El vecino indeseado


Hace unas semanas descubrí que tengo un vecino indeseado, un malaje que se ha ensañado conmigo. Fue algo casual. En esta época del año salgo de casa con la primera luz del día y para cuando vuelvo es de noche así que al entrar por la puerta del jardín no veo demasiado. Las labores de mantenimiento se reducen considerablemente y solo las puedo llevar a cabo durante el fin de semana o eso que mi amigo el Rubio denomina horario de máxima audiencia y como me invitan a ir a todos lados, pasé un par de semanas sin recoger las hojas del jardín. El día que me puse a ello descubrí con horror que en la parte posterior del mismo, en el césped, había un orificio.

Un topo se ha establecido en la zona y ha elegido mi jardín como sede para sus escapadas terrestres. Encontré al menos otros dos agujeros que he tapado pero sé que esa no es una medida suficiente para que se vaya. He estado preguntando pero la gente me da respuestas ambigua o que no me convencen. Mi vecino me dijo directamente que comprara una trampa y lo mate, que las trampas son parecidas a las de los ratones y son muy efectivas. Yo prefiero algún método menos radical así que he estado mirando por la red y hay algunos productos que puede que funcionen.

Si algún día tengo tiempo me acercaré a las grandes superficies de jardinería que hay en Utrecht para preguntar y comprar algún producto que huela mal y que se pueda poner en los túneles. Al parecer eso los ahuyenta y hace que se vayan a otro lugar, una solución que a mí no me parece mal. No quiero que esté en mi jardín pero no tengo ningún problema si se va a otra parte.

Mi amigo el Moreno, más práctico y dado a aprovechar la situación me ha dicho que debería comprar un sensor de movimiento para conectarlo a la cámara, dejarla por la noche cerca del agujero y así hacer fotos del topo cuando salga a la superficie. Yo no me veo dejando dos mil y pico euros en el jardín para que cualquiera que pase la vea y se la lleve.

Este es un vecino con el que no quiero convivir porque es muy destructivo. No es como el amable señor Erizo que viene de cuando en cuando a comerse las babosas, los caracoles y demás bichos que se pasean entre las plantas. Este te llena todo de agujeros y acaba con el césped. Si para la primavera no he tenido éxito deshaciéndome de él, entonces pasaremos a la fase de guerra total y no doy ni dos euros por su vida. Llevaré el método M.D.K. hasta sus últimas consecuencias.


11 respuestas a “El vecino indeseado”

  1. Aquí he probado a inundar galerías, echar unos polvos malolientes e incluso un cacharro de ultrasonidos y no hubo manera. No puedo echar venenos por culpa de mis perros, así que no lo he probado. Quizá sea buena opción unas trampas para topos consistentes en un tubo con dos trampillas en ambos lados que se abren sólo en una dirección. Pones el tubo conectado a una de sus galerías y en cuanto pase al interior del tubo, una trampilla no le deja avanzar y la otra no le deja retroceder. Si no le quieres dar pasaporte, una vez trincado puedes llevártelo a cien kilómetros de casa (o al jardín de algún conocido no especialmente querido) y soltarlo.

  2. ¡Odio a los malditos topos a muerte!
    Este año me han hecho la Pascua en mi precioso césped, tienen tresmil metros de terreno alrededor, todo mullido sin que nadie les moleste, pues no señor, tienen que venir a joderme de agujeros el césped, con el trabajo que me cuesta tenerlo así.
    Hasta ahora no he dado con nada efectivo para librarme de ellos y la guerra la llevan ganada de calle. Voy a probar el sistema de inyectarles batano en la madriguera, haber si se envenenan, y si no, le prendo fuego al gas, así explote ¡Palabra!
    Salud

  3. Lo de las trampas jaula para cazarlo vivo es una buena opción. Cuando tuve problemas con los gatos eso era lo que quería, pero claro aquí en el fondo del mundo a la derecha me fue imposible conseguirlas.

  4. Luis, yo vi una de esas trampas y no parecía lo suficientemente grande como para que un gato entre en una de ellas.
    Jc, voy a empezar comprando unas bolas que hacen en Noruega o Dinamarca y que dicen que funcionan muy bien. Después vendrá el veneno y las trampas. Si me tocan mucho los huevos, al que pille lo desollo y lo pongo al lado del agujero para que sus colegas vean lo que sucede en la superficie si salen por el agujero erróneo

  5. Genín, que bueno! desborda sinceridad y mala leche, vas aprendiendo más de sulaco de lo que crees! jajajajajaja

  6. Lo de desollarlo igual funciona 😉

    Me contaron que hace tiempo en Venezuela, para eliminar las ratas de los barcos de pesca, el método era, cazar a una viva, cortarle las patas y colgarla de rabo.

    Los gritos de dolor agonía y muerte de la rata hacía que el resto huyera.

    Igual funciona con los topos

  7. No creo que por aquí haya gente que tenga hurones como animales de compañía. La última vez que vi uno fue en casa de Feluca y de eso hace ya más de veinticinco años.

  8. No creo que esté muy permitido cazar con hurones en Holanda. De hecho, no lo está aquí en Andalucía, sólo en situaciones muy puntuales en que se autorice por plagas de conejos o similares.

    Y jamás había oído que se tuviera ese bicho como animal de compañía…

  9. Qué suerte de vecino. Yo tengo unos que me tiran a mi azotea todo los que le sobra en la suya (hojas, ramas, algodones, etc.) y cuando les digo algo dicen que ellos no son y que es el viento. Chúpate esa. Como si en Sevilla estuviera todo el año soplando el Katrina. No sé si prefiero los topos, por lo menos los puedes cazar sin que te metan en la cárcel.