Amistad


Volver por la noche a Holanda me permite aprovechar el día en Gran Canaria aunque el precio a pagar es que prácticamente no dormiré y sé que estaré completamente agotado al día siguiente en el trabajo. En estos nueve días de vacaciones he visto ocho películas en el cine de las que cuatro fueron españolas, una francesa y tres americanas. También he estado con amigos y conocidos y hemos cruzado juntos las fronteras que separan el mundo real de aquel en el que yo vivo, ese universo diferente y francamente imperfecto en el que cada cosa sucede por una razón aunque no sabemos muy bien cual. Y de esto último es sobre lo que me gustaría reflexionar en voz alta, algo que posiblemente no significará nada para la gran mayoría de los que leen esta bitácora pero que para un pequeño grupo tendrá un significado totalmente distinto.

Esta semana cerré un nuevo eslabón de una cadena de amigos que se rompió por nuestra propia desidia y desinterés. En realidad no podemos culpar a nadie más ya que todos éramos como uña y carne en el instituto y después las corrientes de la vida nos llevaron por ríos distintos dispersándonos en cuestión de meses. Este año me estoy tomando muy en serio el encontrar a toda esa gente e invitarlos de nuevo a comenzar a pintar un nuevo círculo, uno diferente y que no sabemos adonde nos llevará. No teníamos ni idea de lo especial que era nuestro mundo mientras lo vivíamos y ahora que miramos hacia atrás nos damos cuenta de lo mágico que fue, lo fuertes que son los vínculos que creamos entonces y que pese al tiempo solo necesitan un pequeño empujón para despertarse y comenzar a latir con la misma potencia que antaño. Cada uno de esos amigos y amigas es una pieza única e irremplazable y no dejaré ninguna atrás y a estas alturas todos ellos deberían saber que jamás me rindo y sé como conseguir lo que quiero.

No deja de sorprenderme lo poco que tardamos en retomar aquello que habíamos dejado, la forma tan natural en que sucede todo y la rapidez con la que nos sentimos de nuevo a gusto. Es como si ayer fue el día en que nos vimos por última vez y apuesto que ningún observador puede notar que entre una reunión y la anterior han pasado quizás demasiados años y aún más horas, minutos y segundos. Nos abrazamos, nos besamos y en un instante todo vuelve. No me hacen falta unas gafas mágicas para ver como renacen los lazos que nos unen pero me gustaría que existieran esas gafas para que otras personas pudieran verlo.

Estamos a punto de llegar al veinticinco aniversario de la película los Goonies, todo un clásico de los ochenta que nos marcó de mil y una formas distintas. Todos y cada uno de los miembros de nuestro grupo se identificaba con esa historia y mirábamos con envidia al grupo de jóvenes que vivía la aventura de su vida y que acababa con todos unidos como una piña y luchando contra el mal. Espero que podamos celebrar todos juntos ese aniversario, reunirnos en la casa de alguno, con una buena pantalla de televisión y sentarnos con cervezas y algo para picar y reírnos juntos y soñar que somos esos chiquillos y que podemos ser quienes queramos ser. Lo curioso es que ahora que tengo una perspectiva de nuestro pasado y que vivir en un lugar distante me ha forjado de una forma totalmente inesperada puedo ver que nosotros éramos como los Goonies solo que quizás fuimos más afortunados porque nuestra aventura duró cuatro años y en ese tiempo hicimos frente a algunas aventuras aún más increíbles, pudimos rasgar el velo del futuro y verlo llegar, saltamos juntos barreras que de jóvenes nos parecían infranqueables y entramos de la mano en cavernas oscuras que quedaron iluminadas con nuestra alegría y nuestra pasión. De aquellos años no me puedo quedar con un momento porque hubo muchísimos y aunque todos tenemos nuestros favoritos es el conjunto el que les da sentido, lo que los vuelve tan especiales. Ese hipotético día en el que nos juntemos para ver los Goonies quizás deberíamos ver otra película, una que nos distingue del resto, esa que pasaba una semana en cada casa y después seguía su camino, aquella que nos permitía hablar de algo natural entre risas y murmullos y que tenemos totalmente idealizada.

Seguro que yo tuve mucho que ver en la desaparición del grupo porque al parecer yo funcionaba como el corazón del mismo. Siempre creí que era un miembro marginal, uno de los apéndices que podían ser extirpados sin que el resto resultara afectado pero ahora, mientras me esfuerzo para reconstruir la banda escucho lo que dicen unos y otras y veo que quizás me equivoqué, quizás yo mantenía gran parte de la fuerza gravitatoria que nos mantenía unidos y ni siquiera era consciente de ello. El principio del fin comenzó cuando dejé de creer, cuando miré hacia el sol y después al volver la vista hacia el horizonte encontré un camino diferente, un sendero tentador que elegí y que parecía estar lleno de trampas para el resto pero era suave y hermoso para mí. No valgo nada como líder porque no presto demasiada atención al grupo y soy incapaz de parar la marcha si alguien queda rezagado. No lo podía hacer entonces y no sé si lo puedo hacer ahora. Mi independencia me puede pese a mis intentos por controlarla pero todos hemos madurado y ahora somos conscientes de las limitaciones de los otros. Seguro que alguien tomará las riendas cuando yo me distraiga y tirará de la palanca de freno si es necesario.

Por mi parte doy gracias a Dios por la suerte que he tenido, por haberme permitido conocer a un montón de gente maravillosa, por hacerlos parte de mi vida y por todos esos años que pasamos juntos, por hacer que nuestra transformación desde jóvenes e indómitos cachorros a esbeltos y fascinantes adultos fuera tan perfecta y espero que todos y cada uno de ellos y de ellas, todas esas estrellas que brillan como relucientes diamantes en mi firmamento sepan que los aprecio y los quiero como a hermanos.

????

A veces nos preguntamos de donde viene la inspiración, dónde suenan las campanas que guían los dedos sobre el teclado y hacen que una pantalla blanca se ensucie con el negro de miles de letras y pensamientos sin sentido se alineen en frases y estas en párrafos y la verdad es que no sé que responder. Lo cierto es que abro el portátil y algún extraño impulso me empuja a escribir mientras cabalgo sobre el cielo de Europa, a once mil metros de altura, con una estrella tan brillante que solo puede ser mi ángel de la guarda siguiendo el avión para asegurarse que vuelvo seguro a casa, a mi casa del Norte, al país que me acogió y me regaló paz y estabilidad y buenos amigos y un millar de cosas más. Y miro por la ventana mientras tecleo frenéticamente y borro frases, cambio palabras y las ajusto porque la escritura es como el mecanismo de un reloj y las cosas a veces no suenan bien porque el hilo de pensamiento del que estás tirando no ha quedado plasmado como realmente es y lo intentas una y otra vez hasta que quedas contento con el resultado. Decía que miro por la ventana y el sol demuestra que es lo más bonito del mundo al esconderse tras el horizonte y en su huida dispara millones de colores distintos hacia el cielo, un millar de arcoiris que solo se pueden ver desde aquí arriba y que sabes que mañana serán distintos y al otro y al otro porque no hay dos puestas de sol iguales y esta, la de esta noche, Dios me la ha regalado a mí, que la observo desde mi asiento en la última fila de un avión que cruza los cielos europeos. Sé que hay tiempos buenos y tiempos malos pero nos corresponde a nosotros el sacar el máximo partido de esta vida que solo podremos vivir una vez. Yo he elegido creer en la gente y en mi mismo, aceptar todo lo bueno que cruza mi camino y tratar de mejorar y arreglar lo malo que pueda encontrarme. Espero que todos aquellos que saben que significan algo para mi me acompañen, que lean estas líneas y recuerden que fuimos, somos y seremos por siempre amigos.


10 respuestas a “Amistad”

  1. Qué bonito. La verdad es que me siento identificada con muchas cosas que dices ahí. En fin, no sé muy bien qué decir.

  2. Has conseguido que me emocione.

    Es cierto que eres un pésimo lider. Te falta esa parte necesaria de ¿compasión? ¿comprensión? con los que no alcanzan tus expectativas, pero siempre has sido como un gran planeta con una irresistible fuerza gravitatoria y tus ideas nos arrastraban a hacer cosas de las que en vez de avergonzarnos aún nos hacen reir, lo que demuestra que no somos tan adultos como parecemos.

    Si en navidad tengo la casa medianamente montada yo misma me ofrezco a la sesión de aquellas dos películas que marcaron nuestra adolescencia, así que la cinta nº 2 ya puedes ir buscándola en internet porque la edición de video dudo que aparezca (y si lo hace no seré yo quien la toque con mis manitas puras que vete tu a saber donde habrá estado).

    Y pensándolo bien si aún no tengo el pantallón en el salón podremos verla en la tele de 20 pulgadas del dormitorio, todos sobre la cama como en aquellos míticos años, juntos pero no revueltos en alegre mogollón.

    Ayer me encontré con mi esbirro y le conté lo del jueves.
    Si en navidad no le llamamos se me pone en huelga.

  3. Qué bonito post Sulaco. Me hizo recordar a unas cuantas personas de las que no sé nada desde hace años. Quizás me dé por saber qué fue de sus vidas. 🙂

  4. Los Goonies la dan en DVD este finde creo en el pais o el mundo. Te pillo una copia si t hace ilu. Casualidad q el otro dias c lo comentaba a mi partner pues a mi tambien me gusta verla de vez n cuando. Mi preferida es la trilogia de Regreso al futuro…(sigh)

  5. M: si tiene VO en inglés además del español cómprala. Si no, pasa. Regreso al futuro también es genial.

    plus, yo consigo la otra película. Tú compra los cojines que seguro que nos hacen falta. Si puedo mando esta noche la foto de la reunión del otro día. Aún no la he visto pero seguro que es fantástica.

  6. Veo que somos de la misma generación, yo también crecí con E.T, Los Goonies y Regreso al Futuro. Por ahora me sigue dando mucha pereza reunir a toda esa gente con la que fui al colegio, dejémoslo reposar unos añitos.

  7. Y yo, el drama de la pequeña cafetera con patas (alias ET) y Los Goonies ese peliculón de aventuras. Gracias por este texto.

    Saludos.

  8. Bueno, aqui estoy por primera vez y espero que no sea la ultima…

    Sólo puedo decir » Gracias » ya que ha sido un relato fantástico y si, realmente uno se siente igual, con ganas de » continuar » con esa aventura que comenzo hace mucho tiempo.
    Ya que hemos retomado esos pasajes de nuestra vida, no decaigamos en en el animo de su continuidad….

    Saludos a todos y me apunto a lo de navidad ..

  9. Uff! En una de esas reuniones le dije a un buen amigo que todavía nos queda mucho «presente» por vivir. Como dicen en mi segunda patria: «Life is too short» or » Life goes on and we have to move on with it…» (no se me ocurre nada en spanish, sorrry).

    Por supuesto que a muchos nos gustaria revivir los buenos momentos pero los Levis 501 ya no nos quedan igual, y no hablemos del bañador o de hacer deporte sin que nos espere un litro de agua y azúcar o se nos salte la junta de la trocola a los 2 minutos.

    Pelis, pues todas: Top gun, Gremlins, Indiana Jones, Princess Bride,… . Yo me quedo con La Joya del Nilo. No la he vuelto a ver; aunque, de vez en cuando, no puedo evitar levantarme de madrugada, coger el DVD y leer la sinopsis (sigh).

  10. Yo sigo con la misma talla 30 de Levi’s 501 que tenía entonces. Y pienso mantenerla, que por algo me compré siete Levi’s 501 el año pasado cuando estuve en Nueva York y me durarán una purriada de años.