Hay películas que rozan distintos géneros y no terminan de aterrizar en uno de ellos. Esta falta de definición la mayor parte de las veces juega en su contra, al menos desde mi particular punto de vista. Vas saltando de un extremo al otro y por culpa de eso no consigues sintonizar y sumergirte en la historia. Esto más o menos es lo que me ha pasado con August Rush, una buena película que podría haber llegado a peliculón.
Unos julays echan un kiki y han de arrastrar las consecuencias toda su vida
Después de una introducción en la que vemos una historia de amor sin final feliz entramos en la vida de August Rush, un chiquillo un tanto friki que vive en un orfanato y que sueña con conocer a sus padres y que lo quieran y todo eso. Se escapa y en la ciudad acaba en las manos de un tipo que explota niños de diversas maneras, todo muy subjetivo y haciendo como que los quiere y son familia. El joven August destaca por su talento musical y acabará teniendo una oportunidad única en la ciudad de Nueva York, en plan cuento de hadas que se tuerce y endereza por momentos y en los que la búsqueda de sus padres siempre está latente. Mientras, ellos también parecen buscarse aunque no son capaces de encontrarse y todos confluirán en una escena final de esas típicas al mil por cien y con media sala cubierta de caras llenas de lágrimas de emoción y felicidad.
Mi principal queja es que no es un drama al completo, no es una película romántica todo el tiempo, no es un musical aunque tiene un montón de música y esa falta de definición acabó por pasar factura. Desde el punto de vista de las canciones, la película es maravillosa, con una de las mejores bandas sonoras que he escuchado en mucho tiempo y con el sorpresón de descubrir que Jonathan Rhys Meyers canta muy bien. Me encantaron las escenas en las que se cuenta la historia de amor y la fantástica química entre los protagonistas. Aún así, toda la trama de Nueva York y el chiquillo en las calles fue demasiado para mí y ni me lo creí ni me gustó.
Está bien, a secas. Tiene una música y unas canciones geniales y si eres un poco meloso y sensiblero, seguro que sales del cine encantado de la vida. Procura ir con la chorba y ni se te ocurra acudir con los amigotes con los que te emborrachas.