Antichrist – Anticristo


La devoción a un género cinematográfico puede ser tu perdición. Seguramente yo era la única persona que acudía al cine en Gran Canaria a ver una película de terror. El resto eran adolescentes, muchos de ellos por debajo de la edad legal mínima que iban a ver una película de la que les habían soplado que era como una peli porno, con sexo explícito y pollas empalmadas y coños mojados. Me extrañó que la sala estuviera tan llena pero no le di mayor importancia. Se trataba de la película Antichrist, la cual se estrenó en España con el título de Anticristo.

Una pareja de julays follan y follan en el campo

Comenzamos la película con una estúpida escena musical en la que una pareja en la ducha se calienta como una moto y acaban follando alocadamente en su dormitorio mientras su hijo de alrededor de año y medio se despierta, pone una silla contra la pared, se sube, abre la ventana y salta al vacío matándose. A partir de ahí ella se chifla que no veas y él la saca del manicomio en el que la tienen y se la lleva a la chabola sin electricidad que tienen en el campo para curarla con su varita mágica aunque allí las cosas se tuercen y la tía resulta ser más puta y mala que las chochas que se han follado al Jesulín.

Básicamente tenemos violencia extrema, polladas y sexo explícito entre dos personas que acaparan el 90 por ciento del tiempo en pantalla. Los diálogos son estúpidos, el ritmo de la historia inexistente, la continuidad argumental no supera el primer capítulo de los varios en los que está rodada y la música parece entrar en los peores momentos, ser poco adecuada y tener un volumen muy alto. En ningún momento hay terror, solo asco y lástima por uno mismo ya que has pagado por esa mierda y creedme, si quiero ver porno hay muchísimo y gratis en Internet. Este ejercicio de absoluto tedio se complemente con las dos peores actuaciones que he visto este año a cargo de los protagonistas, un Willem Dafoe que parece recordarse a sí mismo en papeles buenos del pasado pero que no se encuentra y termina poniendo caras de subnormal mientras saca la polla y corre como una maricona coja. Su esposa, una actriz llamada Charlotte Gainsbourg a la que no recuerdo haber visto nunca antes se gana mi odio instantáneo en el segundo plano en el que apareció y a partir de ahí siguió haciendo méritos. Mira hacia la cámara como para recordarnos que está ahí y que lo sabe y si hay alo que definitivamente no puede hacer, es actuar.

No quiero perder mucho más tiempo con esta mierda que no merece ni un pase por la tele en la madrugada compitiendo con la teletienda. Si queréis tirar el dinero, es perfecta para esta tarea.
cerolo


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