Breve, incompleta y sesgada historia de la Blogosfera – Segunda parte


En Breve, incompleta y sesgada historia de la Blogosfera – Primera parte está el comienzo de este repaso.

Todo tiene un comienzo

Hay una serie de fases que marcaron la creación de Distorsiones. Yo he escrito desde siempre, es algo tan básico y natural como puede ser para otras personas escuchar música, leer libros, ver partidos de fútbol o practicar cualquier deporte. En ocasiones dejaba que los amigos y conocidos leyeran esos escritos y en otras esas libretas acabaron desapareciendo. Cuando ya estaba convencido que emigraría y me marcharía de España comencé a preparar la forma en la que me comunicaría con los amigos y elegí el formato de lista de distribución, más que nada porque permitía agregar y borrar gente fácilmente y los mensajes quedaban almacenados en un lugar central. Mi lista se llamó Distorsiones porque siempre he sido consciente que todos alteramos la realidad. Una vez salí de España y comencé a trabajar en una multinacional en Holanda los mensajes nacieron solos. En ellos hablaba sobre lo que veía, la gente que conocía, lo que hacíamos, siempre con un tono desenfadado y curioso, sorprendiéndome con las extrañas costumbres que encontré en el país que me adoptó. La lista de distribución alcanzaba a familia y amigos y tenía una frecuencia irregular.

En el año 2001 encontré las primeras bitácoras, sitios que al contrario que las antiguas páginas web, tenían una actualización regular y no eran colecciones de archivos. Enseguida me enganché a este nuevo formato y comencé a experimentar y buscar los límites. En el año 2002, con mi primera cámara de fotos digital, llegó el dominio Distorsiones, el cual inicialmente apuntaba a una cuenta gratuita creada en iespana en la que colgaba los álbumes. Simultáneamente, comenzaba a poner cosillas en blogger y tras enormes quebraderos de cabeza logré que tanto la bitácora como las fotos acabaran bajo el paraguas de Distorsiones. De esa época aún queda algo en Blogger en dos lugares distintos. No parece que haya pasado tanto tiempo, solo seis años, pero en realidad es toda una vida en la Red.

Mientras sucedía esto, yo devoraba lugares, que surgían amparados por el anonimato, duraban unas semanas o meses y desaparecían tal cual habían llegado. Eran tiempos de un caos absoluto, de efervescencia y diversión sin límites. Todos los que estábamos en ello sabíamos que se cocía algo grande y queríamos formar parte de ello.

La Edad de Oro

Si no estuviste en la blogosfera entre los años 2003 y 2004 no has vivido nada y da igual lo que yo u otros te podamos contar, aquellos sí que fueron unos años maravillosos. Cada día surgía alguna lista de los más de lo más y la gente se mataba por estar en ellas. La más absurda, estúpida y falseada de todas era la que se basaba en el número de enlaces que apuntaban hacia un lugar y que mantenían los de bitácoraspuntocom. Recuerdo como algunos dejaban comentarios en mi bitácora tratando que te convirtieras en su más mejor amigo y los enlazaras y otros ni siquiera se recataban a la hora de pedírtelo. Tenías que ser alguien en este mundillo y para ello valía todo. Supongo que no todos tenemos una vida. Yo me divertía con mi página y lo veía como un entretenimiento mientras para otros aquello parecía ser una religión. Los intercambios de enlaces estaban a la orden del día, la comprobación de las estadísticas de las bitácoras se convertía en una OCD (desorden obsesivo-compulsivo) y los bandos nacían, engordaban y morían con gran facilidad. La distancia del amor más ciego al odio más rastrero podía estar en una anotación o en un simple comentario. Los portales de bitácoras se ponían medallas día tras día y se proclamaban campeones de alguna guerra que nadie sabía muy bien por qué existía. Teníamos bitacoras.com y bitacoras.net, estaba blogia, zonalibre, blogger y muchos otros lugares. En casi todos tenías algún tipo de límite en el tamaño, número de anotaciones y demás y la gente cambiaba su reino de lugar de la noche a la mañana. Bastaba una caída de servidor para que desertaran unas decenas, despotricando por esa imperdonable ausencia de la red que seguramente les había causado daños cerebrales de terrible magnitud. Entre los bichos que circulaban predominaban los lamers, lameculos profesionales que besaban el trasero de los autores favoritos. Y si hay alguien que reinó en ese periodo sin ninguna duda, ese fue Borjamari, el azote de las bitácoras, el juez supremo, capaz de destruir o coronar a una persona con un puñado de estrellas y un par de párrafos contundentes. No eras nadie si él no hablaba de ti y cuando lo hacía, tu vida se podía volver un infierno porque a esas alturas, nada existía fuera el mundo bitacoril. Estábamos inmersos en una anomalía de espacio-tiempo que muchos llegaban a creerse y algunos no conseguían superar. Yo nunca conseguí que el gran Borjamari hablara de mi página, me iré a la tumba con todo ese resentimiento acumulado a lo largo de meses y meses de mirar su página ciento treinta y una veces cada día para ver si el milagro se había obrado. Te ponía estrellas, o te estrellaba según se mire. Además tenía una especie de barómetro con lugares que según él subían o bajaban. Las trifulcas por sus opiniones eran de película, la gente desplegaba sus más rastreros instintos y decían de todo. Los comentarios en esas batallas eran mucho mejores que las anotaciones que los provocaban. Su página fue hackeada en varias ocasiones y tuvo que quitar los comentarios porque eran como un patio de verduleras en el que las amenazas de muerte se sucedían una tras otra.

De todas esas bitácoras, mi favorita siempre fue Priscila con su Calumnia que algo queda. Fue y será el mejor entretenimiento que he leído en mi vida. Era lo más. Otros lugares que me encantaban eran SANCHIGUARRO: Los Colonos del Páramo, Hasta las pelotas y el diario de una mujer gorda. Todos estos lugares son historia y ya hace mucho que dejaron de actualizarse o incluso de existir. También de esta época son las primeras COPITÁCORAS, lugares creados por algún ser gris y desgraciado carente de imaginación y que se limitaba a copiar a otros sin respetar su obra. Varios de ellos evolucionaron hacia las bitácoras temáticas que algunos visitan con tanta frecuencia hoy en día. Algo que resultaba fascinante de esta época de Oro eran las amenazas de abandono por parte de algunos autores. Cuando alguien quería llamar la atención amenazaba con dejar de escribir la bitácora. Inmediatamente surgía una corriente de comentarios para que el autor reconsiderara su postura y tras un tiempo prudencial y que dependía fundamentalmente del número de comentarios, anunciaba que se debía a su público y volvía al tajo hasta volver a amenazar con dejarlo unas semanas o meses más tarde. Era maravilloso.

Tras la tormenta llega la calma

La blogosfera creció y creció y muchos se hundieron. bitacoraspuntonet desapareció, hubo una diáspora de bitacoraspuntocom y zonalibre también se fue al garete. Ninguna pudo con el crecimiento imparable del número de sitios, supongo que porque no había un buen plan de negocios que las sustentara y los primos adinerados como google nunca llegaron. Algunas de las compañías dominantes en España abrieron sus chiringuitos, que después del ruido inicial han acabado sin pena ni gloria. En el año 2005 de mi particular historia cancelé por primera vez mi suscripción al contenido sindicado de una bitácora. Se trató de microsiervos y tuvo que ver con la sensación de repetición que tenía al leer lo que publicaban. Se les acabó la chispa y aunque son uno de los lugares de más éxito en español, nunca más volví a engancharme. Pronto siguieron otros. La primera vez es siempre la más difícil. Uno se crea un vínculo con esos sitios y aunque sabes que ya no te gusta, la inercia te impide dejarlos. Incluso el sagrado Borjamari acabó por convertirse en una sombra de si mismo y es una pena, porque gracias a su dedo acusador descubrí un montón de sitios interesantes y ahora añoro ese faro que nos iluminaba lugares nuevos e interesantes.

Con la explosión del número de bitácoras los medios de comunicación se fijaron en ellas y algunos imitaron el formato dentro de su territorio. De esta nueva época, lo más patético es el concurso de 20minutos. Cada edición ha sido más lamentable que la anterior y por ganar, algunos están dispuestos a cualquier cosa. En estos años también llegaron los spaces del gran ogro del mundo del software, unas bitácoras para descerebrados y asimilados de las que no se puede decir mucho.

Cada bitácora tiene su ciclo y ahora es normal descubrir un sitio, leerlo durante su corta (o larga) vida y verlo desaparecer sin pena ni gloria. No pasa nada cuando se extinguen. El mundo sigue girando, al final del mes te ingresan la nómina, los políticos siguen robando y esta es quizás la grandeza del mundo, que las bitácoras no son la panacea universal que algunos quieren hacernos creer.

¿Qué leo hoy en día? Si miras en las barras laterales lo descubrirás. No hay ni COPITÁCORAS ni REPLITÁCORAS, siendo estas últimas esas que repiten hasta el infinito las noticias tecnológicas, de música o juegos y que se copian unas a otras enlazándose para respetar las licencias Creative Commons que sirven de tan poco. Hace seis años me fascinaban los sitios originales, aquellos en los que sus autores abrían las puertas de un mundo particular y hoy en día sigo disfrutando con el mismo tipo de lugares.

Mi bitácora, Distorsiones, continúa su inseguro camino, explorando territorios de sobra conocidos, buscando la complicidad de un puñado de fieles seguidores y recibiendo cada día unos miles de nuevos visitantes que pasan, miran y se van para no volver jamás. Y espero que continúe así por mucho tiempo.


22 respuestas a “Breve, incompleta y sesgada historia de la Blogosfera – Segunda parte”

  1. No sé Sulaco, cada uno escribe lo que le sale de las pelotas hoy en día. No todo el mundo tiene un estilo propio y qué. La gente escribe por diversas razones que no son siempre tan evidentes. Y en muchos casos el número de lectores o que te enlacen o no o que te recomienden o no es lo de menos o es verdad eso de que los escritores desayunan ego..

    Es genial no estar de acuerdo e incluso leer pensamientos y opiniones que son diametralmente opuestos a los propios. Es enriquecedor. Ya lo dijo Clint Eastwood: las opiniones son como los culos todo el mundo tiene una. Y añado que algunos culos me gustan más que otros.

  2. ale, lo del ego es muy cierto. Aquí el que menos usa 2 sistemas distintos para medir las visitas a su bitácora, con lo que no se sostiene eso de que no lo hace por las visitas (y yo entre ellos). Lo de los enlaces es algo que nunca me ha preocupado específicamente, me enlazan muy pocos y es mejor así. Llevamos años sin la plaga de los comentaristas que corren a dejar un prime …, secun … y demás y espero que siga así. Tampoco tolero marimandones que me dicen lo que debo escribir o la forma de hacerlo, cada día sigo el camino que me apetece.

    Estos años han sido muy interesantes, he visto de todo, he aprendido un montón, he conocido gente maravillosa y sigo siendo el mismo capullo que hace unos años, solo que ahora soy un capullo con bitácora. Y volviendo a lo del ego, me acuesto todos los días permitiéndole al gran Dios que sienta envidia de mi porque mi bitácora es más popular que la suya 😉

  3. Medir las visitas a mi bitácora, no lo hago, me da flojera perder mi tiempo poniendo un link o algo así, quien quita si algún día…

  4. waiting, y eso que la tuya es una de las más populares, tanto por número de visitas como por comentarios. En el par de ocasiones que me has enlazado, el número de visitas se ha disparado en al menos diez o quizás quince visitas extras en un solo día, ni yo me lo creía.

  5. Piensa que tu ranking en technorati es el puesto 112625 y el mío es el puesto 461534. Obviamente, lo meloso y dulzón vende mucho 🙂

  6. Mira Sulaco, me has hecho reir. Un día te invito a una fabada y a casadielles. Son unas galletas asturianas de nuez, anis y hojaldre. Quizás sean comparables a tus madalenas. Cómo las llamabas, cojonudas??? Yo también me acuesto pensando que a mi me salen de puta madre.

  7. technorati es un lugar en el que se mide el nivel de bullshiting o mierdeo de las bitácoras. Tienen en cuenta la gente que te enlaza y otras cosas que ni sé. Por ejemplo, alguien a quien yo odio hasta el infinito, que tu conoces y que espero que tenga una muerte horrenda podrido hasta las trancas y regurgitando sus propias heces y que sucede que tiene bitácora, la suya está peor clasificada que la mía lo cual es motivo de alegría y regocijo en mi tierna y dulce alma.

    World Peace!

  8. Curiosos tiempos para la blogocosa en 2003, que es cuando yo comencé a escribir. Si no estabas en la lista de bitacoras.com o no te comentaba Borjamari no eras nadie. Yo con Borjita tuve una de cal y una de arena. En mi primer proyecto blogosferico, Preterito imperfecto, me hizo una crítica positiva, con la Belleza me puso a parir, lo cual me da que pensar que era más de una persona, porque lo que está claro es que yo si que era el mismo :-). Blogo Batallitas del abuelo cebolleta.

  9. Mucho de eso que cuentas lo recuerdo con una mezcla de nostalgia. Echo de menos algunas bitácoras que ya no están y me gustaban. Hay otras que siguen pero son una sombra de sí mismas.

    Mucha originalidad se perdió nada más aterrizar el adsense en los blogs y cuando algunos espabilidos pretendieron hacer un «negocio» de una simple afición.

    No obstante fue un momento interesante. Se conocía mucha gente y se aprendían cosas.

    Ale! ya estás tardando en pasarnos la receta de esas casadielles. 😉

  10. Para mi la aparición de la publicidad no supuso un problema, es más, lo veo como algo bueno. Quien no la quiere ver tiene varias posibilidades con cualquier navegador. Eso sí, los salteadores que para sacarse cuatro perras andan copiando descaradamente todo, esos si que me tocan los huevos bastante. Tú has visto alguna foto mía en otros lugares sin respetar nada y bueno, mejor no hablar de uno que copiaba los álbumes enteros y se los atribuía.

  11. Si el problema no es del adsense sino del uso que hicieron y hacen todavía algunos de él. Añádele lo que dices del copypaste… y uff. xD

  12. Casadielles

    No doy cantidades, lo siento, la próxima vez me fijaré y os lo cuento si os interesa. Es que yo cocino a ojo.

    La masa versión fácil es usar hojaldre ya preparado. Para el relleno mezclo nuez molida, pero no demasiado molida, que se noten los tropezones, con azúcar y anís (marie brizard, del mono o similar). El reelno tiene que estar un poco seco, si te queda muy liquido se rompen las casadielles. Vas rellenando los cuadraditos de masa con esta pasta, antes has de pinchar la masa de hojaldre con el tenedor. Vas formando unos rollitos y cerrando bien las esquinas para que no se salga el relleno. Si las metes al horno puedes pintarlas con huevo batido. También se pueden freir en aceite de oliva hirviendo. En ambos casos se han de poner doraditas y después se las espolvorea con azúcar. Y a comer!

  13. ¡Gracias Ale! tengo que probar a ver si me salen. Siempre pensé que aparte de nuez llevaban algo más como avellana o similar. ¡Qué cosas! 🙂

  14. En mi casa siempre se hicieron con nuez. Me imagino que igual hay variaciones de una zona a otra. Y la masa es parecida a la de las empanadillas sino quieres usar hojaldre. La avellana aparece en otro postre asturiano que son los Carajillos del Profesor de una villa que se llama Salas. Y es que los asturianos somos muy «yambiones» o golosos.

    Por cierto le he echado un vistazo rápido a tu blog y he visto alguna foto de Asturias me ha dado una morriña…

  15. Oh!!! Ale conozco esos carajitos. ¡Qué delicia!. Y los mejores los auténticos del Profesor. Son un poco caros, pero merecen mucho la pena. En Salas he estado muchas veces. 🙂

    Como sigas así desvelarás todos los secretos de Asturias.

    ¿Morriña? echarás de menos el orbayu. 😛

  16. Juas, aqui no para de llover. Echo de menos la familia, los amigos de toda la vida, esos que entiendes con una sola mirada. Echo de menos los domingos: comprar el periódico, ir al rastro, a tomar unas sidras. Echo de menos las montañas, el mar Cantábrico, el acento asturiano. También hay un montón de cosas que me alegro de haber perdido de vista, asi que…

    Eres asturiana???