La percepción se define en el diccionario como sensación interior que resulta de una impresión material hecha en nuestros sentidos. Párate a pensar por un instante en la gente con la que tratas cada día y tu percepción de las mismas. Los prejuicios de toda índole nos controlan y hacen que a unos les dediquemos una sonrisa y a otros les viremos la cabeza. Es algo que tenemos muy bien programado en nuestro código, un mecanismo que crea amistades, fomenta amores y alimenta guerras. Seguro que habrá gente formulando teorías para controlar nuestra percepción y cuyo objetivo final debe ser un mundo mejor, con gente feliz y en donde todos miremos con ojos cristalinos a los demás y sin fijarnos en su color, ropa, maneras o compañías. Dudo mucho que eso llegue a funcionar y si tienen éxito este mundo será infinitamente aburrido.
Fijándome en mí mismo me doy cuenta que funciono de una forma muy básica: me gustas o no. No me complico demasiado porque versiones anteriores de mis algoritmos para la relación con otros humanos resultaban demasiado complicados y difíciles de manejar. Ahora todos caen dentro de uno de los dos grupos y las transferencias entre ellos ocurren frecuentemente. Mi percepción de los demás cambia conforme la línea del tiempo va dibujando su figura. Tiendo a valorar también la reciprocidad. Si hago un esfuerzo y veo que no se corresponde, corrijo y ajusto. Ir contracorriente está bien para jóvenes inconscientes o enganchados emocionales pero uno ya anda de vuelta de todo y en este mundo sobra gente y es más fácil pescar nuevas amistades que desquiciarte con las que tienes.
Aún así, reincido en muchas ocasiones con amistades perdidas del pasado que vuelven a cruzarse en mi camino. Celebro esos reencuentros, esos nuevos párrafos que completan el libro de mi vida. Mi amigo el Rubio denomina a esas pausas Guerras de Silencio y dice que yo soy todo un maestro en ellas, que las uso de una forma soberbia. Según él creo adicción en la gente y sé perfectamente cuando cerrar el grifo y cuando he de volver a abrirlo. En realidad creo que él exagera y que me asigna poderes que definitivamente no tengo aunque bien que me gustaría poseerlos. Ayer hablábamos sobre este y otros temas trascendentales después de bebernos una botella de Anna de Codorniú entre los dos y cinco o seis cervezas cada uno. Veíamos fotos de los últimos siete años en su portátil y nos reíamos recordando anécdotas, momentos que han quedado inmortalizados por alguno de nosotros y que forman parte de nuestro bagaje. También hablábamos de otros amigos y amigas que han pasado por nuestras vidas, gente que pudo ser y no fue, fracasos rotundos y grandes decepciones. Todos las tenemos. Forman parte del juego. Su hija de dos años y medio nos interrumpía para pedirnos pan con el que alimentar a los patos que acudían a su jardín ante las noticias de comida gratis. Era el primer día de actividades en el exterior de esta temporada, la inauguración de esta primavera. Para algunas cosas malas tenemos una memoria muy corta y ya se nos ha olvidado que hemos estado un montón de meses en la obscuridad. Ahora solo vemos y disfrutamos luz, cada día ganamos un montón de minutos y celebramos con júbilo esas tardes al aire libre.
En este juego de percepciones que parece tener vida propia me llegó hoy un correo de un viejo amigo al que reencontré en estas vacaciones canarias. Lo conozco desde que era un chiquillo, he sido testigo de muchísimas de sus maldades y fue vernos y retomarlo donde lo habíamos dejado un montón de años atrás. En su correo puso una frase que me ha encantado porque ilustra su percepción sobre mi, una forma cachonda de describirme y que quiero guardar en éste mi diario: saber de la más emblemática figura del farfullismo ha sido para mí motivo de júbilo total. En realidad siempre he sabido que soy un farfullo pero la corrección y posiblemente el terror visceral que me tienen impide a la gente decírmelo sin darse cuenta que yo soy el primero que no se toma en serio.
12 respuestas a “Farfullo”
¿De verdad crees que aterrorizas a la gente? si en el fondo eres un pedazo de pan. El problema es que la mayoría se queda en la costra chamuscada y farfullera y no ve que por dentro eres más blanco que el culo de una monja albina.
Yo no creo que aterrorice. Lo sé. Hay gente que se siente intimidada cuando tratan con el mito viviente. Y hay dos o tres que seguro que te dirán que de bueno nada, que soy como una versión pachanguera de Darth Vader.
querido amigo sulaco , que maravilla volver a saber de ti, leer esos retorcidos blogs aquí , crean un flash back en mi memoria y me lleva a los 17 años , cuando jugamas a ser los mas entrometidos , inteligentes y retorcidos petardazos de la Isleta. Veo que eres aficionado a Jamie Oliver , buena amiga la Jamie , la conocí en uno de mis viajes por los orientes , como buena cocinera inglesa le gusta mucho el curry .
Te noto un poco lecteriano , pero siempre fuiste asi , queridos lectores , doy fe que sulaco , es una gran persona , unico como el mismo , imposible de creer a veces , pero de esas personas que marcan tu vida ( jódete mamón , se que no te gusta que te adulen o blanduqueen en publico , no se si esto esta bien escrito , pero es que viviendo tanto tiempo entre árabes e iranies , creo que se me olvida hasta lo poco que se ) . Otra cosa me gustaria saber como meter blogs , en este sitio , así te pondría a caldo de vez en cuando querido amigo .
saludos
la juanmi
Wellcome home Juanmi…nos moriamos por saber de ti.
plus, está de vacaciones de Semana Santa en Tunez. No ha cambiado nada. Aún sigue en contacto con el que nació en Nueva York. Cada vez veo más claro que vamos a tener un CLASS REUNION antológico. He quedado con él para vernos mi primer día en Madrid, antes de salir de turismo hacia la meseta peninsular. EME está intentando que tu amiga la de Madrid también vaya a la cena y así hacemos una mini-cumbre Canaria en la capital del Reino.
Yo me voy dos semanas a Maxico en mayo ¡Andale!
¡Guau! al final te vas a hacer las Américas.
…La reconquista comienza dentro de un mes.
Una semana en D.F. como dama de honor en una boda charra con mariachis y todo y luego otra en Acapulco torrandome al sol del Caribe y nadando con los delfines, por un módico precio, eso sí.
Una pena que no vayáis a ver las ruinas y todo eso que tienen en ese país. A mí lo ir a la playa no me atrae mucho teniendo las Canarias.
También vamos a las pirámides de Tenochtitlan y esas cosas más culturales.
Ah! genial. Eso sí que debe ser bonito. Espero que haya suerte en Acapulco y enganches un multimillonario que nos retire a todos.
Dios te oiga…