Aunque resulta difícil de creer, en los Países Bajos, hace unos años, teníamos casi doscientos pasos a nivel en las vías de tren sin ningún tipo de barrera y eran máquinas de matar muy eficientes, sobre todo por los soberbios y pollabobas que van con sus auriculares sin mirar y se quedaban pegados como moscas a parabrisas a los trenes. En los últimos años se han cerrado, desviado, bloqueado un montón de ellos y ahora mismo estamos en veintiocho de esos pasos sin barrera en el país y para el año que viene esperan que solo queden diez. En lugar de solucionarse el problema, al final descubrieron que donde se producían más accidentes es en los pasos con barrera, de los que tenemos unos dos mil por todo el país y mismamente, cuando voy a la fábrica de mi laburo en Bolduque, suelo pasar uno.
El problema es que suena la campana, se encienden las luces, baja la barrera y aún hay gente que se los salta, o pasa cuando las barreras aún están bajando y en esos sitios, los trenes pueden venir a ciento cincuenta kilómetros por hora. Para arreglarlo, desde febrero han puesto en doce de esos pasos, en los que más accidentes y problemas se producían, jincaron cámaras y empezaron a multar a coches, motos y motocicletas y resultó que cuando te empetan trescientos leuros de multa por pasar con el coche por un paso con barrera que ya está activada o doscientos diez leuros de multa para motos y motocicletas, la gente empieza a aprender a esperar. Se harán cursos de doctorado tratando de comprender algo tan extraño, que la gente respete las normas de circulación cuando les clavan un puñal en la espalda hasta el mismísimo mango, que una de esas multas de trescientos leuros te tienen que dejar con el cuerpo como para irte a la feria de Málaga a bailar. Visto el éxito, van a poner más cámaras y así cubrir los cuarenta puntos más problemáticos y así, a base de multas, la gente dejará de provocar accidentes que acaban afectándonos a todos los que usamos la red ferroviaria.
En los Países Bajos, cuando se trata de multas, el gobierno lo ve como una maravillosa fuente de financiación y las autopistas están petadas de cámaras, de tramos en los que se controla la velocidad media y hasta cámaras que controlan que las motos mantengan la distancia mínima de seguridad con los coches o que la gente no circule por la izquierda si hay carriles vacíos por la derecha, que es una económica multa de más de doscientos leuros para enseñarte a cambiarte al carril de la derecha. En el trabajo, los culocochistas están siempre cagándose en sus muertos porque les ponen multas en las autopistas, les ponen multas por saltarse semáforos en amarillo, les ponen multas por ir por su barrio a más de treinta kilómetros por hora, o a más de cincuenta en las salidas a las carreteras generales y hasta les ponen multas por aparcar en zonas de pago, que ahora que hay tecnología, usan unos coches que van paseándose, haciendo fotos de todas las matrículas y como están conectados a la base de datos que tiene registrado los coches que han aparcado en la zona y el tiempo que pagaron, las multas son constantes y los que llegan al país por primera vez o pasan haciendo turismo, son presa fácil y reciben cantidades industriales, que todavía recuerdo cuando mi tío fue desde Ámsterdam a Utrecht con un coche de alquiler y le jincaron cuatro multas por exceso de velocidad en una tramo de treinta kilómetros y le clavaron cienes y cienes de leuros y las facturas le llegaron a gringolandia y puedes elegir no pagar, pero mejor ya no vuelves a poner un pie en este país porque como tu nombre aparezca en alguna lista de pasajeros de avión o barco, tienes un comité de bienvenida esperándote para llevarte directamente a una comisaría y pagar la multa y los intereses.
Otra actividad en la que la pasma pone mucho cariño es en hacer visitas a los aparcamientos de los aeropuertos durante los periodos de vacaciones y todo el que deba dinero a hacienda y haya dejado allí aparcado un coche que está a su nombre, cuando vuelve ya no lo encuentra y si lo quiere recuperar ha de pagar la deuda o se subasta y se usa el dinero que recauden para pagar la deuda. Dentro de una semana, cuando empiecen las vacaciones de otoño, serán cientos los que reciban ese palo, que también se usa mucho en partidos de fútbol, controlan los aparcamientos de los estadios y para cuando acaba el partido, los que tienen deudas se vuelven a sus kelis en transporte público.
Una respuesta a “Educando a base de leuros”
A mi me parece muy bien darles de hostias, en forma de multas a todos estos caraduras o despistados, o lo que sea el porqué no cumplen con las normas…
Salud