El relato del viaje a Birmania y Tailandia del 2011 comenzó en la anotación De Utrecht a Bangkok pasando por Hilversum y Amsterdam
Tras mi fugaz paso por Bangkok, mi siguiente parada era Yangon, mi punto de entrada en Birmania y antigua capital del país. Uno está acostumbrado a que en todos lados se le abren las puertas y es muy sencillo viajar pero Birmania es punto y aparte. De entrada muchos países desaconsejan a sus ciudadanos el venir aquí y por si esto no fuera poco, conseguir la visa fue una pequeña aventura. Tuve que rellenar un formulario en una pagina web en la que lo gestionaban, tuve que transferir 40 dólares vía Paypal (en realidad los transfirió mi amigo el Rubio porque yo estoy vedado en esa chingada) y después tener fe para que no resulte un timo. Les tuve que mandar una copia de mi pasaporte y una carta en la que re-juraba por las bragas sucias de la Pantoja que no me interesa la política. Después de un tiempo me llegó un correo con la carta admitiéndome en el país y con eso supuestamente era suficiente.
Con mi billete de Air Asia comprado por tres perras gordas, salí de la ciudad de Bangkok camino del aeropuerto. Primero metro, después correr. Cruzar una calle de seis carriles sin semáforo y rezar para que no me atropellen y finalmente tren hasta el aeropuerto. Para los turistas se han montado una linea especifica sin paradas cuyo billete valía 150 Bhats pero si ibas con el populacho en un tren que salía un rato antes y llegaba 1 minuto antes solo costaba 35 Bhats así que elegí ir con los pobres.
Ya en el aeropuerto, facturé mis ocho kilos y pico de mochila que habían engordado un par de cientos de gramos con el desodorante y la pasta de diente ya que leí que en ese aeropuerto llevan hasta extremos dantescos lo de los líquidos. Almorcé en un restaurante con comida Tailandesa y pasé el control de seguridad y en este aeropuerto, mis pantalones no pitan. Mientras esperaba miré pero no conseguí activar los quince minutos de Wifi gratis así que opte por pasear y quemar calorías. Me llamó la atención que en Bangkok a las aerolíneas de bajo costo las tratan igual que al resto y teníamos hasta pasarela para ir al avión. Entramos exactamente a la hora prevista y me senté en la fila 27 asiento E. Alucino con la cantidad de gente que se sienta donde o le corresponde. Un tío batió el récord mundial y lo botaron del sitio que escogía 5 veces y el seguía empeñado en seguir intentándolo.
Me quedé dormido antes de despegar y me despertó el azafato con el formulario de inmigración. Lo rellené sin saber muy bien la razón ya que mi visado estaba apalabrado. El vuelo se me pasó en un suspiro, seguramente por lo que dormí y cuando anunciaron que íbamos a aterrizar mire un poco por la ventana y el país era como que muy pobre. Me esperaba una pista de tierra batida y agitada pero me llevé el sorpresón del milenio cuando resultó un aeropuerto normalito y hasta con pasarelas para los aviones y aún más increíble, había otros aviones en el mismo.
Salimos, bajamos a llegadas para el control de pasaporte y aquí si que era un gran acto de fe. Supuestamente junto al mostrador de V.O.C. (Visa On Arrival) me esperaba alguien. En la práctica, a través del cristal y junto al mismo había una señora con un cartel enorme que decía: Señor Sulaco «El Elegido». Por supuesto que me pareció bien que el mito y la leyenda hayan llegado hasta tan lejos. Cuando saludé a la chama, le hizo gestos a un poli que me separó de la plebe y me llevó a un lugar especial para apañarme mi visado. En la sala de al lado escaneaban a los japoneses para ver si eran radioactivos. ¡Manda güevos! Llegas al ultimo de los mundos y hasta ellos se dan el lujo de ningunear a los nipones. Con mi flamante visa pegada a mi pasaporte (el cual tiene sellos de Camboya, Malasia, Sudáfrica, Hong Kong, Macao, Omán, Quatar, Estados Unidos, Turquía y algún otro país que me estoy olvidando) pasé el control de aduanas, me hicieron una foto con el pelo a lo Juan Tamaris porque no me traje gomina para no cargarla y me encontré con la señora de la agencia de viajes. Recogí mi mochila en su inmenso condón protector y allí mismo nos sentamos e hicimos cuentas. Me dio mis billetes para los próximos cuatro vuelos, con talonarios como los de los noventa que me rellenó allí y que me hizo pensar que estaba viviendo un episodio del Cuéntame como la Cagó. También me dio unos recibos para los sitios en donde me hospedo y después salimos a la calle ya que me llevaban hasta la pensión.
En realidad se puso a negociar con los chamos de la puerta y cuando encontró un taxi que le pareció lo suficientemente barato, nos metimos y arrancamos. El coche no tenia no cinturones, ni manijas para las ventanas y el portabultos se abría y se cerraba siguiendo una secuencia preestablecida. Todas las ventanas estaban medio abiertas. En quince minutos me dejaron en mi motel y tras registrarme, elegí el desayuno para el día siguiente, ordené la cena y quedaron en avisarme cuando estuviera preparada. Debemos estar en temporada bajísima porque yo era el único huésped. Después de cenar me recogí y así terminó un día en el que por la mañana hice turismo por Bangkok y por la tarde viajé a Birmania.
El relato continúa en Paseando por el centro de Yangon
7 respuestas a “De Bangkok a Yangon o de un mundo a otro totalmente distinto”
Me pareció que ya había leído este relato. Tuve que ver la fecha para saber que era de hoy, no se porque pero juraría que ya había leído esto. Y mira que hoy ni he bebido alcohol ni menos mojitos jajajaja. Besos
Es que yo creo que Birmania no es un pais muy turístico. A ver si con tus fotos y relatos descubrimos lo bonito que esconda.
De momento me acojona el viaje.
Me uno a darliz. Por ahora para mi ya no es ese destino.
Yo viendo tus fotos quiero salir corriendo para alla 🙂
A mi muy pocas cosas me dan miedo, esa es la cuota de venir de donde vengo jejeje.
Besitos.
Pues por el coñazo que dan para la visa no parecen muy interesados en el turismo…
Salud
Sigo vivo y salvo porque no tengo internet casi nunca y aqui no han oido hablar del wifi, todo bien. Tenia algo escrito para hoy con el relato del viaje pero no saldra asi que con suerte el viernes estoy en un hotel con wifi de la buena y puedo lanzar las mas de trece anotaciones contando el viaje que he escrito.
Hoy ando por Inle Lake, un lago (google …). He estado en un monasterio en el que los monjes y los del sitio hacen saltar a los gatos por unos aros. Super Bizarro.