El hombre de acero – Man of Steel


Era un pipiolo cuando fui al cine a ver Superman y aunque aluciné, creo que fue más tarde, cuando grabé la película en VHS seguramente mientras la daban por la tele y me enganché a la misma. Por supuesto estoy hablando de la versión de Superman dirigida por Richard Donner y con Christopher Reeve. No voy a mencionar la banda sonora de John Williams porque es un clásico que hasta el Orco más cateto puede identificar perfectamente. En el verano del 2006 comentaba Superman Returns, algo de lo que hay constancia gracias a los archivos que documentan mi vida y que cubren casi diez años. Pese a que mucha gente la odia a muerte, a mí me resultó entretenida y reconociendo que se hacía algo pesada, la disfruté. Como todos recordamos, esa película sucedía entre la primera y la segunda del Christopher Reeve, algo raro si alguien intentara verlas en orden y se encuentra conque Superman cambia de jeta. Alguien le dio al botón de reiniciar y han vuelto a los orígenes con un equipo completamente nuevo y el cambio se ha notado en el título, ya que la última iteración de este superhéroe se llama Man of Steel y en España se estrena como El hombre de acero, el cual coincide con el original.

Un julay hillbilly se pone hasta el moño de Viagra y se le pone el cuerpo tan duro que acaba saliendo a la calle a repartir candela entre los familiares del Guaca

Olvida todo lo que sabías. Comenzamos en Krypton en donde al parecer se folla menos que en la Estación Internacional Espacial y la gente hasta se ha cansado de tener hijos y los compra por catálogo. Una chama con fuego uterino consigue introducirse en cierto orificio el maromo de su macho y un tiempo más tarde le entra un apretón que no veas y jiña un hijo. Resulta que el planeta está bien jodido y lo mandan a la Tierra para que sobrevive y allí acaba en la casa de Kevin Costner de Jesús, que ahora trabaja de granjero. El chiquillo crece entre hillbillies y cuando es grande se hace pescaor de alta mar. Después de un incidente se tiene que esconder y cuando en la tierra descubren un Ovni, el colega lo investiga y más o menos descubre sus orígenes. En esa que aparecen unos malos malísimos de Krypton y lo quieren capturar y venga, a destrozar ciudades en peleas bárbaras con alegría y cosa buena. Mientra tanto, Lois Lane lo conoce, le ve el paquetón que porta y se pone como una perra en celo, restregándose contra la pierna a ver si le da candela de la buena o hasta de la otra.

La película es fabulosa. La historia la cuentan a través de flashbacks, mirando hacia atrás mientras estamos en el presente y eso funciona asombrosamente bien. El primer segmento es el del nacimiento de Kal-El, que es el nombre de Superman antes de adquirir la nacionalidad norteamericana y que suena a terrorista de Al-Cutreda pero total y estoy seguro y convencido que el gobierno del macaco americano le lee el correo y su CaraCuloLibro porque con ese nombre ha de ser terrorista. Una vez en la Tierra, vemos algunos trocitos de su infancia y pre-adolescencia mientras nos centramos en un tipo que se come el tarro un montón y está con movidas de esas chungas del Sentido de la vida y tal y tal. Cuando aparece una banda de terroristas espaciales con planes para destruir el planeta, se enfrentará a ellos y ahí tendremos una batalla épica entre el bien y los malos, todo aderezado con toques de bobaliqueo y romanticismo con Lois Lane, que es una periodista muy poco profesional, como otra que yo me sé que acabó de princesa y que se encoña del chamo y se pasa el día persiguiéndolo para que le ponga la pierna encima y así no levantar cabeza. El guión le da un pequeño giro a la historia que todos conocemos y está muy bien escrito. El director ha conseguido un producto excelente, nuevo e innovador, ameno y no solamente una película de acción sino una historia que tiene varios actos y que nos hace salir del cine alucinando. La banda sonora no tiene la fuerza emocional de la de John Williams pero tiene su cosilla y se te pega la tonada, aunque tres horas más tarde es probable que ya se te haya olvidado. El nuevo superman, Henry Cavill es fantástico y ya se ha convertido en mi superheroe favorito. El colega es capaz de actuar y de transmitir y reconozcámoslo, es jodidamente bello. Su relación con Amy Adams que hace de la calenturienta Lois Lane funciona muy bien y es (como diría algún mataelefantes) entrañable. Cuando por fin le da un rosco con lengua la gente hasta aplaudió en el cine. Las escenas de acción y sobre todo la traca final son de lo mejorcito que he visto últimamente. Es una escena de unos veinte minutos sin descanso que te agota y te deja alucinando en tres dimensiones.

Olvídate de todos tus prejuicios. La película del verano ya ha llegado. Si todavía no has recibido la convocatoria para la gran reunión del Clan de los Orcos, ponte a organizarla tu mismo. Esta la tienes que ver y has de ir con todos tus amigos y conocidos y hasta con la hembra. Si eres un pobre desgraciado pseudo-intelectual con GafaPasta, niégalo de cara a las amistades pero vete igualmente a verla. Te lo pasarás pipa y eso querido amigo, es de lo que se trata.


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