En esos mundos extraños que parecen rodearnos la religión ocupa un lugar prominente. Da igual que estés en Europa, Asia o América, siempre tenemos en nuestro entorno una variada simbología religiosa y al parecer, el único elemento que tienen todos en común es la capacidad de aquellos que se consideran portavoces de su Dios para dar la espalda al mismo y al hombre. En la imagen de hoy tenemos a una de esas santas ignorando la belleza y armonía de un precioso cielo azul y desprovista de todo color. Ese extraño y grisáceo muro es la Muralla de la ciudad de Ávila.