De horas y luces


Esta semana y la semana que viene son horrendas por culpa de la mielda del cambio de hora. Esta es la última semana en la que puedo ir a correr por la tarde sin llevar el faro gigantesco en el pecho y en la espalda para que me vean desde todos los satélites espías. Ya me está costando llegar a mi keli al correr con luz porque estamos con diez horas horas escasas de luz y cuando está nublado, es que se hace de noche muchísimo antes. Por las mañanas salgo de noche cerrada hacia el laburo y llego a la chamba todavía de noche, algo que cambiará la semana que viene, cuando iré a chambear de día y volveré de noche cerrada, que con el cambio de hora, el domingo ya se pondrá el sol a las cinco y veinte de la tarde y en mi último día en los Países Bajos antes de irme a Gran Canaria para invernar, ese día durará siete horas y cuarenta y cinco minutos, saldrá el sol a las nueve menos veinte de la mañana y se pondrá a las cuatro y veintisiete de la tarde y esa es la época más depresiva del año, cuando tienes la sensación de vivir en la oscuridad y da igual si vas a correr por la mañana o por la tarde, siempre vas a correr de noche.

La semana que viene además se me junta el jet-lag del cambio de hora, que a mí este cambio me afecta un montón y me paso la semana renqueando y para complicarlo todo aún más, de lunes a miércoles estaré en un lugar diferente, dos días en los Países Bajos y un día en Alemania y en los dos últimos días antes del fin de semana laburaré desde mi keli y tendré que prepararlo todo porque el sábado me piro a hacerle vídeos submarinos al Ancestral para que deje de quejarse. Me he comprado otra tarjeta de medio Terabyte, con lo que tengo suficiente para grabarle prácticamente las inmersiones al completo y hacer documentales de tres cuartos de hora por inmersión, que serán más de treinta. Sigo sin comprender por qué no se elige una hora, sea la de verano, sea la de invierno y apechugamos.

Tampoco entiendo por qué España no vuelve a la hora de Portugal, las Canarias también se van una hora más atrás y hasta los Países Bajos, Bélgica y Francia se ponen en la hora de Portugal y el Reino Unido. Estaríamos todos en nuestra zona horaria y el trauma sería menor. Los pollardones que viven al norte de Europa, esos que se la mamen y tengan sus veranos con veinte horas de luz y sus inviernos con veinte horas de noche.

Al menos tendré dos semanas con doce horas de luz en las Maldivas, con el sol saliendo a las seis de la mañana y poniéndose a las seis de la tarde y a esa gente no les parece mal y han sobrevivido así cienes y cienes de años. Ahora mismo estamos con una diferencia horaria de tres horas, pero el fin de semana de la semana que viene, cuando yo vaya, serán cuatro. Todo por culpa de los complicados sistemas que se han creado para tratar de ponernos a todos en la misma zona horaria

Siempre que miro el mapa en el que se ve como deberían ser las zonas horarias reales me pongo de mala leche, que mira que la línea vertical debería bajar por Holanda, Bélgica y Francia y todo a la izquierda de esa línea debería ser la zona horaria inglesa, hasta Portugal, las islas Canarias deberían estar una hora más atrás y Noruega, Suecia, Alemania, Polonia, Italia y toda la miasma de micro-países de esas barriadas deberían tener la hora central Europea y solo ellos.


3 respuestas a “De horas y luces”

  1. Si, el cambio de hora es un coñazo, a mi no me afecta, salvo que me pone de mala leche hasta que se cambia de nuevo, y si encima me vas a bombardear con mas sardinas, maldigo todo lo que se mueve… 🙁
    Salud

  2. No has mentado mi tierra, que estamos más con el horario de Portugal que con el español…

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