El tic tac tic


Hace exactamente siete días que hubo una grandiosa y aparatosa perturbación en la fuerza y pese a que fue algo esplendoroso, aquí nadie se ha dado cuenta. Saltando un año hacia atrás, si recordamos Que bien que estaba yo antes, creo que allí fue donde nos enterábamos por primera vez que había comenzado a laburar en una nueva chamba, con lo que estamos en el primerísimo aniversario y durante esos doce meses, ha pasado de todo.  

Al principio estaba perdido en un mar de siglas y acrónimos, que hasta para referirse a la división en la que laburo, dependiendo de la persona que habla, usa una, otra o alguna más secuencia de letras, algo que creo que me tuvo como mes y medio confundido porque nunca sabía si era la empresa para la que yo trabajaba o alguna otra del grupo. En este tiempo, he creado mi propio blog dentro del laburo y en varias ocasiones me han señalado desde otras partes de la compañía porque cuando buscan información con la que saciar su ignorancia, encuentran articulillos que yo les dejo y que ellos terminan encontrando. Establecí un sistema de colaboración con los otros apéndices de la compañía en Europa, compartimos información y nos juntamos para golpear en el país del sol Caguiente cuando nos interesa, como grupo y hasta nos han copiado en otras zonas del mundo. También me convertí en el primer julay no amarillo en ser reconocido para un tipo de trabajo muy específico y he creado un club super-hiper-mega exclusivo con un francés y un mexicano y los tres ofrecemos algo que no se puede encontrar en ningún otro lugar fuera del país amarillo.

En estos doce meses he encontrado los nacientes en los que escondían la mielda los amarillos y he desmontado algunos de sus mitos sobre la perfección. La ignorancia hacía creer a muchos que ellos no se equivocaban ni hacían nada mal y eso se acabó, ahora todos son conscientes que hay tantas cagadas o quizás más allí que acá y en el camino, me he ganado unos cuantos enemigos amarillos, o más bien, julays que si oyen mi nombre, si no se han puesto el pañal de adulto, saben que se van a cagar por las patas pa’bajo. También he ganado un buen puñado de aliados entre los amarillos, que ahora, cuando alguien los reta, me preguntan a mí y usan mi opinión contra esos, sobre todos los gringos.

Me he embarcado en multitud de guerras, con continuas batallas y por ahora sobrevivo y no he sido herido, algo que no pueden decir muchos de los que se enfrentaron conmigo. He construido una red de contactos repartidos por todo el mundo que uso para acelerar mi trabajo y en muchos lugares, se asombran porque lo que le llegaba semanas después de pedirlo, ahora lo reciben como mucho en veinticuatro horas y eso, sin que yo me mate a laburar, que una vez sabes quién lo hace, usas esos recursos y como en la chamba anterior, hay un continuo tráfico de comida y los estómagos agradecidos son muy eficaces.

Como aprendí que no es bueno poner tus güevos y los demás güevos en la misma cesta, también he pasado a usar de manera activa cierta red social laboral, esa en la que todos somos super-hiper-mega profesionales y también ahí publico cosillas, educo, enseño y demuestro mi conocimiento y en estos doce meses, me han llegado un montón de ofertas laborales y sirvió para que me renovaran el contrato con un montón de antelación, ante el miedo a perderme.

Entre las últimas cosillas, tras una campaña junto con otros, ahora tenemos la posibilidad de trabajar desde la keli, pero no la keli-keli, ahora se nos permite trabajar hasta cuatro semanas desde otro país en el que montemos nuestra keli, con lo que este año estaré prácticamente un mes antes y después de las navidades en Gran Canaria, laburando desde allí y un montón más de aliados harán uso de ese beneficio que conseguimos tocando los mondongos adecuados.

O sea, resumiendo, que como toda alimaña que cambia y se transforma, me he adaptado a este nuevo ambiente hostil y por ahora me va de maravilla.


2 respuestas a “El tic tac tic”

  1. Lo de trabajar desde tu casa, pudiendo unir las vacaciones, te viene del carajo, me alegro un montón…
    Salud

  2. Sinceramente, yo que tengo parte de la jornada desde casa hace ya tiempo, he de reconocer que parecía más bonito de lo que es en realidad. Como ventaja, que ahora mismo estoy en pijama y tengo un café maravilloso, pero también reconozco que echo más horas de las que debiera y hago cosas como levantarme antes para no estar duchándome en horas de trabajo por si suena el teléfono, por ejemplo. En líneas generales, contenta.

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