Lo único que les gusta a los curas más que tocar a un chavalote es afanar cosas ajenas y acapararlas en sus templos para mayor gloria de su inexistente Dios. No hay más que ver como dejaron Sudamérica para captar la ironía de una organización que predica sobre la modestia y la caridad mientras ellos arramblan con todo lo que se les cruza por delante. La Cuádriga Triunfal que está sobre el pórtico de entrada a la Basílica de San Marcos estuvo expuesta en el Hipódromo de Constantinopla durante siglos, hasta que lo robaron los venecianos para ponerla en su Iglesia durante la Cuarta Cruzada, otro hobby de los miembros de la Iglesia de los Presuntos Tocadores de Niños que consiste en ir a matar gente a otras barriadas periféricas, todo en el nombre de un Señor al que nadie le ha visto el pelo en miles de años. Napoleón se los afanó a los cuervos negros y se los llevó a París y fueron la inspiración de los que hay en el Arco de Triunfo de esa ciudad, pero cuando Francia perdió el poderío se los devolvieron a los italianos, que no a los turcos. Hasta 1980 los caballos permanecieron en ese lugar y en la actualidad vemos copias y los originales se encuentran precisamente detrás de estos pero en el interior de la Basílica, en una zona a la que se accede previo pago para evitar que las cagadas de las putas palomas y la polución les afecten, aunque ese mismo aire poluto entra por las puertas abiertas que permiten acceder a la balconada. Los caballos son espectaculares y están hechos de cobre. Por supuestísimo, pagué el impuesto revolucionario y entré a verlos pero la foto no es tan espectacular. A la izquierda se pueden ver algunos de los mosaicos de la Basílica y sentado entre dos columnas un chamo que pagó para tomar el sol sentado allí.
3 respuestas a “Cavalli di San Marco”
No recuerdo haber subido hasta los caballos, ni tampoco sabia media palabra de la historia ni procedencia de los mismos, al menos no lo recuerdo, :(, en cualquier caso me encantan por donde quiera que los veo porque pululan las copias o esculturas similares por todo el mundo… 🙂
Salud
Es verdad que los caballos originales son espectaculares. Y también es verdad que las fotos a los susodichos salen fatal, por la poca y mala luz que hay donde los tienen. Doy fe de todo ello. Pero no me arrepiento de haber pagado para verlos; vale la pena.
yo tampoco, pero jode que ni se molesten en ponerles una buena iluminación y al menos limpiar el entorno.