Cuando el uno de febrero comentaba que El iPad es perfecto para mi también decía que era perfecto para mis padres y como en España se ha puesto a la venta antes que en los Países Bajos, aprovechando mi visita al país estuve mirando para comprarles uno. Lo primero fue contratar conexión a Internet en su casa y alucinar con los precios abusivos de un país que está a la cola de Europa en casi todo menos en los precios de los contratos telefónicos y de Internet. Después que una comercial acarajotada de telefónica intentara venderme que pague 40 euros al mes por 1 puto mega de bajada como máximo y ciento veintipico kilobytes de subida porque eso es lo único que tienen en el barrio de mis padres, llamamos a los de ONO y conseguimos tres megas en bajada por 20 euros al mes el primer año y después 39. Un auténtico robo si tenemos en cuenta que yo pago 19 por 20 megas en bajada pero claro, es la diferencia entre el primer mundo y el que quiso serlo.
Con la conexión de Internet apalabrada me acerqué a un Media Markt en donde los empleados se partían la polla de risa cuando les dije que quería comprar uno y me sugirieron que me apuntase a la lista de espera. Fui por un Corte Inglés y tanto de lo mismo y como no tenía nada que perder dejé mis datos sin esperanza alguna de que me llamaran.
El domingo de la semana pasada di un Píldoras para la egolatría: Paseo con Luis, Uno+cero y un holandés (supuestamente no errante) como ya contó Uno+cero en la anotación que he enlazado. Mientras charlábamos me dijo que en la tienda Banana Computers le habían dicho que tenían algunos modelos de iPad con Wifi. El lunes por la mañana a la hora en la que abrían sus puertas ya estaba llamando y me confirmaron que les quedaba el de 32 GB. Quedé en pasar por la tarde y sobre las cinco salí escopeteado para las Palmas de Gran Canaria desde Puerto Rico que es donde me estaba quedando. El tiempo total que transcurrió desde que aparqué hasta que volví al coche con una caja que contenía un iPad fue de diecisiete minutos. En la tienda hubo problemas y confusión con la empleada que se maravilló con un mensaje que le salió en la pantalla y que nunca antes había visto. Al parecer soy la primera persona que lo paga a tocateja, sin plazos ni movidas parecidas y a la chica la tuvieron que resetear porque era algo que nunca antes había vivido.
Al llegar a mi casa corrí a buscar la cámara y procedí a dar la bienvenida al nuevo miembro de la familia:
En su interior se encontraba otra caja que me pareció muy delgada y en la que debía estar el iPad. Una de las cosas que tienen los productos de apple es que los disfrutas desde el momento en el que comienzas a abrir las cajas. La magia llega hasta el cuidado envoltorio. Es una de las pocas compañías que parecen darse cuenta de este pequeño e importantísimo detalle.
Después la saqué y la admiré durante unos pocos instantes. La caja no contiene enormes textos contándome mil y una batallas ni nada parecido. Es un contenedor. Blanco, elegante y que no te distrae de tu objetivo final.
Cuando tomas el iPad por primera vez en tus manos te das cuenta de lo mucho que puede hacer un buen diseño. Aún sin encenderlo el aparato es hermoso. Si lo comparamos con el Asus Eee PC que me compré para llevarme a Camboya, ese cacharro es ordinario y poco elegante, sobrado de plásticos baratos por todos lados y con una pinta de haber sido terminado al trancazo.
El trasero del iPad merece también una mención especial. Me sucede como con mi iPhone que no me canso de mirarlo por detrás.
Ponerlo a funcionar fue una tarea muy sencilla y ya tenemos a mi madre dando sus primeros pasos en el mundo de la informática, enviando correos, leyendo esta bitácora, mirando fotografías o mapas y haciendo llamadas con Skype. El iPad reacciona con una rapidez inusitada y se desenvuelve perfectamente en esos dominios. Hay pequeños cambios de interfaz en comparación con sus hermanos pequeños que lo hacen aún más sencillo y agradable de usar. Si tiene algún punto negativo yo aún no lo he encontrado. El poco tiempo que pasé con el iPad de mi madre me terminó de convencer para encargar el mío desde el primer día que esté disponible a la venta en los Países Bajos y creo que también me pillaré el de 32 GB.
4 respuestas a “El iPad de mi madre”
Hi Fede!
Yo me lo compre hace 3 semanas en Köln, en el MediaMarkt, y aun no le encontre un fallo tampoco! 🙂
Entre pensando que ni de coña tendrían, pero para mi sorpresa, les quedaban WiFi de 64Gb y me lleve uno puesto 🙂
Gr, Dani
Que bonito, tiene un diseño precioso y si encima es fácil de manejar ya es completo.
Yo sé que tengo muy buen gusto, sólo me falta la pasta.
Yo llevo tres semanas esperando por mi iPad 3G. Y ayer me dijeron que hasta finales de mes no esperan recibir nueva mercancía. Que a partir de ahí a contar en número de orden de reserva. Vamos, que hasta agosto no creo que llegue el mío.
Reservado y esperando…