Bicifloripondio


Con la cantidad ingente de fotos de bicis que hay por aquí, todos somos conscientes que la variante de bicicleta florera a mí me encanta y siempre que veo una le hago foto. La de hoy me la tropecé en un día frío que no veas pero precioso, con el cielo despejado, en Amsterdam, en la mitad de un puente que cruza un canal y tenemos esa gloria de bicicleta con ruedas pintadas de rosa a mano con brocha gorda y esa explosión de adornos florales sintéticos que la recubre toda como piel a toro y que además se engalana con los ramos de dieciocho novias en el volante, que casi que parece un alien dispuesto a saltarte y matarte. La bicicleta es un regalito visual de esos que demuestran que en algunas ocasiones, una imagen vale más que sesenta y dos mil palabras. Solo puedo confirmar que la bici no es eléctrica y que tampoco es a contrapedales porque le veo frenos de tambor tanto delante como detrás. No estoy seguro si tenía velocidades pero como el alien del volante esté por la zona, igual es peligroso cambiar las mismas.


Una respuesta a “Bicifloripondio”