Being Flynn


Los del Real 3D nunca sabrán lo agradecido que les estoy por esas maravillosas gafas y el partido que les saco haciéndome pasar por pseudo-intelectual de GafaPasta. Desde que le quité los plásticos que se supone que son cristales a una y las uso a la entrada de la filmoteca, todos esos frikis que habitan alrededor de la misma y que parecen peligrosos depredadores no me atacan, se creen que soy uno de ellos y paso entre esa chusma y gentuza como si nada. Por manía personal, me gusta el sábado por la mañana para ir al cine y hace unas semanas, concretamente seis, fui a ver una película que tenía un trailer que me ponía nervioso y me daba mal fario. Se trataba de Being Flynn, película que hasta donde yo sé no se ha estrenado en España ni hay planes de que llegue a suceder.

Un julay con paga de tonto encuentra trabajo de chiripitiflaútico y le va mal que no veas

Un taxista de Nueva York se cree uno de los grandes escritores de los Estados Unidos aunque no lo es. Cuando todo se le tuerce y acaba en la calle, terminará yendo dormir a un hospicio en el que trabaja su hijo, al cual ha ignorado toda su vida. El chaval, que también quiere ser escritor, vive traumatizado tras el suicidio de su madre y el padre que no lo quiso y se desestabilizará al vivir y presenciar el descenso de su padre hacia el infierno sin que pueda hacer nada por evitarlo.

Al entrar al cine ya sabía que iba a ver un drama, así que la trama no me pilló descolocado. Son como dos películas separadas que en cierto momento se unen. En una de ellas, Robert De Niro está soberbio y hace un papel increíble como el hombre medio desquiciado, definitivamente desequilibrado y que cae en picado hacia la indigencia. Todas sus escenas son fabulosas y nos recuerda que cuando quiere todavía tiene dentro eso que lo hizo famoso. En la otra película tenemos a Paul Dano, su hijo, que no da el tipo, no llega, no llega, le falta combustible y sus momentos son pequeños fracasos, sus escenas carecen de chispa y pese a que los secundarios lo arropen, el pobre no da más. Todo lo que gana la película con un actor lo pierde con el otro y cuando finalmente están juntos y tienen escenas comunes, solo tienes ojos para Robert De Niro y te preguntas por qué no han quitado al otro inútil de la película. La historia está bien contada pero al tener uno de los protagonistas mal elegido, aburre por momentos. Se supone que es un viaje hacia la indigencia pero no termina de cuajar y no logran reflejar la crueldad y el desamparo de ese mundo. Julianne Moore es la madre que se suicida y tiene también momentos muy interesantes, mayormente con la versión joven y muchísimo mejor de Nick, que es el nombre de su hijo.

Al final te queda el mal sabor de boca de una actuación mediocre y al mismo tiempo el buen sabor de un actor que regresa después de varias películas malas. Este tipo de cine está totalmente prohibido para miembros del Clan de los Orcos, no se diseñaron sus cerebros para tramas tan complejas y dudo que puedan entender los diálogos así que lo mejor es abstenerse. Los intelectuales igual hasta se echan una siesta.


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