de maíz que me compré, me duermo en la sala.
No hay más que decir. Si padeces problemas de insomnio o si buscas refugio porque fuera está lloviendo o nevando sin parar, entonces entra a verla. En cualquier otro caso, abstente. Si queréis más información en español, haced clic aquí.