Otro retonno


Tras seis meses cerrados, los cines abrieron sus puertas a los espectadores el sábado e incluso el día antes, nadie sabía lo que iba a pasar. Por la experiencia de otros países, todos se temían que la gente no acudiera a la llamada, que nos quedáramos en casa o disfrutando del día de verano, tomando el sol en nuestros jardines o en algún parque o en la playa, porque ni siquiera el tiempo se había aliado con ellos y justo llegó el verano, después de una primavera pasada por muchísima agua, unos días antes de la apertura. Abrieron con una limitación de cincuenta espectadores como máximo por sala, con la limitación de un metro y medio entre espectadores de grupos distintos y con la imposibilidad de permitir grupos de más de cuatro personas. El día llegó con los cines pudiendo abrir sus kioscos y vender comida y bebida, algo que en los Países Bajos estaba prohibido prácticamente desde septiembre del año pasado.

Al final y pese al miedo de los cines, todos acudimos en masa y el sábado, prácticamente todas las sesiones, para todas las películas, pusieron el cartel de entradas agotadas (entendiendo por agotadas la limitación de cincuenta espectadores o un número menor si no se puede mantener la distancia de metro y medio entre grupos). En mi caso yo elegí una película en la mayor sala del cine, una gigantesca, con proyector en 4Ká, que debe ser algo parecido al chip 5Gé que nos ponen con la vacuna y con sonido Dolby Atmos, que me digan lo que me digan los pollardones con los que discuto esto, no hay punto de comparación entre el sonido y la imagen de un cine y el de la tele en tu keli. No lo hay. Yo me senté en la quinta fila, tan cerca de la gigantesca pantalla que no tienes que mover la cabeza porque TODO tu campo de visión lo ocupa la susodicha y cuando los efectos de sonido atruenan la sala, te vibra hasta el último de los huesos. Siguiendo las tradicionales indicaciones de los mágicos expertos en virus podemitas y truscolanes de este país, el uso de la mascarilla es obligatoria hasta que estás en tu butaca, momento en el que al parecer la mascarilla deja de ser necesaria y te la puedes quitar y guardarla en tus gallumbos para macerarla y que recuperar la protección y así no se te pierde y te la puedes volver a poner al final de la peli, en el momento en el que tienes que abandonar la sala. En los cines de la cadena a la que estoy abonado, el aire acondicionado funciona a una velocidad endiablada y renueva todo el aire de la misma cada diez minutos, con lo que algo de abrigo es aconsejable porque el airote es considerable. En ese primer día, muchísimos de los empleados del cine eran nuevos ya que los otros, aquellos a los que tuvieron que mandar al paro durante tantos meses, parece que han encontrado otros trabajos y no han vuelto. Se nota que son pardillos y aún no se han aprendido los cuatro trucos para poner en marcha un proyector digital y tal y tal porque cuando lo arrancaron, como que se les olvidó activar la imagen y solo teníamos el sonido, con lo que escuchamos pero no vimos los anuncios antes de la película y los trailers y nos perdimos los primeros treinta segundos de la peli. Al día siguiente, el domingo, fui a la misma sala, con diferente película, también totalmente vendida, pero por suerte ya ese día habían aprendido los intríngulis de la proyección cinematográfica y tuvimos tanto imagen como sonido. En ambos días, gracias a todos los cupones que tengo acumulados del año pasado, tuve refrescos gratis, que por cada cinco pelis que veo entre semana me dan uno y claro, eso con otros julays igual no funciona, pero conmigo, yo creo que tengo como diez cupones para refrescos del año pasado, sin contar los que me bebí. El lunes me acordé que por mi cumpleaños me habían mandado un cupón para un balde de cotufas gratis y así me jinqué uno junto con el refresco y salí del cine con un tripote como el de los borrachuzos, pero de cotufas.

Como no me fio, tengo reservadas entradas, una al día, hasta el lunes de la semana que viene, aunque después de meditarlo un rato, creo que comenzaré comentando tres películas por fin de semana, para ir guardando alguna y cuando tenga una despensa de al menos tres fines de semana, igual incremento la cantidad hasta las cuatro películas. Por ahora nos olvidaremos de comentar series de televisión por aquí, aunque eso no quiere decir que no las siga viendo.


4 respuestas a “Otro retonno”

  1. POR FIN!!!
    No veas las ganas que tengo de que empieces con las criticas de las pelis, las de series, al menos a mi, no me molan, no veo series desde hace siglos…
    Salud

  2. Jelou, el fin de semana HUBO dos críticas de DOS películas que vi en el CINE. A ver si nos tomamos el memorión que se nos está yendo el baifo al cielo.

  3. Me parece que te estás holandanizando demasiado (?) (Seguro que acabo de inventar un palabro) , que tiene que ver el sentimiento que expreso en mi comentario con este tuyo, a ver si abrimos las meninges-neuronas para aumentar nuestra capacidad cognitiva, chaval … 🙂
    Salud

  4. Lo que tiene que ver, que implica que no he comentado ninguna y ya han habido dos, la de la Segunda Guerra Mundial y la del julay que es un asesino que no veas