A lo largo de más de una década, hemos visto cienes y cienes de bicicletas por el mejor blog sin premios en castellano, unas más espectaculares que otras, unas más útiles que otras y durante esos años, también he alquilado varias bicicletas en mis viajes por Asia y casi siempre, les hago una foto de recuerdo. En Sukhothai, alquilé una para recorrer las ruinas, que es la bici que vemos hoy. Simple, sin lujos, pero que funcionaba de puta madre. En la bolsa que está por detrás del sillón debía ir mi guía de viajes, que en aquellos años tan lejanos hasta me llevaba guías de viaje para saber lo que estaba viendo. Como los caminillos de toda la zona de ruinas eran de tierra y con gravilla, los pinchazos con estas bicis deben ser con frecuencia semanal, el tipo que las alquilaba cuando no había clientes estaba arreglando un nuevo lote para poder alquilarlas y de las que le traían de vuelta, unas cuantas llegaban con alguna rueda picada. Aunque estábamos en una especie de parque arqueológico en el que se controla la entrada, el chamo que alquilaba las bicicletas nos daba una cadena y nos obligaba a usarlas para que no nos las roben. El templo que está por detrás de la bici seguro que os suena porque es uno que hemos visto tan recientemente como hoy.