Expertos decepcionantes


Si hay algo que hemos aprendido con una claridad incontestable desde el mes de febrero hasta el día de hoy es que cuando a alguien lo definen como un experto, en realidad no tiene ni puta idea y se dedica a la improvisación y a cambiar su opinión de experto según sople el viento o el tamaño de las mareas. Los mismos expertos que decían un día que la máscara no sirve de nada, dos semanas después te dicen que solo la máscara puede salvar vidas, la misma máscara falsa, porque da igual en donde las compres, prácticamente todas vienen de China y no te engañes, son más falsas que un truscolán empeñado en inventarse un país que jamás existió. Esos mismos expertos, dependiendo del país, recomiendan un metro de lo que eufemisticamente se llama distancia social, o quizás uno y medio, como en los Países Bajos o dos metros o hasta tres. Hay expertos que dicen que el humo de los cigarros transmite el virus y otros que dicen lo contrario, los hay que dicen que ponerse guantes ayuda y otros que dicen que no, los hay que hablan y hablan y hablan sin parar por la tele y si los grabas un día, dos semanas más tarde les puedes poner ese pedazo de historia audiovisual y preguntarles por qué han cambiado el cuento y te saldrán por peteneras, se inventará una trola para cubrir su estupidez infinita y la jeta que se gastan. Hay expertos que llegan a convertirse en presidentes de imperios que te dicen que te enjuagues con lejía y los hay que te dicen que todo es un cuento. Hay expertos que dicen que no afecta a los niños (por ejemplo en los Países Bajos, en donde los colegios volvieron a abrirse porque los niños no lo contagian, según esos expertos) y otros expertos que piden el exterminio de los niños porque transmiten el virus más que las ratas y los murciélagos, animales que son tan ricos para comerlos en la sopa. Yo ya he optado por considerar a cualquiera que definan o se defina como un experto en algo como un cantamañanas y alguien que debería volver a las ferias de pueblo y dejar de tocarnos los güevos.

Además, me aplico el cuento a mí mismo y después de que me pusieron en la puta calle los amarillos, cuando me llaman, fuera del plazo para transferir mi sacrosanto conocimiento, les digo que al ser uno de los grandes expertos en el tema sobre el que me preguntan, igual les digo que sí o igual les respondo que no, dependerá de la cara o la cruz de la moneda que tiraré al aire para saber cuál es mi experta respuesta y que si la respuesta no es la correcta y por culpa mía acaban jodidos, que sepan que soy un experto y como tal, cambio mi opinión sobre el tema que supuestamente controlo cada dos o tres ratos porque así lo requiere la definición de experto, que implica volatilidad en el conocimiento y una degradación de lo dicho anteriormente prácticamente instantánea.

Los expertos canarios no aconsejan el uso de la máscara en espacios abiertos si se puede mantener la distancia social y por eso, cuando estás haciendo cola en la calle, tienes a una persona a treinta centímetros de ti, que al parecer para esa persona eso son dos metros, te echa el aliento al cuello y como no tiene máscara, así puedes adivinar más cómodamente lo que ha comido o lo último que se metió en la boca.


Una respuesta a “Expertos decepcionantes”

  1. jajaja Gracias a ti me he echado unas risas justo antes de acostarme, son las 5:50 y como por aquí tenemos ola de calor, estaba con todas las ventanas abiertas para que se enfriara el interior del ranchito, ya está a 23º así que voy a cerrar todas las ventanas y persianas a cal y canto y me acuesto en pelotas sin alarmas, hasta que el cuerpo empiece a sentir calorcito al mediodía, mas o menos y me despierte, entonces ya estará terminado el riego automático y prenderé el Inverter para estar a 24º el resto del dia hasta las 20:30 mas o menos que apago el aire y pongo el ventilador del techo, de modo que no paso calor, al menos, mientras luzca el sol, que está casi asegurado en estas latitudes, por mucha ola de calor que haya… 🙂
    Salud