Después de visitar la catedral seguí mi ruta y aprovechando que la parte alta del puente sobre el Duero está cerca, crucé a la otra orilla del río. A mi izquierda y fuera de la foto está la muralla de la ciudad o lo que queda de ella, que igual vemos en otra foto. Enfrente en lo alto vemos lo Claustros do Mosteiro da Serra do Pilar y puedo afirmar y afirmo que hice todo lo posible por visitarlos pero me fue imposible, cuando llegué estaban cerrados un par de horas por el almuerzo y ya no me volvió a cuadrar otro momento, así que nos quedaremos sin saber si merece la pena. Para llegar a la entrada hay que hacer un rodeo al final del puente que te lleva a caminar como un kilómetro y no hay ruta alternativa más corta, con lo que pasé de perder el tiempo para llegar hasta la iglesia esférica que se ve a la derecha. Los edificios que están por debajo del monasterio son de empresas de vinos de Oporto.