Angels & Demons – Ángeles y demonios


La gran desventaja del cine respecto a la literatura está en los actores. Por más que ellos lo intenten detener, el tiempo pasa y envejecen y cuando se embarcan en sagas, los vemos ponerse como pasas y esto al final tiene un coste para la historia que tratan de contarnos. Si encima es una película que sucede (temporalmente hablando) anteriormente a lo que hemos visto hasta ahora, me lo pones aún más difícil. Eso es lo que le pasa a Angels & Demons, historia anterior a la famosa The Da Vinci Code – El código da Vinci, película que os recuerdo que a mí me pareció un tostón del quince. En España esta nueva historia se estrena con el título de Ángeles y demonios.

A un julay lo contratan para salvar pederastas católicos y el tipo es malo de cojones

Los Illuminati era una banda de gentuza que se oponía a la iglesia católica en tiempos en los que esta era la organización más poderosa del mundo. De repente muere el Papa y al mismo tiempo comienza una compleja trama que parece una venganza de estos por la persecución que sufrieron unos siglos antes. La iglesia católica, más bien acostumbrada a lidiar con casos de pederastia y sodomizaciones contratan a un pollaboba para que los ayude a resolver el misterio en unas pocas horas, las que tienen hasta que les revienten el chiringuito y los manden a todos al infierno. El colega tendrá idea brillante tras idea brillante mientras a su lado siempre corre una chocha del martes a la que no le toca un pelo porque desde la primera película sabemos que es julandrón y que le van las faldas, pero con tiburón debajo.

Han mejorado bastante desde el The Da Vinci Code – El código da Vinci, aquella mierda legendaria que nos hacía vomitar en las salas pero aún así la cosa sigue siendo aburrida. Le sobra tranquilamente una hora de película, alargaron las escenas hasta el infinito y más allá y algunos de los diálogos es que no cuajan. Hay una escena con el Camerlengo sermoneando a los cardenales que es una puta mierda, se mire como se mire. Su personaje en sí es estúpido y sobra. No digamos nada del momento terrorífico que sucede al comienzo cuando un julay se mete en una piscina pública y allí nos encontramos a un tipo como falete nadando con su tanga speedo y cuando sale del agua resulta que es Tom Hanks y si no has apartado los ojos de la pantalla a tiempo, es más que probable que se te hayan quemado las dos córneas, aunque viéndole el lado positivo, ahora sabemos que su personaje es julandrón. Sorprende su capacidad para correr de espalda, cuando no podemos verle la cara, pierde treinta kilos y debe ser un doble porque en las escenas que viene de frente el hombre llega siempre asfixiado.

Las escenas de acción son muy tediosas y están mal montadas, les falta gancho y sobran muchísimos planos que no aportan nada más que segundos en los que nosotros nos miramos las uñas y debatimos entre empezar a comérnoslas o esperar para ver si la cosa mejora. Las tramas secundarias simplemente no funcionaron y pese a la fascinación que parece despertar en muchos, a mí ya las historias con trauma católico comienzan a aburrirme, es siempre lo mismo, un atajo de julandros y pederastas abusando de todo el que pueden y poniendo a un Dios que no da una mierda por ellos como el fin que justifica sus medios.

El momento cumbre de la película sonroja de vergüenza que te da. Me podéis crucificar por blasfemo pero no me gustó y no creo que merezca la pena tirar el dinero con este artificio.

04/10


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