El plan B – The Back-up Plan


Hay veces que voy al cine sintiéndome como un becerro que entra al matadero. Tengo una sensación de mal fario que no veas pero sigo empecinado y claro, al final pasa lo que pasa. Es lo que pasa con las comedias románticas que o salen bien o salen muy pero que muy mal y la de hoy es de este último grupo. Se trata de la película The Back-up Plan que en España se estrenó hace un par de meses con el título de El plan B.

Una julay pre-menopausica se le hincha la pipa del eso y como el antojo es de tener un niño, se emprobeta toda y monta un pitote del copón

Una chama a la que se le está secando el piporro y no quiere que se le madure la fruta sin tener hijos se cansa de buscar al hombre perfecto y va a una clínica de inseminación. Según terminan de chapapotearla con la lefa de un julay desconocido sale a la calle y se tropieza con un chamo que no veas y se encoña toda. Claro, el amor es esto y aquello pero cuando el tío aún no le ha tocado ni los implantes de pezones y la tía ya tiene un bombo se tiene que armar una muy gorda. A partir de aquí todo es tratar de pasar por todas las fases de una relación en noventa minutos y conseguir llegar al final feliz que permite a los espectadores el marcharse.

Supongo que yo no soy el único que se acuerda de aquellos año hace un siglo en los que Jennifer Lopez empalmaba éxito tras éxito. Mira que nos chupamos mierdas de películas con esa mujer y eran éxitos instantáneos. Era un fenómeno mediático, con música, cine y cualquier otra cosa. Pues que sepáis que eso es historia y que lo que le funcionó en su momento ahora no va. Tenemos un guión de puta pena, lleno de clichés y escenas que funcionaron hace treinta películas pero que cuando están muy vistos dejan de hacerlo. Tenemos unos personajes poco definidos que parecen perdidos y la mayor parte de las veces se mueven por la pantalla mendigando a los guionistas una buena frase que no termina de llegar. Después tenemos el milagro de la Jennifer, con más años que la momia de Tutankamón y un cuerpito de dieciocho años que me hace preguntar si existe alguna parte auténtica en el mismo o es fruto de la nuevas tecnologías de caucho, plástico y silicona y nuevos procesadores. A base de gilipolleces y de escenas mal pegadas vamos avanzando sabiendo que terminarán juntos y haciendo como que son una pareja feliz y por suerte, todo lo malo también acaba y cuando encienden las luces en el cine salió todo el mundo en estampida tratando de olvidar lo que tuvimos que sufrir.

Si por desgracia te obligan a ir a verla, pues cómprate tres cervezas y procura pasar el trago lo mejor posible pero si puedes evitarla, no pierdas el dinero con esto.

04/10


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