Ya sabéis que el amor lo mueve todo en este mundo y aunque muchos lo confundimos con el sexo, al parecer hay algo más que no termina de concretarse pero que nos puede llevar a actuar como idiotas. Este es un tema que se ha tratado a menudo en el cine, las fijaciones o encoñamientos que les entran a algunos y que no pueden tener un final feliz. La última de esta películas se llama Chloe y no tiene fecha de estreno en España así que imagino que o va directa a DVD o aparecerá por sorpresa en algún momento del 2010.

Una lesbo que parece que no le hace ascos a una buena cremita de leche de cualquier rabo de vecino se monta un rollo de que te cambas con una pareja a los que se está pasando por el chichi.

Una mujer comienza a tener dudas sobre la lealtad de su marido y contrata a una chica más bien ligera de cascos para que lo provoque y lo seduzca para ver si son ciertas sus sospechas. Cuando se confirman se verá envuelta en un triángulo de malos rollos con su esposo y la amante al que se une su hijo que parece que también le va la marcha. La cosa irá de mal en peor como sucede siempre en estos casos.

Una historia de este tipo solo se sostiene con un buen guión y esta lo tiene. Después ha de venir una buena mano detrás de la cámara que sepa mantener la tensión y enfocar a los espectadores hacia puntos determinados para engañarnos y conseguir el efecto deseado y finalmente tienen que contratar a buenos actores. En este caso también hemos tenido suerte porque tanto Julianne Moore como Liam Neeson estan sembrados y hacen unos papeles fantásticos. Los diálogos entre los protagonistas parecen bordear el abismo y la tensión se puede palpar en una casa de diseño increíble y que en lugar de distraer aporta mayor dramatismo a la historia, ya que en un lugar muy abierto y en donde parece que no hay nada que ocultar, todos dan la impresión de estar jugando a un doble juego.

En resumen, no puedo contar mucho para no estropearla pero es una fantástica película que se disfruta y se sufre con pasión.