Bicicleta mamotreto


Hay cosas que te dejan flipando y a veces uno se pregunta si algunos diseñadores en realidad lo que tienen es el gusto enquistado muy a dentro del culo, en esas cavidades en las que la luz no debería entrar y por eso les sale tanta mierda en sus diseños. Hoy tenemos un ejemplo perfecto, una bicicleta que han recubierto de un armazón horrendo y monstruoso para así aprovechar y usarla como vehículo propagandístico. Esta cosa servirá para promocionar la compañía esa que esclaviza a gente y les paga mierdas para que lleven la comida a la casa de los gandules que ni quieren cocinar ni quieren ir a un bar o restaurante pero lo cierto es que un día que hayan vientos fuertes, ya no digo huracanados, sencillamente fuertes, el julay que vaya en la bicicleta cuando pille una racha lateral ya puede pertenecer a una familia numerosa que no va a tener muertos suficientes para cagarse en todos ellos y va a tener que expandir el grupo e introducir a todos y cada uno de los truscolanes, los mierdosos esos de truscoluña, que no es nación y en donde al parecer regalan nacionalidades a josdeputas-terroristas-musulmanes porque van sobradísimos y el único requisito es que ya vengan con su propia mochila o en su defecto, furgoneta. Aquellos dotados de la capacidad para el detalle notarán que esta aberración en dos ruedas tiene una burra casi más grande que el puente de Brooklyn. La bici tiene frenos a contrapedal, no tiene marchas y la carga que lleves, a los lomos o sobre la chepa porque lo que es en la bici no puedes poner nada de nada. El diseño, por más que algunos aún no lo quieran reconocer, no siempre es una bendición. Y que sepáis que en los diecisiete años que llevo en los Países Bajos, la cantidad de veces que he llamado para que traigan comida preparada a mi casa es equivalente al cero absoluto.


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