Después de acercarnos peligrosamente a las paredes del laboratorio EMC de mi empresa para ver las estructuras piramidales con detalle, hoy tomamos un poco de perspectiva y lo miramos desde el fondo. Como podéis observar, es un lugar estanco al que no entran ni las ondas telefónicas y en el centro está la zona en la que se ponen los productos a probar. Si miráis con lupa veréis mi fastuoso iPhone 3G blanco. En la parte trasera del mismo están las antenas desde las que se bombardean los productos para ver si son capaces de soportar las interferencias y seguir funcionando. A la derecha está la puerta, que en esta foto no se puede ver pero en otra que veremos la semana siguiente sí que aparecerá claramente.

Si eres claustrofóbico este laboratorio no es un lugar muy agradable, ya que entre las pirámides y la falta de ventanas y todo ese metal rodeándote, sientes como que te han metido en una caja gigante y la han cerrado. Hace dos semanas en este laboratorio se estuvieron realizando medidas con unos teléfonos para comprobar si sus emisiones electromagnéticas superan los niveles permitidos. En la sala que está al lado del laboratorio hay un montón de máquinas y aparatos de medida que lo hacen parecer la cabina de un avión y con lo que se controla que todo vaya bien.

Como dentro del laboratorio no hay calefacción, en invierno da alegría y cosa buena trabajar allí.

Las otras tres imágenes de esta serie son:

• Magia en el laboratorio EMC
• Otra toma del laboratorio de EMC
• Simetría EMC