De Heineken ontvoering


Para un observador casual tiene que resultar extraño ver a uno de mis amigos holandeses preguntándome por una película holandesa y que se estrena obviamente sin subtítulos y aún más raro verme explicándoles las razones por las que me gustó o no me gustó. Ellos saben que yo no discrimino a la hora de ver cine y que la barrera del idioma no me detiene. Eso y esa tranquilidad que da saber que una película tradicional holandesa tiene al menos una escena con potorro incluido y que esas escenas son épicas, antológicas y memorables. Para toda regla hay una excepción y hoy voy a hablar de una película holandesa sin esa escena que nos lleva a todos al cine. Se trata de De Heineken ontvoering, la cual no llegará nunca a las carteleras españolas a menos que la nominen para mil Oscars y que se podría traducir como El secuestro de Heineken aunque si dejamos volar la imaginación de los traductores españoles, el título será más bien algo como No te metas con mi cucu.

Un julay con más pesetas que cualquier pollaboba Borbón es secuestrado por una banda de malajes y después no descansará buscando venganza

Obviamente, aquí estamos todos entre intelectuales y todos sabemos perfectamente que Freddy Heineken era una bellísima persona y accionista mayoritario de la Heineken y que fue secuestrado en 1983 por una gentuza como la que vive en Vecindario y fue liberado después de que se pagó un rescate de más de dos mil seiscientos millones de las antiguas pesetas o de casi dieciséis millones de leuros de hoy en día. Esta película se aprovecha de ese suceso para crear una historia libre en la que vemos uno de los posibles escenarios que explicarían lo que en realidad sucedió. Tras la liberación, Heineken no para de acosar y rastrear a los cuatro criminales para meterlos entre rejas y que se pudran allí.

Lo primero que me llamó la atención es que el guión es muy ligero. En base al trailer pensaba que todo el mundo estaría tenso y gritándose y habrían mamporros a porrillo pero no, la historia previa al secuestro se explica con bastante elegancia, el periodo del secuestro es muy ameno y no se hace para nada pesado y el segmento de la venganza te hace echar de menos gente con esa tenacidad para perseguir a violadores y pederastas y hacerlos pagar mil veces por los crímenes que cometen y que se puedan meter por donde les quepa la piedad y el perdón de los pecados. Rutger Hauer interpreta el papel de Freddy Heineken y está soberbio. Este hombre, que se hizo famoso en Holanda, después en el mundo y el Universo y que ahora parece que está de regreso a su país, no ha perdido ni un solo gramo de su carisma. Aquellos de memoria más persistente seguro que recuerdan su interpretación legendaria como folclórica venida a menos en Blade Runner y aquella gala final en la que moría con uno de los discursos más bonitos que se recuerdan y que todavía a muchos nos pone una lágrima en el ojo mientras soñamos con ovejas eléctricas. El resto del elenco saben hacer su trabajo y lo hacen bien. Pese a que todos conocíamos el final de la historia, no te entra prisa alguna por verla acabar, el ritmo es perfecto, los momentos dramáticos están bien repartidos y la acción, aunque escasa, queda bien.

Esta es una de esas historias que a muchos no los mueve para ir a un cine y prefieren a que la den por la tele y cuando esto sucede, después se pasan dos semanas dándote la matraquilla con lo buena que era la película y tal y tal. Por suerte, yo la habré visto en un cine y para cuando ellos me den la vara, los cortaré en seco y les explicaré que llegan demasiado tarde, que ya soy creyente. Siendo realista, como es más que probable que jamás la doblen y que nunca llegue a España, no tenéis que preocuparos demasiado. Huelga decir que ni el más espabilado de los miembros del Clan de los Orcos puede aspirar a entender un cine tan sofisticado.


7 respuestas a “De Heineken ontvoering”

  1. Me has recordado a Blade Runner, qué peliculón. No recordaba que Rutger era holandés, creía que era aleman.

  2. Mi Padre que ha trabajado como contable toda su vida me dice que lo que es hoy en dia 16 milllones de euros no es lo mismo que en el 83, al cambio habria sido mucho mas dinero… jejeje. Tu que vives en Holanda puedes ver la diferencia de ellos con los alemanes, los que viven fuera nope.
    Besitos.

  3. Tu padre tiene razón. Eso debe ser hoy en día por lo menos el doble. Yo siempre fui un superdotado y nada más ver un neerlandés por la calle gritaba «cabeza-de-queso» sin dudarlo. Es un don.