La Basilica di San Francesco fue el mayor disgusto que me llevé en Siena. Pateé hasta donde está, entre callejuelas y demás, porque está fuera de la zona más céntrica y cuando llegué la tenían cerrada a cal y canto. Aunque la iglesia es del siglo XIII (equis-palito-palito-palito), la fachada es relativamente reciente ya que la volvieron a hacer a comienzos del siglo XX (equis-equis, casi porno) en estilo neogótico. Con esa maldad tan grande al tenerla cerrada, por supuesto que pienso lo peor, siempre, y doy por sentado que el colega que hace los espectáculos allí estaba muy ocupado con sus presuntos tocamientos.
Una respuesta a “Basilica di San Francesco”
Como no sea maravillosa por dentro, lo que es por fuera no vale un duro… 🙂
Salud