El verano es tradicionalmente la temporada alta de comedias, películas que se supone que nos han de arrancar alguna sonrisa y hacer que olvidemos los problemas que pueden gravitar sobre nuestras vidas. Este género es muy personal y lo que a uno le puede parecer tronchante a otro le puede provocar arcadas de aburrimiento, que es más o menos lo que me sucedió a mí cuando fui a ver Horrible Bosses, una comedia fantástica según todos los críticos que suelo leer y que en mi caso no funcionó nada. En España se estrenará a mediados de septiembre con el patético título de Cómo acabar con tu jefe que nos viene a recordar que en el gremio de los traductores hay muchos que quizás no merecían el aprobado.

Unos julays fracasados maquinan para finiquitar a sus jefes pensando que así solucionarán sus problemas

Tres putos perdedores sueñan con acabar con sus jefes para solucionar todos sus problemas, al parecer porque son tan inútiles que no pueden encontrar otro trabajo y no valen para nada más que lloriquear. Se montan un plan para liquidar a los tres jefes pero lo harán tan mal que acabarán metidos en más problemas de los que tenían.

Esto no es más que una sucesión de malos gags. Vamos cruzando cliché tras cliché sin que les de vergüenza y mientras esto sucede y ves los supuestos golpes venir ni te hace gracia ni te entretiene. A ello ayuda que en el amplio reparto la mayoría den lástima y entre ellos sobresalen por patéticos Jason Bateman y Jason Sudeikis el cual se merece un razzie por la mierda de actuación que hizo y una denuncia por graves daños al intelecto de los espectadores. Lo peor que se puede decir de una comedia es reconocer que te dormiste mientras la veías y eso más o menos me sucedió a mi y me di una cabezada de por lo menos quince minutos de puro tedio y aún peor es que no me perdí nada y cuando desperté la mierda seguía tan espesa y abundante como antes de la cabezada.

Lo único destacable de esta película es Jennifer Aniston, el único de los personajes que daba risa.

No voy a perder mucho tiempo más. Mierda de guión, de actuaciones, de dirección y una pérdida absoluta de tiempo y dinero. Deja que sean los otros miembros del Clan de los Orcos los que vayan a verla y tú gástate esa pasta en otra cosa.