De Mandalay a Bagan


El relato del viaje a Birmania y Tailandia del 2011 comenzó en la anotación De Utrecht a Bangkok pasando por Hilversum y Amsterdam

Las transiciones entre escenarios en estas vacaciones vienen siempre acompañadas de un viaje en avión. Todo comenzó volando de Amsterdam a Bangkok vía Viena y desde allí fui a Yangon antes de seguir hasta Mandalay. Mi siguiente parada era Bagan y este vuelo ha sido el que más meneos ha sufrido hasta ahora. Desde que lo reservé hasta que llegué a Birmania lo habían cambiado de hora y al llegar a Yangon me enteré que lo habían suspendido y me pusieron en otro por la mañana. Tres días antes lo cancelaron y me cambiaron a otra compañía aérea (Air Bagan) que volaba por la tarde a las 16.50 y un día antes pusieron el vuelo a las 16.10. Esta es la razón por la que hay que tener una agencia de viajes local para apañarte las cosas ya que los vuelos se mueven más que un cojo.

Como ya no me fiaba un pelo decidí llegar al aeropuerto a las 14.00 y para eso salí del Peacock Lodge a la una. Justo en ese momento comenzó a llover. El taxista alternaba el aire acondicionado con la brisa de fuera mientras tenia un ojo puesto en el tráfico. Nunca había visto a nadie hacer tantos ajustes con el aire, lo apagó, encendió y varió la potencia del mismo al menos cien veces en la hora de ruta, además de bajar y subir las ventanas del coche.

Cuando la lluvia comenzó a pegar con fuerza, la gente que iba en moto se tuvo que parar porque era imposible conducir con el chaparrón que caía. Pasamos por lugares que ya reconocí aunque íbamos por otra carretera como Amarapura o Inwa. Más o menos a la hora de salir del motel llegamos al aeropuerto y en la puerta los que pretenden cargar tu equipaje para que les des dinero. Pasé de ellos y me acerqué a un mostrador en el que había que pagar la tasa del aeropuerto, 1000 kyats que parece ser que no te cobran con el billete. Me dijeron que tenia que esperar para facturar y eso hice. El control de seguridad fue el cachondeo habitual, pasando el arco con botella de agua, teléfono en el bolsillo y pitando a todo meter y ellos diciendo que siguiera.

A todos les tenia que explicar que aunque mi billete era de Air Mandalay, volaba con Air Bagan. En el mostrador de facturación ni se molestaron en pesar la mochila y me dijeron que era un vuelo sin asientos asignados. Pasé el control del gobierno, el cual parece que me va siguiendo los pasos con cuidado y bajé a la sala de embarque, como siempre petada. Antes de mi vuelo despegaron dos aviones que se llevaron a casi todo el mundo y quedamos veintipocos. El avión era un ATR-42 y como no éramos muchos, según nos llamaron entramos en la guagua y fuimos al aparato. Arrancamos en un par de minutos y dijeron que la duración del vuelo seria de treinta y cinco minutos. Desde el aire pudimos ver un par de tormentas que estaban cayendo en zonas muy determinadas. El vuelo transcurrió sin problemas y en Bagan nos bajamos cuatro personas. En el mismo aeropuerto pagué el impuesto para visitar las Pagodas y ruinas de diez dólares, cogí un taxi y quince minutos mas tarde estaba en el hotel Kumudara, el cual elegí porque tiene piscina y da directamente a una explanada llena de ruinas de Pagodas. La habitación estaba bien, con vistas hacia los templos. El único pero del sitio es que no tiene WiFi sino cutre-acceso de los prehistóricos que no funciona la mayor parte de las veces. Cené en el hotel ya que al día siguiente tenia pensado comenzar a las seis de la mañana para evitar la calor.

El relato continúa en En Bagan hay más templos de los que puedes contar


Una respuesta a “De Mandalay a Bagan”

  1. Has remozado esto, me gusta mucho la cabecera con esa preciosidad de foto con el molino, pero hecho de menos los encabezamientos de los comentarios que había antes…
    Salud