Desde hace unos meses tengo una CASO VC100, un sistema de envasado al vacío que amo y adoro con pasión. Uno de los problemas de tener un congelador con tres cajones es que el espacio es limitado y los tupperware son enormes y casi siempre están medio vacíos. Además, muchas cosas se estropean rápidamente si las congelas con aire y llevaba un tiempo buscando una máquina de estas. Mi primera opción fue la versión económica de alguna cadena de supermercados baratos alemanes y estuve a punto de comprarla pero las opiniones de propietarios negativas me echaron para atrás. Después más o menos decidí que tendría que ir a por el lider en el sector, una empresa americana e hice una comparativa exhaustiva de los distintos modelos y de precios en Europa o en Estados Unidos. Ya estaba a punto de comprar uno de ellos cuando se me ocurrió mirar en la tienda Amazon de Alemania. Allí descubrí que había una marca alemana que también hacía estos cacharros y la gente hablaba muy bien de ellos. Es más, de precio estaba mejor que las otras y así ellos fueron los ganadores y un par de días más tarde me llegaba por correo. En verano le di bastante caña almacenando bolsas con moras al vacío, varias de las cuales aún tengo en el congeladas y saco para preparar mis tartitas y mis pasteles. Al mismo tiempo se ha convertido en elemento fundamental de mi rutina para almacenar la comida que preparo y he descubierto que ahora cuando me hago una tortilla de papas, no tengo que regalar dos tercios, sino que almaceno al vacío esas dos partes y se conservan sin problemas de ningún tipo en la nevera un par de semanas, lo cual me da tiempo a comérmela.

Esta tarde estaba mirando el congelador y lo tengo petado de cosas almacenadas al vacío. Las bolsas las reutilizo y lo que suelo hacer es al abrir una, la pongo del revés y la lavo en el lavavajillas, dejándola preparada para el siguiente uso. También he aprendido algunos truquillos como que las sopas y cosas con mucho líquido mejor las congelas antes de cerrar la bolsa, lo cual no me supone demasiado problema y lo que hago es que por la mañana, antes de salir para el trabajo, hago el vacío de las bolsas llenas de comida, escribo en las mismas el nombre y la fecha de lo que hay dentro y regresan al congelador. La semana pasada congelé tres bolsitas con crema de calabaza y zanahoria, este fin de semana hacía lo propio con unas lentejas con arroz y calabaza y hoy mismo guardaba tres bolsas con caldo de millo. Suma a eso las siete u ocho bolsas de wontón que tengo en el congelador y creo que tengo sopitas como para aguantar hasta las navidades, por no contar con el arsenal de cristinas congeladas, los trozos de pastel de suero de mantequilla con moras y los pastéis de nata o las bolas de masa de pizza preparadas para descongelar, amasar y hacer las susodichas. No puedo quejarme, le estoy sacando un uso del copón al trasto.