Calores de otoño


Esto es como una cantinela de más de lo mismo pero es lo que hay. Esta semana hablaba con uno de mis amigos en Gran Canaria y me decía que allí jamás se había vivido algo como las dos últimas semanas, que más que una ola de calor, es la reubicación al infierno y la apertura de los portones del mismo y eso mientras se produce una invasión desde África de miles y miles de presuntos terroristas a los que se les da dinero, dormitorio, comida y se deja languidecer a la población local. Para mí está claro que la próxima revolución tiene que ser para neutralizar y suprimir a los políticos y poner una super-hiper-mega inteligencia artificial al mando del país y una que no tenga escrúpulos y use sus drones eficientemente para defender las fronteras acuáticas, terrestres y aéreas, algo como aquellas defensas que se veían en la película Aliens.

Y cambiando del calor en las Canarias al del norte de Europa, al final, el mes de septiembre acabó como el segundo más cálido de la historia, aunque superó todos los récords habidos y por haber y con seis días consecutivos de récord a la temperatura más alta, que hubo cinco récords que duraron menos de veinticuatro horas. En base a las estadísticas anteriores al cambio climático, algo así solo sucede cada cincuenta años, pero todos sabemos que algo así sucederá una y otra vez, con mucha frecuencia.

Después llegó octubre y todos pensamos que el otoño lo cambiaría todo y en los primeros diez días, la temperatura media en el país ha sido de 16.6 grados y con las noches más cálidas que se recuerdan. El nuevo récord de octubre sustituye al año 2001, en el que tuvimos de media quince grados. Ya nos están diciendo que el otoño este será el habitual en el año 2050 y que los que anhelan nieve y hielo ya pueden comprarse una nevera con congelador más grande porque no lo verán por aquí. Yo ya debería estar usando la chaqueta de invierno y cuando salgo para la chamba a las siete de la mañana, voy en polo de manga corta sin abrigo alguno porque la mayor parte de los días hay diecisiete o dieciocho grados y yo si pedaleo con la bici, sudo como un cochino, que afortunadamente, no soy un culocochista como otros.

Con este calor, muchos árboles están confundidos. No saben si soltar las hojas o ir a por la segunda ronda de frutos y lo mismo pasa con las aves, que ven que los días son más cortos y sus instintos les dicen que tienen que ir hacia el sur, pero con comida abundante y todo verde, no encuentran una buena razón para la mudanza. Esto es de locos.


Una respuesta a “Calores de otoño”

  1. Aquí pasa lo mismo, menos mal que mi casita tiene un aislamiento del copón, es la mejor inversión que he hecho en mi vida, con abrir las ventanas y cerrar al acostarme, la temperatura no pasa de los 23 grados cuando afuera hay mas de 35º, y en el invierno se calienta con una cerilla…
    No te creas todo lo que te cuenten con las fabulas de como tratan a los de las pateras, no quisiera ser uno de ellos, pobre gente… 🙁
    Salud

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