Eligiendo el camino


Eligiendo el camino

Eligiendo el camino, originally uploaded by sulaco_rm.

Como reflexión final sobre esta serie introspectiva en la que he tratado de diseccionar mi forma de entender algunas cosas de la vida y la amistad ha llegado la hora de mirar al mismo tiempo hacia atrás y adelante. Si el árbol simboliza nuestra vida, las miles de hojas pueden ser las opciones que se nos presentan durante la misma. No son infinitas ya que nuestro tiempo en este mundo es limitado y por tanto las diferentes decisiones que podemos tomar también lo son. Puedes dejar que sean otros los que le den forma a tu camino y si es así, tendrás que aceptar aquello que recibas. También puedes tomar el control y diseñarlo tú mismo, siguiendo tus propios deseos y haciendo posible aquello que parecía imposible.

Habiendo recorrido un largo trecho de mi camino, cuando miro hacia atrás me sorprendo con las decisiones que tomé y las consecuencias de las mismas. Elegir una hoja y despreciar otra me llevó a conocer gente, viajar, abrir los ojos en lugares extraños y expandir mi mundo hasta límites impensables. En todo este tiempo he caminado junto a gente muy buena, he conocido y aprendido a evitar manzanas podridas, he subido a lo alto de montañas desde las que la vista era tan hermosa que tenías que sujetarte a algo y respirar hondo para asimilar tanta belleza. He visto puestas de sol en varios continentes, he corrido bajo la lluvia de nubes extranjeras, he abrazado a perfectos desconocidos que se convertían en amigos en un abrir y cerrar de ojos, he mirado en pozos insondables y en aguas que me han devuelto mi reflejo, he nadado en otros océanos y he buscado serenidad y calma sin saber que las llevaba en mi interior. He visto cosas que sólo conocía por libros y he amado, odiado, admirado, despreciado, respetado, ignorado a algunas de las personas que se han cruzado en mi camino. En este tiempo he aprendido que los verdaderos amigos son aquellos que te aceptan y que no quieren cambiarte y los conocidos suelen ser aquellos que dicen ser tus amigos. He tropezado una y otra vez con los mismos muros y aunque me he jurado a mí mismo aprender de mis errores al final siempre vuelves a caer. He procurado no perder la inocencia ni la capacidad para sorprenderme. He cambiado. Muchísimo. Tanto que si miro a la persona que era hace diez años y la que soy ahora, parecen dos extraños. He ganado en paciencia y he perdido en agresividad. Sé que cada día que comienza está lleno de oportunidades y por muy nublado que amanezca, siempre puede haber un rayo de sol que lo alegre. He comprendido que no importa el tamaño de las barreras que me pongan por delante, las rebasaré tarde o temprano porque creo en mí mismo y sé que puedo darle forma a mi futuro. No he tenido miedo a la hora de tomar decisiones críticas. He dejado un trabajo fijo, a mi familia, a mis amigos, mi mundo y he comenzado de nuevo porque sabía que eso era lo mejor para mí. Y tuve razón. Me he levantado cada vez que alguien ha tratado de tumbarme y a cada paso me he vuelto más fuerte, más seguro y a la vez más cuidadoso para no alterar los caminos de los demás.

Gracias a las decisiones que he ido tomando a lo largo del camino he aprendido muchísimo e incluso en los momentos en los que dudé, confié en mí mismo y logré salir adelante. Todo está en tus manos si tienes fe en ti mismo y el valor para hacer lo que debes hacer. Sólo se vive una vez y sería una lástima que al final del camino, cuando el árbol de tu vida esté llegando a su etapa final, mires hacia atrás y en lugar de sonreír por todo aquello que has logrado te lamentes por todo lo que no pudo ser.

Seguro que se puede decir mucho más sobre este tema y conociéndome, es más que probable que tarde o temprano vuelva a tocarlo ya que es algo recurrente. Por ahora, para concluir, creo que solo hay una forma de hacer el camino: caminando.

La foto la hice en Lage Vuursche, paseando una tarde de sábado por el bosque. Esta es la quinta y última anoatación de una serie de reflexiones que comenzó en El camino


9 respuestas a “Eligiendo el camino”

  1. Si, casi estoy de acuerdo contigo en que todo está en manos de uno para labrarse un futuro, siempre y cuando tengas los años por delante para ser consumidos, como en tu caso, pero no en el mio.
    Pero sobran argumentos que has dicho para agarrarme a ellos y seguir palante!
    Salud

  2. Me has emocionado, mucho. Me siento tan identificada con tantos puntos que no voy ni a enumerarlos. Qué suerte tenemos en estar vivos, aunque nos llevemos cientos de leches por el camino. Eso hace que apreciemos mejor los buenos, buenísimos momentos que existen.

    No han de cambiarte, han de aceptarte, has de aceptarte, eso es lo más importante. Libertad individual, respeto a los demás, agallas y seguir adelante.

  3. siento romper este tono sobrio, pero es que había momentos en que parecía Blade Runner….he visto amanecer en Orion…
    Por otra parte, muy acertadas las reflexiones
    un abrazo

  4. marco, en esa película el julay robótico hace lo mismo que yo (o yo hago lo mismo que él), ver lo que ha hecho. Mi inspiración, en este caso, no vino de ahí sino que fue de la película The Curious Case of Benjamin Button y de un diálogo específico cerca del final en el que sucede lo mismo. Las cinco partes en las que se divide esta reflexión las he escrito para mí, para recordar como pensaba a finales del 2008 y comienzos del 2009 y cuando lo mire, en diez años, ver la forma en la que he ido cambiando el rumbo. No sé como funciona con los demás pero en mi caso, yo reviso lo que he hecho, lo cuestiono, lo analizo, lo desgloso y aprendo de lo que descubro. La reflexión y las acciones destinadas a marcharme de España comenzaron el día que no pude negar la evidencia y tuve que reconocer que la universidad en donde estudiaba era un puto lodazal de corrupción y lo mismo se podía decir de la administración pública y de la manera caciquista de llevar las empresas privadas. Tenía tres posibles escenarios: aceptarlo, luchar para cambiarlo (y en la universidad lo hice, me estampé y acabé cubierto de mierda) o buscarme la vida en otro lugar. Hice esto último.

  5. Nunca he sido de plantearme las cosas a largo plazo. Mi vida siempre ha sido un poco caótica, la verdad. Al menos, hasta hace un tiempo, aunque llevo casi 10 años currando en el mismo sitio (mis jefes siempre me dicen que me he criado en esta empresa) iba tomando decisiones según me daba el viento en ese momento. Ahora que soy mamá me doy cuenta que mi vida ya no depende de mi. Ya no tomo yo las decisiones importantes. Estoy en una etapa en la que no decido, TODO gira alrededor de él, porque él es mi vida. Y es lo mejor que he hecho. Supongo que dentro de un tiempo, volveré a ser dueña de mi misma, y si nos comparamos con tu árbol, todo esto será parte importante de mi tronco, y mis raices.
    Uffff, que pensamientos profundos, por dióh!

  6. yo tambien soy consciente de la mierda de pais en la que estoy, y lo peor de todo es que tengo la conciencia que es el pais que nos merecemos. Tambien he estado a punto de lasgarme a trabajar fuera. Ahora que soy padre vivo en una contradiccion: largarme por su bien (en otro pais va a tener mas oportunidades y mas educacion), y como dice su madre, quedarnos y no alejarlo de su entrono familiar. Gran duda.
    De todas formas, una pregunta, ¿tanto cambia el ambiente en holanda? He estado alli 1 mes entre vario viajes, pero no he podido comprobar lo que dices (administracion justa, empresas no caciquiles,etc..). Otra cosa que quería preguntar es sobre ese topico tan manido que los holandeses son los trabajadores más productivos de europa, por la imagen que nos proyectas parece que se toquen mucho los coj….
    un abrazo

  7. Un holandés tocándose los huevos produce mucho más que otros que hacen miles de horas extras. Puede que sea porque son más felices o por la tranquilidad que tiene el poder decirle a la cara a un jefe lo que piensas sin que hayan represalias. Yo soy un buen ejemplo, el hecho de que me den libertad hace que produzca muchísimo más de lo que debería y lo hago en tres cuartas partes del tiempo que tengo asignado y organizándome a mi manera. Ahora por ejemplo me piro un día a la semana a las doce para ir a clases de holandés y aquí nadie se arranca los pelos por el drama. Saben que mi trabajo no se ha resentido en absoluto.